El verano ya va tocando a su fin. Las horas de luz se irán reduciendo y, en unos meses, prácticamente la totalidad de Suecia se verá cubierta por un manto blanco de nieve. Llegarán entonces los amantes de los deportes de invierno y climas fríos. Yo he tenido la suerte de verla tanto en invierno como en verano y , aunque me pareció muy bella en ambas estaciones, reconozco que soy un bicho mucho más del buen tiempo y la luz solar que de la melancolía de las postales navideñas.
Por ello me hizo tanta ilusión el ofrecimiento de Sofie Flensburg y visitsweden a explorar Karlstad y la región de Värmland durante 5 días el pasado mes de Junio. Leyendo el programa del viaje, adiviné que iba a ser una buena experiencia. La realidad superó con creces mis expectativas.
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A parte de ser animal de primavera-verano, también lo soy de naturaleza y deporte al aire libre. No es que visitar ciudades, museos, catedrales u otros monumentos no me guste, pero si tengo que elegir no hay color más que el verde.
Durante los cinco días que pasamos en Värmland pudimos descubrir parte de su capital, Karlstad, pero la mayor parte del tiempo la pasamos respirando el aire límpido de esos inacabables bosques suecos que te llevan a pensar que aún quedan lugares en este corrupto mundo donde el hombre y la naturaleza pueden convivir en armonía.
El Sol nos saludó en nuestro primer día en ruta. Los chicos de Crow Adventure nos guiaron en sus bicis de montaña por los estrechos senderos que horadan el parque nacional de Brattforsheden. Con unas máquinas que casi iban solas, pedaleamos entre los grandes árboles para descubrir lagos milenarios que habían surgido del hielo.
Comimos un magnífico pescado cocinado al fuego de la hoguera para tomar fuerzas antes de pasar la tarde dejándonos espalda, brazos y piernas en la construcción de una balsa de madera de 2.000 kilos de peso. Al día siguiente comprobaríamos que nuestro trabajo no había sido tan burdo, al bajar 10 kilómetros del río Klarälven sin hundirnos en sus frías aguas.
Cuando Sofie nos preguntaba -ya en el avión de regreso a España- cuál había sido la actividad que más nos había gustado del viaje, los tres -Javi, Anna y yo- respondimos lo mismo: construir la balsa y bajar el río con ella. Era la primera vez que hacíamos una cosa así y creo que habrá poca gente leyendo ésto que haya tenido una experiencia similar. Fomenta el trabajo en equipo y te echas unas grandes risas comprobando que no te acuerdas, en absoluto, de cómo se hace el nudo que te acaban de enseñar. Todo ello en un paisaje precioso como fue el del camping de Klarälven.
Tras la aventura de la balsa llegamos molidos a nuestro hotel en Långbergets. Esa misma tarde fue la primera vez que pude observar un alce en estado salvaje. Olaf, gran hombre de nombre vikingo, fue nuestro mentor y guía durante aquella tarde y su experiencia -con ayuda de algo de suerte, según reconoció él- nos llevó a ver nada menos que ocho especímenes de este animal tan señorial. Grandes, rápidos, fuertes, de mirada perdida y, como casi todo animal que se precie, huidizos del monstruo humano.
Un par cruzaron la carretera delante nuestra, otros cinco se alimentaban de pequeños pinos sin perdernos de vista y el último, el más osado, estaba comiendo algo a 4 metros de la valla del jardín trasero de la casa de una señora mayor.
Nuestro último día en la naturaleza lo pasamos haciendo un trekking por la mañana y remando en canoas por la tarde.
Durante el trekking conocimos algo más de las especies de plantas e insectos que pueblan la zona de Långbergets y Värmland.
Con la canoa pude practicar de nuevo uno de los deportes que más disfruto cuando voy a lugares con lagos o ríos. La calma y belleza del lugar invitaban a pasar alli unos días y realizar una ruta mucho más larga. Dejaremos éso para la próxima visita.
Regresamos a la civilización el Jueves con la sensación de llevar en Suecia casi dos semanas. Tan sólo habían pasado 4 días, pero no habíamos parado de hacer cosas.
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Esa noche disfrutamos de unas merecidas cervezas y algo de baile en uno de los pubs de la plaza del Ayuntamiento. Una pena no haber profundizado en la noche sueca de Karlstad porque, para mi ojo experto, parece que apuntaba buenas maneras.
El Viernes recorrimos la capital en bici, visitamos el museo de Värmland y paseamos por el parque de Mariebergsskogen antes de visitar su Naturum y vagabundear un rato por las calles comerciales de la ciudad, donde los lugareños disfrutaban de sus cafés o vinos en las terrazas bañadas por el Sol.
Ha sido una magnífica experiencia pero no sólo por todo lo que hemos visto, hecho o vivido, sino por el grupo que formamos.
Nunca sabes qué tal te va a ir con un grupo de gente desconocida cuando comienza un viaje. Mi primer recuerdo de éste es: Israel contándonos sus aventuras y desventuras amorosas pasando el control de metales en el aeropuerto de Girona mientras Javi y yo nos mirábamos con la sonrisita puesta.
Desde el primer minuto conectamos todos y nos volvimos una unidad. Si acompañas todas las actividades que hicimos de risas constantes, buenas caras a todo por parte de todos y camaradería total…Tienes el viaje perfecto.
Muchas gracias, chicos, por haber hecho que esta experiencia se me quede grabada siempre.
La región de Värmland es una total desconocida para el viajero español. Yo no había oído hablar de la zona más que por su prueba del Mundial de Rallies. Pues te digo que está allí esperando a que la descubras y esta vez el tesoro no está bajo tierra, sino gritando a los cielos desde sus bosques, lagos y ríos de ensueño.
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Y justo ahí comenzamos otro viaje para encontrar dónde había que dejar a Javi! Jajaja
Por mí nos vamos ya los mismos a otro viaje! Que me queda mucha Suecia por conocer, Isra!
Pedazo de viaje! Todavia recuerdo la cara de haber disfrutado como un enano cuando te vi en la Estacion del Nord!
¡Qué puntazo! Espero al próximo viaje para ponernos al día de aventuras y desventuras, ¡crack!
Grande Eva! Claro que puedes compartirlo, cuantas veces quieras! :). Siempre uno se da cuenta de que no conoce lo que tiene más cerca. Seguro que tû conoces Alicante mejor que yo!. A ver si te enganchas ahora al blog;). Nos vemos el sábado.
¡Me alegra que te haya gustado mi tierra! ¡Qué viaje más chulo os habían preparado! Has hecho y visto cosas que yo, siendo de allí, no he tenido la suerte de disfrutar aún.
Con tu permiso comparto la entrada en Facebook, me hace ilusión que la gente vea mi tierra a través de los ojos de un español.
¡Nos vemos en el bar! :D
Eva