Mientras nosotros nos tomábamos las uvas hace 3 semanas con la nostalgia de las risas de los especiales de Martes y Trece -aunque José Mota lo clavó- los chinos aquí pasaban de todo y seguían a lo suyo. Ni uvas, ni matasuegras ni nada de nada.
Pero ahora, mientras todos los demás están pasando la cuesta de Enero y demás cosas del invierno, aquí se despiden del Año del Tigre y saludan al Año del Conejo. Un cambio bastante a peor en cuanto a fiereza del animalito en cuestión pero aquí se celebra igual de una manera bastante concreta: toda China viaja por el país.
Como podéis imaginaros, los medios de transporte existentes no dan abasto para mover a tanta gente. Y aquí comienza el problema para los viajeros que, como nosotros, no han planificado sus movimientos al detalle y con bastante anticipación.
Con una despreocupación XXL, nos plantamos en el país sin apenas mirar el tema fechas del Año Nuevo chino. Cuando lo supimos lo vimos bien porque así visitábamos China en un momento especial del año. Cuando nos empezaron a comentar los problemas de transporte y alojamiento en estas fechas, no le dimos la importancia que hoy en día sabemos, a ciencia cierta, que tiene.
Para poder sacar nuestro billete de tren de Pekín a Xián nos las hemos visto y deseado. No sólo por el desconocimiento general del inglés de los chinos y nuestra ignorancia absoluta de la lengua china, sino porque cuando por fin conseguimos un traductor, nos dijeron que no quedaba nada disponible para los 3 días siguientes. Al final, aquel chaval joven con uniforme militar completo -incluyendo gabardina porque la rasca aquí sigue siendo de órdago- y brazalete del partido comunista, nos consiguió -y sin colas- un billete en primera clase de un tren que hará el recorrido mientras dormimos en nuestras camas durante parte de las 12 horas que dura el trayecto.
La verdad es que el tío era simpatiquísimo y si no hubiera sido por él nos habríamos perdido en aquellas colas interminables que había delante de las incontables taquillas de la estación del Oeste.
El billete nos costó 800Y -alrededor de 100 euros cada uno- pero era éso o quedarnos estancados. La opción de volar por 130 euros la consideramos, pero tampoco tenemos prisa y siempre nos gustó el tren.
Lo mismo está ocurriendo con el alojamiento en lugares como Hong Kong. Queríamos reservar para la primera semana de Febrero -el Año Nuevo va del 3 al 7 de Febrero este año, aunque ya comenzó el follón- y nos llevó horas encontrar algo donde quedarnos sin pagar un pastón.
Cuando queramos salir de Xián para otro lugar en tren, me temo que lo tendremos crudo de nuevo e imagino que nos tocará coger un avión en algún momento.
Así que os recomiendo encarecidamente que hagáis una de estas dos opciones si tenéis idea de venir en las fechas del Año Nuevo Chino: reservad tanto transportes como alojamientos lo antes posible o simplemente modificad vuestras fechas y venid antes o después del caos.
Nosotros ya nos lo hemos comido con patatas y ahora a defenderse lo mejor posible sin que nos den las horas muertas en las colas o tengamos que vender nuestros cuerpos -muy mal tendría que ponerse la cosa- para pagarnos los billetes y hostales.
Ahora más que nunca me pregunto porqué aquel muñeco verde que salía por la tele para decirnos lo de «I am Muzzy…I am green», no nos decía lo mismo en chino en lugar de inglés. ¡Qué difícil es moverse aquí sin hablar el idioma!, casi tanto como hacer el amor en un Simca 1000.