Una de las consecuencias que ha tenido el lamentable año que hemos dejado atrás es que la gente ha decidido pasar su tiempo libre respirando el aire del campo en parajes rurales. Así, buscando lugares remotos, hemos limitado el contacto con las aglomeraciones y hemos podido, a la vez, reencontrarnos con las muchas bellezas que nos ofrece, desinteresadamente, la Madre Naturaleza. La prueba de todo ello es que el turismo rural ha sido uno de los pocos que han salvado los muebles en estos momentos tan complicados para el sector. En mi caso, también he aprovechado estos largos meses para hacer salidas por mi provincia y región, pudiendo disfrutar de algunos de los mejores lugares rurales de Valencia y Alicante.
Y es que, aunque hay muchas cosas interesantes que ver en la ciudad de Valencia, en su provincia – sobre todo en su zona de interior – puedes encontrar auténticas maravillas naturales. Allí te esperan montañas, ríos, bosques, cañones y una fantástica red de senderos para descubrirlos a pie, en bicicleta o incluso en canoa o practicando el descenso de barrancos.
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Aquí te presento algunos de los mejores parajes rurales de Valencia.
Índice de contenidos
1. Ruta del Agua en Chelva
Chelva es la capital de la comarca de Los Serranos, en el interior de Valencia. Esta zona de la provincia destaca por su dilatada historia – con gran presencia y legado morisco -, sus fértiles campos de cultivo y sus bellas zonas naturales, siendo una de las más boscosas y montañosas de la Comunidad Valenciana.
En Chelva existieron importantes asentamientos, tanto íberos como romanos, dejando su huella en forma de monumentos tan importantes e interesantes como el acueducto de Peña Cortada. De hecho, una de las mejores rutas senderistas que puedes hacer aquí es la que lleva a esta huella romana. Sin embargo, la ruta de senderismo más sencilla y popular de todas las que se pueden realizar en Chelva es la que sigue el trazado conocido como «La Ruta del Agua».
El nombre de la ruta tiene un origen muy sencillo, y es que Chelva está repleta de fuentes y las aguas corren, frescas y limpias, por una serie de conductos subterráneos.
El recorrido es circular, apto para todos los públicos y se puede realizar en unas 3 horas (con posibles extensiones a lugares como el ya citado acueducto de Peña Cortada o a la Puente Alta). Comenzando en el centro del pueblo, recorre los históricos barrios judío y árabe para, poco después, dejar atrás el suelo urbano e internase por las peñas rocosas y verdes de la zona. El río Tuéjar es el protagonista indiscutible de esta ruta que discurre por riachuelos, acequias, fuentes, terrazas de cultivo, túneles y parches boscosos.
Aunque la mayoría de la gente la realiza a pie, hay algunos que también se atreven a hacerla en bicicleta de montaña. La hagas como la hagas, te aconsejo que no te pierdas uno de los mejores lugares rurales de Valencia.
2. La Albufera de Valencia
Aunque hay muchos viajeros que intentan ver Valencia en un día, te aconsejo que dediques algo más de tiempo a la capital del Turia y visites lugares algo más apartados, como la preciosa e histórica Albufera de Valencia.
El Parque Natural de la Albufera de Valencia tiene una superficie de 24 km2 y engloba una serie de ecosistemas muy diversos. Y es que aquí puedes pasar de las dunas a los bosques de pinos y juncos, para acabar surcando las aguas de lagunas costeras poco profundas a bordo de una de las pequeñas barcas que usan los lugareños desde hace más de un siglo. Un paisaje bellísimo que cuenta con un sistema canalizado de acequias desde los tiempos de romanos y árabes, y en el que se inspiró el gran escritor Blasco Ibáñez para su antológica novela «Cañas y Barro», en la que narra cómo era la vida en la Albufera de principios del siglo XX.
Los amantes de las aves podrán encontrar aquí garzas, charranes y distintas especies de anátidas, como el pato colorado. Es un buen lugar en el que pasar el día, ya sea para navegar por los canales, dorarte al sol de la playa recostado sobre las Dunas del Saler, pasear por los senderos o disfrutar de un magnífico arroz valenciano (no en vano, la Albufera está rodeada por 223 km2 de arrozales.
3. Ruta de los Calderones en Chulilla
La localidad valenciana de Chulilla constituye, en sí, uno de los mejores lugares rurales de Valencia. Aparece en una posición elevada, como encajonado entre peñas de roca caliza que parecen haber sido cortadas a cuchillo, y rodeado de terrazas de cultivo. Sus casas, de fachadas blancas y tejados rojos y pardos, contrastan con los colores de la naturaleza.
Además de comer de lujo, en Chulilla y sus alrededores también puedes hacer unas interesantes rutas senderistas. Una de ella es la conocida con el nombre de «Ruta de los Calderones», que se halla dentro de los límites del Paraje Natural Municipal Los Calderones. Aunque tiene un solo nombre, aquí puedes disfrutar de dos rutas distintas.
Por un lado, hay una sencilla que te lleva a descubrir la belleza un recorrido en el que te encuentras con puentes colgantes, tendidos sobre las aguas del río Turia y que conectan los dos lados de un profundo desfiladero.
Por otro lado, puedes visitar el bonito Embalse de Loriguilla. Se trata de un buen lugar para hacer un picnic o comer, mientras disfrutas de las vistas de las azules aguas del embalse y la naturaleza que te rodea. Si quieres alargar la caminata, siempre puedes caminar desde el embalse hasta el pueblo de Chulilla.
