Descubriendo la Costa de Estoril

Kitesurfing en la Playa de Guincho en Estoril

Tengo que decir con cierta dosis de vergüenza que, habiendo recorrido medio mundo (incluyendo las antípodas), la primera vez que viajé a Portugal fue hace apenas tres años. Solamente tres años. En aquella ocasión tracé una ruta que partía de Cáceres y me permitió visitar Lisboa y viajar en ferrocarril a Porto y Coimbra, para volver a Asturias desde Galicia. Tenía limitado el tiempo y quería centrarme en lo que entonces creía más imprescindible así que tuve que pasar por alto la Costa de Estoril.

Hace unas semanas tuve la ocasión de corregir aquella omisión. Moviéndome en un coche alquilado pude recorrer durante unos días Sintra, Cascais y Estoril. Pese a estar a menos de media hora en transporte público de Lisboa, esta zona del hermano país ibérico no es una de las más conocidas de Portugal y, sin embargo, cuenta con los atractivos suficientes para ser considerada mucho más que una excursión de un día desde la capital lusa.

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Para llegar aquí en coche, lo más recomendable es desplazarse por la N6, la carretera que bordea la costa y nos permite disfrutar de envidiables vistas, y reservar la Autopista A5 para volver a Lisboa, si queremos apurar hasta el último minuto nuestra estancia.

¿Qué se va a encontrar quien viaje a Estoril? Gastronomía, naturaleza, sol y monumentos son algunos de sus reclamos. Además de que siempre se está cerca del azul del Océano Atlántico, quien quiera ponerse moreno puede hacerlo en playas como Carcavelos o Guincho y para hacer una excursión por el monte, no están demasiado lejos los verdes campos y colinas de Quinta do Pisão.

Hay dos tipos de personas a las que les gustan las zonas de costa. Unas se inclinan, o más bien se tumban, hacia ellas para pasar horas sobre la arena, buscando cambiar el tono de su piel del blanco lechoso (el mío habitualmente) al dorado de anuncio de bronceador con olor tropical. A otras les llama la atención contemplar el mar y pasear a su lado, por playas o junto a acantilados, meditando o haciendo todo lo contrario, no pensar en nada. La Costa de Estoril tiene rincones para ambos y la Boca do Inferno y sus alrededores son el lugar adecuado para quien le guste ver la fuerza del mar rompiendo contra los acantilados.

Y con el servicio gratuito BiCas (Bicicletas de Cascais), desde el 2001 puedes recorrer kilómetros y kilómetros de costa gracias a la exclusividad de los carriles bici que se han creado por toda la zona para poder ir a tu ritmo y de una manera tranquila y ecológica.

Si lo que buscas son actividades deportivas, en la playa de Guincho puedes hacer windsurf o kitesurf. Si prefieres la modalidad original, en la playa de Carcavelos puedes practicar o, como es mi caso, iniciarte en el surf. Si ya lo dominas y quieres disfrutar de las evoluciones de los mejores, aquí se realizan competiciones regularmente, como por ejemplo el Estoril Surf Billabong Girls tendrá lugar entre el 21 y el 23 de septiembre en la playa de Bafureira.

Podemos ver la inexorable voluntad de la Naturaleza en la Duna de Guincho-Crismina, donde el viento arrastra la arena por un lado del mar, se asienta temporalmente en dunas móviles, y sale por el otro lado de la semipenínsula (para entendernos) castigando sin misericordia cualquier construcción humana.

Si nos acercamos hasta Sintra, es imprescindible visitar el Palacio da Pena que en otros tiempos fue un ruinoso monasterio y que desde las obras del siglo XIX se convirtió en el ejemplo más notable de la arquitectura romántica portuguesa.

¿Quieres algo verdaderamente único, el lugar donde se juntan cielo y mar? En el Cabo de Roca, “donde la tierra acaba y el mar comienza…” en palabras del poeta Luis de Camoes, te encontrarás en el punto más occidental de Europa.

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Como descubrí durante mi viaje, Estoril reúne lo mejor de Portugal.

Fotos | Avistu

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