Se acercan las esperadas vacaciones de Semana Santa y nuestra alma viajera siente ese soplo de aire fresco que le hace regresar a la vida y es preámbulo inequívoco de nuevas emociones y experiencias. Sin embargo, son tantas las bellas posibilidades que nos ofrece este mundo tan variopinto y excitante que habitamos, que nos cuesta decidir cuál será nuestro destino. ¿Naturaleza? ¿Gastronomía y cultura? ¿Arte, patrimonio monumental y turismo sostenible? ¿Vida urbanita y retos deportivos?… Difícil, pero, ¿Por qué no un poco de todo?
Eso es lo que lograrás encontrar si exploras los muchos fantásticos sitios para visitar en Cataluña. Y no hay mejor manera de hacerlo que disfrutando de una magnífica ruta en coche.
Índice de contenidos
Cataluña, una tierra con algo para cada viajero
Cataluña es una tierra diversa, repleta de sorpresas e historias que contar. Una tierra en la que puedes sentir que viajas en el tiempo al recorrer ancestrales monasterios y encantadores pueblos de corte medieval, pero también encuentras la modernidad más puntera en ciudades como Barcelona.
Un lugar en el que perderte en frondosos bosques regados por saltarines ríos, pero en el que también puedes sumergirte en museos que contienen unas muestras de arte que logran que nuestra mente se expanda y vuele lejos de allí.
También es una región en la que mar y tierra aúnan esfuerzos para agasajar a sus habitantes y visitantes con los mejores manjares posibles. La mesa catalana es respetada y premiada en el mundo entero, con esas recetas secretas que han ido pasando de generación en generación, siempre basadas en una materia prima que premia el mercado de proximidad y, por ende, la sostenibilidad del entorno.
Y, ¿Por dónde empezar a conocer tanta maravilla?
Barcelona, la gran capital
Comenzamos dejando nuestro coche un poco de lado para recorrer la capital, Barcelona.
Será así como podrás disfrutar de las huellas de Gaudí, el mítico barrio del Born, las vías comerciales (como el Paseo de Gracia), la playa de la Barceloneta o los maravillosos parques y museos de la ciudad.
Algo más alejado queda Montserrat, con esas maravillosas vistas al atardecer. Una estampa inolvidable que te acompañará para siempre.
Rumbo sur: Penedés, Tarragona y el Delta del Ebro
Nos marchamos de la Ciudad Condal para continuar nuestro viaje hacia el sur donde nos encontraremos con la encantadora población costera de Sitges, pero también con los fantásticos vinos de la comarca del Penedés y pueblos como Sant Sadurní d’Anoia.
En Tarragona, el legado romano se siente en cada piedra. Una ciudad que se asoma a un Mediterráneo que alguna vez vio arribar las naves del gran Publio Cornelio Escipión, ‘El Africano’, uno de los estrategas más importantes de la antigüedad.
La madre naturaleza también ha sido generosa con la zona, dotándola de lugares como el parque natural del Garraf y sus magníficos acantilados; mientras que en el Delta del Ebro podrás admirar una cantidad ingente de aves y degustar algunos de los mejores arroces de la península ibérica.
El Priorat, Lleida y Aigüestortes
Regresamos al buen vino y los pueblos de otra época en el Priorat, mientras que Lleida suele sorprender a los visitantes con su imponente catedral medieval y su ambiente desenfadado.
La naturaleza nos atrapa de nuevo en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Las aguas del lago San Mauricio reflejan montañas y bosques por los que practicar el senderismo – y otras muchas actividades al aire libre – entre picos que alcanzan los 3.000 metros de altura.
Cerca de allí, en el Valle de Boí, el románico está muy presente en un lugar que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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Valle de Arán, Noguera Pallaresa y el sueño de Dalí
Seguimos hacia el norte para casi rozar la frontera con Francia y descubrir las pétreas casas que salpican los verdes prados del Valle de Arán. En invierno y primavera, no es extraño verlo cubierto de nieve, creando una imagen espectacular y haciendo las delicias de los esquiadores.
Con el deshielo de la primavera, las aguas del río pirenaico Noguera Pallaresa ofrecen una de las mejores experiencias de rafting de nuestro país. Pura adrenalina en un entorno natural envidiable.
Como envidiable era el talento del gran Salvador Dalí, cuyo legado podremos contemplar, tras conducir hacia el este, en Figueres, la ciudad que le vio nacer. Allí, una visita indispensable es la del Teatro-Museo Dalí, además del hechizador casco antiguo, donde brilla la iglesia de Sant Pere.
Roses, Empúries y Girona
Comenzamos a cerrar nuestra ruta circular en coche por Cataluña contemplando los magníficos atardeceres de la bahía de Roses mientras degustamos buenos pescados y mariscos procedentes de las aguas del viejo Mare Nostrum.
Cerca de allí, un poco más al sur, la ruinas de Empúries, esa puerta de entrada a la península ibérica que cruzaron griegos y romanos, destacan entre rurales masías y campos de arroz.
Es el preámbulo de Girona, pero antes de llegar a esa magnífica ciudad levantada junto a la confluencia de los ríos Onyar, Ter, Galligants y Güell, conviene acercarse a pasear sobre las coladas volcánicas del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, donde nos esperan cráteres milenarios cubiertos de vegetación y un paisaje realmente singular.
Girona será la última parada antes de regresar a la Ciudad Condal. Sus casas de fachadas coloridas se asoman al río Onyar, mientras la catedral de Santa María nos recuerda que el tiempo pasa y las bellas obras permanecen.
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Una bella obra…Un viaje inolvidable. Este recorrido, este Grand Tour por Cataluña, es algo que debes disfrutar con toda la tranquilidad del mundo. Será una de esas obras que perduren, por siempre, en la mochila de tu vida.