
Vegemite, una pasión en Australia
Hace casi 100 años que esta oscura masa se lleva extendiendo inexorablemente entre las alacenas de 9 de cada 10 hogares en Australia. Despacio al principio, con más fuerza desde los años 30, las fuerzas del invasor se han multiplicado hasta el punto de que 22 millones de unidades salen cada año a la calle, casi 1 por cada ciudadano de Australia. Y a ellos les encanta untar en las tostadas esa masa llamada Vegemite.
Dicen que uno de los signos de convertirse en australiano no es el pasaporte ni la nacionalidad sino la defensa a ultranza de las virtudes, bondades y, claro, el sabor del Vegemite. Algo que, creedme, no todo el mundo puede apreciar.
Haz click para más info y llévate un 5% de descuento.
Esta pasta para untar nació de la escasez de otro producto similar, el británico Marmite, afectado por el descenso de tráfico marítimo con Europa tras la I Guerra Mundial y popular allá donde el Imperio Británico plantó su bandera.
A principios de los años 20, la empresa australiana Fred Walker & Co asumió la tarea de encontrarle una salida, comercial y comestible, a la levadura descartada tras la elaboración de la cerveza.
Lo segundo lo consiguieron en 1922, incluyendo lanzar una competición popular para darle un nombre a la pasta alimenticia. Las £50 de la época se las llevó quien tuvo la ocurrencia de denominarla “Vegemite”.
Lo primero, la salida comercial, costó más tiempo, ya que tuvo que competir con la “Marmite”, que todo el mundo conocía y compraba.

Vegemite y Marmite, Uk y Australia (Foto: CC Wikimedia Commons)
Los concursos como estrategia de marketing ya estaban inventados a principios del siglo pasado. El hecho de que el premio fuera un coche, también. La posibilidad de ganar un Pontiac, un coche americano importado, incentivó la participación y el producto empezó a aumentar sus ventas.
El espaldarazo definitivo se lo dio la British Medical Association (el Colegio de Médicos Británico), cuando confirmó el Vegemite como una fuente de vitamina B en 1939 e incluso los nutricionistas lo recomendaron como producto para el consumo infantil.
Irónicamente, fue otra guerra (la II Guerra Mundial) la que le dio el último empujón al Vegemite para convertirlo en imprescindible, icónico e irreemplazable para Australia.
Las Fuerzas Armadas compraron en masa el producto, por su valor nutritivo, y lo incorporaron al equipo de los soldados. El efecto fue doblemente positivo para la marca Vegemite.
Por un lado los australianos se llevaban en sus mochilas un recuerdo de tiempos mejores, de paz y de su propia infancia y adolescencia al calor del hogar, y los sobrevivientes nunca olvidarían esa Vegemite que les acompañó en campos de batalla por todo el Pacífico.
Por otro lado, al desviarse la mayor parte de la producción para las necesidades militares, la cantidad disponible para la venta a los civiles disminuyó drásticamente. El racionamiento de un alimento provoca que se aprecie más cuando se consume.
Había quedado marcado en la psique de una nación que Vegemite era tan australiano como los koalas, decir “G´day”, los speedos o las Navidades en camiseta y pantalón corto.
Pincha aquí para hacer tu reserva.
Esta es, grosso modo, la historia de la Vegemite, pero ¿qué hay dentro de ese bote amarillo que en Australia se empieza a probar de niño y se adora como adulto?
En Agosto del 2015 fue noticia que algunas comunidades indígenas de zonas especialmente secas se dedicaban a usar Vegemite para hacer alcohol casero. La opinión de los científicos es que en teoría podría hacerse pero es altamente improbable.
Dice la etiqueta que es un extracto de concentrado de levadura (procedente de la cebada y el maíz), sal, sal mineral, extracto de malta (procedente de la cebada), colorante, sabores (?), niacina, tiamina, riboflavina y folato (es decir, Pteroylglutamato, que no exactamente ácido fólico o Ácido Pteroylglutamico).
Los australianos usan un sistema propio para calcular lo que en Europa llamamos RDA (por sus siglas en inglés) o Cantidad Diaria Recomendada (%) de los ingredientes de un producto alimentario. Conforme a ello, una ración de Vegemite (lo que deberías untar) en una tostada, tiene 40kJ (0,5%), < 1 gr de grasa (0%), < 1 gr de grasa saturada (0%), < 1gr de azúcares (0%), 173 mg de Sodio (8%). Sano, suena todo muy sano, pero la pregunta del millón es ¿a qué sabe la Vegemite?.
