Con las olas de frío que suelen asolar Europa en invierno, uno se pone a mirar por la ventana, envuelto en la batamanta, y sueña con lugares cálidos donde la gente está en la calle, charlando, riendo, tomando algo… En definitiva, disfrutando de la vida.
Es cierto que ese plan de estufa – o chimenea, para los más pudientes -, manta, buena compañía y peli, tampoco está mal, pero para los que no tenemos pareja, la cosa pierde bastante encanto.
Así que, si me dan a elegir, me quedo con el primer escenario.
Si estás deseando de huir del invierno y pasar unos días, o semanas, en un lugar cálido, aquí te dejo algunas ideas:
Brasil
Caipirinhas, playas, gente guapa, selvas, grandes ciudades, pueblos coloniales, salsa y… si vas en febrero, hasta tendrás la suerte de encontrarte con los mejores carnavales del mundo.
Brasil es un país enorme y lleno de contrastes. Poco tienen que ver las gentes del norte con las del sur, salvo, quizás, su inacabable alegría de vivir.
Recorrí la parte sur en dos ocasiones y me quedé prendado de Florianópolis y sus playas, el Pantanal, la colonial Paraty, Ilha Grande y la vibrante y colorida Río de Janeiro.
Hace unos meses pasé un par de semanas en el estado de Bahía, más al norte, y se me reveló como uno de esos lugares en los que sientes que querrías vivir una temporada.
El norte del país espero conocerlo en un próximo viaje.
Sin duda, sería una de mis primeras opciones a la hora de buscar un país en el que huir del invierno. La única pega: lo caro que está todo ahora, sobre todo si lo comparas con la mayoría de países de la zona.
Mozambique
El cono sur de África ofrece un viaje distinto al que la mayoría de viajeros están acostumbrados. En el África negra todo ocurre a otro ritmo y con otras leyes. Te encuentras envuelto en un viaje en el que muchas cosas quedan totalmente fuera de tu control. Y, de repente, te sientes más feliz por ello y vives una gran aventura.
Mozambique es un claro ejemplo de este tipo de viajes.
Olvidada por la gran mayoría de tour operadores, es un país donde no existe el concepto de turismo de masas.
Tendrás sus playas, islas, aguas cristalinas y llenas de vida, aldeas, montañas y tierras salvajes, libres de turistas.
Aprende un poco de portugués y aprovecha para mezclarte con uno de los mejores pueblos – junto con el de Myanmar – que me he encontrado en mis viajes.
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La decadente Maputo, la costa de Vilanculos – lanzadera para visitar el increíble archipiélago de Bazaruto -, las montañas interiores de Gurué o la mítica Ilha de Moçambique, primer asentamiento europeo en África.
Un lugar que te enamorará.
Australia
Si quieres sentirte en las antípodas, Australia es tu lugar al que escapar del crudo invierno del hemisferio norte.
Perderte por las inhabitadas tierras del centro, norte y oeste de Australia es una aventura que jamás olvidarás. Parajes de tierra roja donde las sombras proyectadas por grandes arbustos sirven de cobijo, en las horas de mayor calor, a canguros, emus, dingos y otros reyes del territorio.
Si prefieres el bullicio de la ciudad, no encontrarás nada a faltar en lugares como Sídney y Melbourne.
Recorre la Great Ocean Road, adéntrate en las Blue Mountains, bucea en la Gran Barrera de Coral o conduce por las rectas carreteras de la costa oeste sin cruzarte con nadie en cientos de kilómetros.
El sol será tu guía en Australia.
Islas Canarias
En realidad no hay que irse tan lejos para huir del frío y encontrar un lugar cálido y soleado mientras nuestros amigos se congelan en Europa.
En España tenemos la suerte de contar con las Islas Afortunadas.
Sin embargo, aunque es cierto que el sol y las playas son el mayor reclamo de la región, no es el único.
Cada una de las siete islas es una sorpresa en sí misma. Lanzarote y su volcánica orografía que le hace parecer de otro planeta; Tenerife, con el Teide vigilando y erigiéndose, señorial, sobre prehistóricos y frondosos bosques de laurisilva; Fuerteventura y sus grandes playas de dunas, donde los amantes del surf y el kite surf cabalgan las olas sin descanso; El Hierro y su vida submarina; La Palma y La Gomera y sus parques naturales; y la bella Gran Canaria.
Sin duda, se trata del mejor destino cercano al que huir del frío invierno.
Myanmar
Uno de los destinos que se ha puesto de moda en los últimos años es Myanmar.
Aunque allí siempre gozan de buenas temperaturas, nuestro invierno se corresponde con su estación seca y hace que no te veas sorprendido por las típicas lluvias torrenciales de los países tropicales.
El mayor activo de Myanmar es su gente, pero paisajísticamente y culturalmente, también es un regalo para el viajero.
La caótica Rangún, la vieja capital colonial de Mandalay, las miles de pagodas de Bagan, las distintas etnias que habitan en las montañas de Kentung, el lago Inle… Y mucho más.
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Entonces, ¿dejamos el abrigo en casa y nos vamos al calorcito?
Me encantaría arrancarme unas semanas, que digo unos meses a Brasil y disfrutar sus cálidas playas y sus carnavales.