Terminaba la temporada de calçots y no podíamos dejar pasar otra semana sin pegarnos un buen festín de cebollas a la catalana. Para los que no hayan probado este plato tradicional de Catalunya, los calçots son cebollas tiernas que se consumen con salsa de romesco y acostumbran a preceder un atracón de carne a la brasa. Más que un manjar; un ritual entre compañeros con babero incluido.
Reservamos una casa rural a los pies del parque natural del Montseny, concretamente en la población de Arbúcies. Éramos una docena de amigos y un par de chavales. Debido al elevado número de integrantes decidimos alquilar una casa rural al completo y lo hicimos en la casa Turisme Rural La Vinyassa.
Con una imponente presencia, La Vinyassa es una masia de tres plantas. En la primera encontramos la cocina, una espaciosa sala de estar con chimenea y una gran mesa para comer por si el tiempo no acompaña. En las plantas superiores están las habitaciones, entre ellas dos cuádruples con baño a modo mega suite, una triple también con baño y dos habitaciones dobles con baño a compartir aunque espaciosas.
Aunque la casa rural se encuentra a pocos minutos andando del centro de Arbúcies, goza de un amplio espacio y la vegetación alrededor de la casa ofrece una sensación de aislamiento y contacto con la naturaleza permanente.
El buen tiempo durante el fin de semana nos permitió disfrutar del exterior de la casa que está estupendamente habilitado para realizar actividades varias.
Los alrededores de la casa agrupan diferentes niveles con todo tipo de equipamiento: barbacoa, cobertizo con abundante leña para tus barbacoas, una extensa mesa de madera, una sala de banquetes anexa a la casa bajo una estructura de cristal, una mesa de ping pong en un nivel inferior, un futbolín y en los niveles superiores encontramos una piscina -que mantienen debidamente incluso en los meses de invierno- y una cuadra con caballo incluido.
Cada uno de los niveles se encuentra submergido por una espesa vegetación cuidada con esmero y nadie diría que la civilización y el centro de Arbúcies se encuentra a escasos metros de ti.
Para llegar a la casa rural tuvimos ciertos problemas. Echamos de menos algún cartel indicativo por el pueblo y la dirección y el nombre de la calle -La Vinyassa, s/n- no ayudaba para nada. Ni tan siquiera la entrada al parking a la casa indica el nombre de la misma.
Llegamos de noche y más de un coche -servidor incluido- saturamos las ondas con repetidas llamadas al móvil de aquellos afortunados que habían encontrado la casa con anterioridad. Por la mañana paseamos por el pueblo de Arbúcies y pudimos ver un pequeño cartel escrito a mano señalando la casa rural, nada más.
La primera noche la pasamos por todo lo alto y no faltaron los chupitos, una partidita de trivial junto a la chimenea y unas cuantas copas de más.
Al día siguiente disfrutamos del buen tiempo paseando por el pueblo de Arbúcies y preparando el estómago para el festival de calçots y carne a la parrilla que nos esperaba a la vuelta.
El centro de Arbúcies es relativamente pequeño y discurre por las cuatro o cinco calles de rigor. No tiene un especial encanto a excepción de algunas antiguas masias y árboles centenarios. Nos sorprendió la cantidad de pastelerías que encontramos por sus calles repletas de repostería. Difícil resistirse.
Sin duda alguna, lo mejor de Arbúcies es su ubicación y las oportunidades de senderismo que ofrece por el macizo del Montseny. El domingo realizamos un sencillo trekking por la zona de Viladrau que contaremos en una próxima entrega.
Las dos noches de casa rural en La Vinyassa nos salieron por 60 euros por cabeza el fin de semana entero.
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Las cervezas, copas, carne, calçots y demás dispararon el presupuesto a más de 100 euros por persona pero eso ya es otro cantar…