Islandia es un país de una belleza natural impresionante. La mayor parte de la gente suele regocijarse en la parte sur de la isla, ya sea porque está más meses abierta al año (las carreteras del norte son más difíciles de transitar en los meses fríos) o porque es una buena muestra de todo el país y se recorre en menos días. Sin embargo, si dispones de tiempo suficiente para dar la vuelta completa al país o ya conoces el sur, te recomiendo que no te pierdas los muchos lugares que ver en el norte de Islandia.
En esta parte del país encontrarás tierras despobladas donde la Madre Naturaleza es la dueña y señora de todo, pero también existen pequeñas y agradable ciudades, lagos, bosques (algo que escasea mucho en Islandia), pozas termales, cascadas, volcanes y mucho más.
Tras dar varias vueltas a la isla – gracias a mi trabajo de guía en el país -, estas son mis subjetivas recomendaciones de algunos de los mejores lugares que ver en el norte de Islandia.
Busca aquí las mejores actividades y excursiones que hacer en Islandia:
Índice de contenidos
1. Lago Mývatn
El lago Mývatn es, sin lugar a dudas, uno de los mejores lugares que ver en el norte de Islandia y uno de los atractivos turísticos más visitados del país.
La razón de ello estriba en que en una pequeña porción de terreno – se puede recorrer perfectamente en una jornada – tienes la posibilidad de contemplar bellezas naturales tan distintas como un lago con los pseudocráteres de Skutústadir, el cráter más grande y perfecto de Islandia (el cráter de Hverfell, que tiene nada menos que 1 kilómetro de diámetro), el pequeño y romántico bosque de Hofdi, la enigmática ciudad de lava solidificada de Dimmuborgir, la bella cueva de Grjótagjá en la que se rodó alguna escenas de Juego de Tronos, los coloridos campos de fumarolas de Námafjall y el turquesa lago interior de la laguna Viti, y un lugar que a mí me fascina de manera indescriptible: el inmenso campo de lava de Leirhnjúkur.
En este último lugar podrás caminar durante horas sobre un espectacular mar negruzco de lava solidificada que se une a un paisaje con montañas, valles y sin signos de civilización. Un sitio realmente mágico.
2. Cañón de Asbyrgi
El cañón de Asbyrgi posee varias cualidades y particularidades que lo convierten en uno de los mejores lugares que ver en el norte de Islandia.
Por un lado, aquí encontrarás el bosque más antiguo de Islandia, con especies que se remontan a los tiempos de la colonización por parte de los vikingos. Esto es todo un hito en un país que ha sido depredado por la deforestación durante siglos.
Por otro lado, las espectaculares e irregulares paredes rocosas que forman el cañón de Asbyrgi forman la silueta de una herradura. Una leyenda islandesa cuenta que esta marca la hizo el caballo de ocho patas de Odín, en un error de cálculo que le hizo posarse sobre la tierra.
Merece la pena pasearse por los senderos – señalizados y en el que hay carteles con explicaciones sobre la flora de la zona – del bosque sin prisa alguna, además de explorar el cañón.
Aprovecha tu tiempo en Islandia al máximo con alguna de las siguientes excursiones con guía en español y con muy buenas recomendaciones de sus usuarios:
3. Las cascadas de Dettifoss y Selfoss
Visitar las cascadas de Dettifoss y Selfoss es algo imprescindible que hacer en el norte de Islandia.
La de Dettifoss no sólo es la más potente de Islandia, sino que también lo es de Europa. Su caudal de agua llenaría una piscina olímpica cada 3 segundos. Esta fuerza de la naturaleza se precipita por una cascada de 100 metros de ancho y unos 30-40 metros de alto.
Junto a ella, la de Selfoss posee una belleza diferente, pero casi igual de embelesadora. Si posees tiempo extra, no dejes de caminar por las rutas que rodean este paraje natural. Es un paisaje sorprendente y el río te regala algunos otros saltos de agua.
Pincha aquí para hacer tu reserva.
Quizás te interesen estos otros artículos que hemos escrito sobre Islandia:
4. Los acantilados de Látrabjarg
Hubo un momento de la historia en el que los vikingos que poblaban Islandia pensaban que Látrabjarg era el fin del mundo.
No cuesta imaginarlo cuando te asomas a esos dramáticos acantilados de Látrabjarg, batidos en todo el momento por las furiosas aguas del océano y de los que se cuentan innumerables leyendas. Estando allí, te encontrarás a tan sólo 300 km en línea recta de Groenlandia.