Básicamente, la Vegemite sabe a sal, o a pescado salado, deshidratado, del que sólo queda…la sal.
Si para gustos hay colores, para sabores, Vegemite.
Esta es la deliciosa página web oficial de Vegemite creada por su fabricante.
Licencia gramatical: en el idioma inglés los objetos inanimados no tienen otro género que el neutro. Ante la duda entre decir “el Vegemite” o “la Vegemite”, he optado por escribirlo de ambas maneras a lo largo del artículo, según encajara mejor en el contexto.
TFW
Política de transparencia: En Viajablog encontrarás información para viajar repartida en 6000 artículos como este, que abarcan todos los continentes y que son fruto de nuestro tiempo y esfuerzo, además de pasión. En esos artículos pueden aparecer enlaces a productos y servicios de utilidad para tus viajes (como hoteles, seguros de viaje, etc.) que nos proporcionan una pequeña comisión si los compras o contratas a través nuestro, pero que en ningún caso suponen un aumento de precio para el lector.
Hola Juan:
A mí también me choca la pasión por la crema de pescado que se desayunan los suecos. Como tú dices, y también se aplica al Vegemite, o lo «aprecias» de pequeño o es más complicado probarlo y repetir de mayor.
Un saludo,
Avistu
Hola Amparo:
Tenéis a toda una «australiana de sabor» en casa, por lo que veo. Muy de acuerdo con esa recomendación, Vegemite se come en pequeñas cantidades, que no es Nutella :)
Un saludo,
Avistu
Hola Diego:
Muchas gracias, las puntualizaciones de los lectores siempre son bienvenidas :)
Un saludo,
Avistu
Hola Joselitro:
Efectivamente, el Vegemite hace bueno eso de «cuanto menos, mejor», y esa es la forma correcta de comerlo. Si lo extendemos como si fuera Nocilla, Nutella o mantequilla…¡ay!¡pobre de nuestra boca con esa sobredosis de sal!
Un saludo y gracias por tu comentario :)
Avistu
Hola Davi:
Yo tampoco me lo explico, pero como seguro, seguro, que hay cosas que a mí me gusta comer y que tú mirarás con desconfianza ¡no pasa nada!. Además, lo admito, una vez sabes cómo extenderlo correctamente, es un sabor más (lo del aguacate y queso me parece una excelente idea).
Muchas gracias :)
Avitu
Me encanta el Vegemite!!!. Yo lo tomo en el desayuno con aguacate y queso. Sin embargo he probado el Marmite y no me gusta tanto. Ahora, que se me está acabando el Vegemite que me traje de Australia, ya he preguntado a amigos que me hagan el favor de traerme algun botecito, a lo que responden que no se explican cómo puede gustarme :) Por cierto me ha gustado mucho el post.
miento, no era con mermelada, era con matequilla, supongo que también para rebajar
a mi una australiana me enseño a tomarlo, ella me dijo que se solia tomar en una rebanada de pan tostado tenias que untar una minimisa cantidad de Vegemite, ya que su saber es muy heavy, y luego ella le echaba encima mermelada, el dulce rebajaba un poco lo salado del vegemite y daba mucho conraste
Una pequeña puntualización: En la foto, la Marmite del bote rojo no es la de UK, en realidad se trata de la Marmite de NZ hecha por Sanitarium ;). Me tiene enganchado desde hace años, en mí opinión es la mejor!
A mi sobrina de dos años no le gustan los sabores dulces asi que el desayuno era y es una odisea salvo cuando le damos vegemite que entonces disfruta y disfrutamos todos de verla comer. Eso si, recomiendo que las primeras veces se tome en pequeñas cantidades, a no ser que quieras gastar una broma.
Yo lo probé una vez y está asqueroso. El australiano que me lo dio a probar me dijo que o lo comías desde chico o no apreciarías el sabor… pero vaya, el vegemite este y el pescao podrido sueco juegan en la misma liga.
Para apreciar el Marmite o el Vegemite hay que ser de una pasta especial. Yo los he probado y no consigo que me guste lo más mínimo. También me ocurre con la peanut butter. Todo esto indica que el sentido del gusto se puede domesticar mediante el condicionamiento a través de la educación / marketing.
Por eso a un Sevillano no le quites la Cruzcampo o a un Madrileño la Mahou.
pero repito el Marmite/Vegemite son realmente una prueba al paladar, e inexplicable que a alguien le guste
Será que la mineral se extrae de una mina y la otra de la evaporación de agua de mar
Qué diferencia hay entre sal y sal mineral?