Al sur de Dakar, a pocos kilómetros de la costa de Saly en Senegal se extiende la reserva natural de Bandia. Se trata de una extensión de unas 3.000 hectáreas donde principalmente crecen las acacias, los baobabs y las mimosas salvajes. En este hábitat conviven un buen número de animales y especies autóctonas de África. Entre ellos no veréis prácticamente carnívoros siendo la mayoría de sus habitantes mamíferos herbívoros.
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En la Reserva Natural de Bandia conviven 30 jirafas, un elevado número de gacelas, tortugas enormes, cabras, pitones, cocodrilos, jabalíes, cebras, avestruces, rinocerontes, hienas, unos 200 antílopes de los que destacan la raza impala y la derbi.
La entrada a la reserva cuesta 15 euros por persona con la entrada de tu vehículo propio incluido. En su interior existe un bonito recorrido sobre tierra roja -ese color intenso tan arraigado al paisaje africano- desde el que podremos llegar a los principales enclaves del parque y contemplar una buena cantidad de animales.
Al ser un universo principalmente herbívoro los animales se pasean con tranquilidad sin peligro a ser perseguidos o devorados como los grandes cazadores como el león o la pantera africana. Eso sí, junto a un riachuelo pudimos contemplar a una pitón de seba de unos dos metros de longitud a una distancia relativamente cercana a un grupo de antílopes impala.
Durante el recorrido pudimos ver un número muy elevado y variado de animales. Los antílopes y las cebras compartían espacio en ocasiones mientras que los avestruces acudían a nuestra llegada ocupando el camino principal, las jirafas retozaban sobre el suelo o se encaramaban a las hojas más altas de las acacias. Los rinocerontes, imponente animal, se hallaban relativamente apartados y nos atrevimos a acercarnos a escasos 10 metros de distancia.
Si observamos las estadísticas, al contrario de lo que muchos piensan, entre los animales mamíferos que causan más muertes en África no se encuentran ni el león ni el leopardo sino los animales herbívoros. Entre los más peligrosos destacan el hipopótamo, el elefante y el rinoceronte por este orden. Si te encuentras con un hipopótamo en un safari, olvídate de los anuncios de Ausonia o de lo simpáticos que pueden parecer en películas como Madagascar y mantente a una distancia prudente del animal. Su instinto territorial, al igual que el rinoceronte, es elevado y no van a estar por ostias si te acercas demasiado. Avisado estás.
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A medio camino en el interior del parque encontramos un gran baobab cuyo tronco se encontraba decorado con flores y detalles varios. El baobab en Senegal está ligado a la vida cotidiana de los habitantes del país y en cada pueblo encontraréis un baobab sagrado donde los sabios discuten bajo sus ramas los puntos importantes que atañen el futuro del pueblo.
Antiguamente en Senegal, siguiendo la religión animista que domina el continente africano, se enterraban a los trovadores o cuenta cuentos junto a las raíces de los baobabs para que su alma perdurara en la tierra. Esta práctica se prohibió por parte del gobierno durante los años sesenta y justo un año más tarde una gran sequía asoló el país incrementando las creencias animistas entre sus habitantes.
En una zona apartada de los mamíferos herbívoros encontramos un río y un lago donde los cocodrilos navegan a su antojo. Sobre los árboles del lago vimos un buen número de monos y, los más imprudentes, a a buen seguro acabarán entre la gran dentadura de los cocodrilos que habitan sin apenas peligro para su supervivencia en la reserva de Bandia.
Junto al lago de los cocodrilos se levanta el restaurante de la reserva natural a pocos metros de la entrada principal por lo que podemos realizar una interesante ruta circular por su interior llegando al punto inicial tras visitar este sorprendente entorno natural y salvaje de Senegal.
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Sitio Oficial | Reserva de Bandia
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