Si los visitas entre los meses de mayo y agosto, lo más probable es que en sus paredes te encuentres a los graciosos frailecillos, aves pelágicas (que viven en los mares) que tan sólo buscan tierra en las temporadas de apareamiento y cría.
5. La playa de Raudisandur
También en los fiordos del oeste (como Látrabjarg) se encuentra una de las más hermosas playas que ver en el norte de Islandia.
Se trata de la playa de Raudasandur, o playa roja. Sus arenas le hacen merecer ese nombre. Es una playa vasta y virgen, rodeada de acantilados por los que se despeñan las cascadas de agua. Un paisaje digno del fin del mundo por el que pasear sin prisa.
6. La cascada de Dinyandi
En los fiordos del noroeste existe una tercera atracción digna de ser incluida entre los mejores lugares que ver en el norte de Islandia: la cascada de Dynjandi.
Esta cascada es distinta a la gran mayoría de las muchas bellas cascadas que ver en Islandia. Aquí el agua del río se desliza por la una roca que cada vez parece que se acerca más a ti, por la forma en la que pared está dispuesta. Además del salto principal, existen otras 6 cascadas menores por las que fluyen las aguas del río antes de unirse a las del océano en el fiordo Arnarfjörður.
Si hace buen día, es un gran lugar para quedarse a comer algo (hay mesas de picnic y aseos) y darse una vuelta por las playas de alrededor.
7. Húsavík
Aunque el negocio de las salidas para avistar ballenas y otros peces es uno de los mayores reclamos comerciales de la ciudad de Húsavik, no es el único.
Esta ciudad portuaria que figura entre los mejores lugares que ver en el norte de Islandia también enamora por sus coloridas casas, su icónica iglesia junto al mar, la verde colina que domina la ciudad, el antigua puerto pesquero, sus bares animados y la sensación de que la vida discurre a otro ritmo, y de una manera feliz, allí.
Es un gran lugar para tomarse unos días de descanso y disfrutar del mar, de las vistas y de las aguas termales y el spa de Geosea.
8. Akureyri
Más conocida como la capital del norte de Islandia, Akureyri es una ciudad en la que encontrarás de todo. Aquí, como en Húsavík, también puedes tomar barcos en los que realizar excursiones para ver cetáceos o delfines, podrás disfrutar de estupendos paisajes y miradores, podrás ir de compras y también disfrutar de la intensa y variada escena cultural.
Conciertos, museos, arte y pubs te esperan para que pases unos días diferentes y divertidos en Akureyri.
9. La cascada de Hengifoss y el lago de Lagarfjlót
La cascada de Hengifoss es uno de los lugares más bellos que ver en el norte de Islandia, sobre todo por ser realmente diferente a otras cascadas. Lo primero que resulta atractivo es el camino que hay que recorrer para llegar a ella. Se trata de ascender un sendero que pasa por un par de miradores que dan a otras cascadas menores, antes de llevarte a la alta caída de Hengifoss, que tiene algo más de 125 metros de altura.
La cascada no impresiona tanto por su caudal – que suele ser pobre – como por la bella pared de basalto por la que se precipita. Aquí, la roca adquiere distintos tonos rojos, amarillos y oscuros. Una miríada de colores que también se puede observar cuando das la espalda a la cascada y miras al frente. Allá, abajo, verás las aguas del Lagarfjlót, uno de los lagos más grandes de Islandia esconde una leyenda similar a la del escocés Ness.
10. La granja de Glaumbaer
Por último, en esta subjetiva lista de los mejores lugares que ver en el norte de Islandia me gustaría incluir uno de los pocos lugares históricos que se pueden visitar en Islandia: la granja de Glaumbaer.
Este lugar se encuentra a poco más de una hora de Akureyri y se trata de un museo al aire libre albergado en unas antiguas casas emplazadas en un lugar que lleva siendo habitado, de manera ininterrumpida desde el siglo IX, en los tiempos de la colonización de Islandia. Allí encontrarás casas con tejado de turba, en cuyo interior puedes ver cómo era la vida en una granja islandesa del siglo XVIII o XIX.
Talleres de herrería, salas de coser, cocina, dormitorio, etc. Un lugar realmente curioso, y distinto, que merece la pena ser visitado.