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4. Ruta fluvial de los cañones del Júcar
Entre los lugares naturales más bonitos de Valencia se encuentra otro en el que, como sucede en Los Calderones, también puedes divisar cañones y paredes que encajonan las aguas de un río. Sin embargo, este, en mi opinión, es de otra liga. Y es que los cañones del Júcar tiene ciertos miradores en los que se puede disfrutar de un paisaje de otro planeta. Desde ellos, verás las laderas de unas imponentes montañas de cimas achatadas – al estilo de la sudafricana Table Mountain de Ciudad del Cabo -, cubiertas de una densa y verde masa forestal y que contienen las aguas azulverdoso de un río Júcar que fluye por aquí con un caudal nada desdeñable.
Este precioso paraje natural se halla entre los municipios de Jalance y Cofrentes. Las paredes que encajan al Júcar llegan hasta los 300 metros de altura y esconden cuevas, túneles, parches de bosque mediterráneo y mucha emoción. Hay dos inmejorables maneras de disfrutar de todo esto: recorriendo el sendero PR-V 219 o navegando las aguas del Júcar.
Los dos ofrecen vistas distintas, pero igual de espectaculares.
Eso sí, si optas por caminar por el sendero, debo decirte que se trata de una ruta circular (con inicio y final en el pueblo de Jalance) de unos 33 kilómetros, debiendo dedicar unas 10 horas a recorrerla. Es decir, hay que tener cierto nivel físico. Si no quieres machacarte tanto, hay una versión reducida de unos 16 km.
No dejes de parar un tiempo para gozar de la panorámica que regalan miradores como los de Campichuelo, Fuente del Castillo y Cañones del Júcar.
5. Parque Natural de la Sierra Calderona
El Parque Natural de la Sierra Calderona reparte sus algo más de 18.000 hectáreas de bella naturaleza entre las provincias de Valencia y Castellón. Sin embargo, comienza a formarse a tan solo 20 km de distancia de la ciudad de Valencia, siendo considerada como su principal pulmón verde.
Aquí encontrarás numerosas cumbres – siendo la más visitada la del Garbí -, grandes pinares y algunos bosques de carrasca y alcornoque, una gran diversidad de aves (con especies tan bellas y raras como los búhos reales, azores y águilas culebreras), y mamíferos como gatos monteses, jabalíes, ginetas, ardillas rojas o tejones.
Además de su belleza natural, la Sierra Calderona, al haber sido un importante lugar de paso desde miles de años atrás, también tiene una gran importancia patrimonial, con lugares como el Castillo de Serra y el poblado ibérico del Puntal dels Llops (Olocau). En cuanto a rutas, tienes decenas de ellas para hacerlas tanto a pie como en bicicleta de montaña.
6. Rincón de Ademuz
La comarca de Rincón de Ademuz es una especie de isla valenciana que limita con tierras aragonesas y manchegas, o lo que es lo mismo, con las provincias de Teruel y Cuenca.
Esta tierra de mestizaje es uno de los lugares naturales más bonitos de Valencia. El pueblo de Ademuz ya merece la pena por sí mismo, con ese aspecto medieval que le confieren sus casas de piedra con balconadas de madera, las estrechas calles serpenteantes, ermitas, molinos de agua e iglesias fortificadas. Además, existen otra 15 de pequeñas aldeas y pueblos encantadores.
Sin embargo, el verdadero tesoro de la comarca reside en sus parajes naturales. Además, la zona está muy bien señalizada, con multitud de senderos de corto recorrido que permiten seguir las huellas de las antiguas sendas rurales. Una manera, en cierto modo, de volver a dar vida a una bella parte de la antigua España rural. Así, encontrarás bosques mediterráneos, con sus pinos y sabinas, fértiles huertas en las que crecen frutas y hortalizas de gran calidad, bellos ríos (el Bohílgues, afluente del Turia), y picos tan altos como el del Alto de Barracas (1.839 msnm) , el cual, además, tiene el honor de ser la cima más alta de la Comunidad Valenciana.
En definitiva, un paraíso para los amantes de la naturaleza y la vida al aire libre en el que merece la pena pasar unos días.
7. Charcos de Quesa
Y para finalizar esta lista de algunos de los mejores lugares naturales de Valencia (en la cual podrían entrar muchos más, pero iré ampliando cuando siga descubriendo la provincia), te llevo a las bellísimas pozas naturales creadas por estrechamientos del río Grande (también llamado río de las Cuevas), más conocidas con el nombre de los Charcos de Quesa.
Quesa es un pequeño municipio – cuenta con apenas 700 habitantes – de la comarca del Canal de Navarrés. La pozas se encuentran a unos 7-8 km del pueblo y son un lugar perfecto para desconectar y relajarse en la naturaleza, sobre todo en verano, cuando se agradece la frescura de las aguas del río Grande. Aunque mucha gente las visita tan solo para bañarse y pasar el día tranquilamente – hay un merendero -, también hay opciones para los amantes del turismo activo, con una vía ferrata de dificultad alta y un sendero (PR-CV 203) que lleva hasta unas interesantes pinturas rupestres.
Te aconsejo, también, que no te quedes tan solo en las primeras pozas (donde más gente suele haber) y sigas el sendero que lleva a los saltos naturales de El Chorro y el Charco de la Horteta.
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