El explorador francés Jacques-Yves Cousteau puso en el mapa internacional las maravillas que se esconden en las profundidades del mar de Cortés. Bautizó este mar con unas palabras que cualquier submarinista que se precie sería incapaz de obviar: «el acuario natural más grande del mundo«.
En Baja California Sur reconocen la labor que el investigador francés desarrolló para resaltar los tesoros del mar de Cortés y en el malecón de La Paz podemos encontrar una bella estatua dedicada a su legado.
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Durante nuestra última etapa en Baja California nos esperaba un día muy especial. Junto a la compañía BOA –Baja Outdoor Activities– nos dispusimos a realizar un paseo en kayak aldededor de la isla Espíritu Santo a pocos kilómetros al norte de La Paz.
BOA es un negocio familiar que lleva 20 años afincado en México. Ben, galés casado con una mexicana, se instaló en La Paz y abrió este negocio que encontraréis al final del malecón en su parte más al sur. Realizan excursiones en kayak principalmente alrededor de la isla Espíritu Santo con algunas travesías que duran una semana en las que se recorre de cabo a rabo las siete islas que engloban este archipiélago protegido por la Unesco donde encontraremos lobos marinos, tortugas, ballenas, aves fragata y una altísima variedad de fauna marina.
La isla Espíritu Santo tiene una geografía bastante definida con acantilados principalmente en su lado este y una procesión de bahías y playas en su parte oeste.
Nosotros no teníamos tanto tiempo y realizamos una escapada de un día entero con lancha, kayak y un buen rato de snorkel bajo las transparentes aguas de la isla.
Desde La Paz partimos en coche hasta el Puerto Balandra, lugar donde partimos en lancha hasta llegar al inicio de la isla Espíritu Santo. Se trata de un recorrido de algo más de media hora donde se recorre un terreno árido con múltiples bosques de cactus que le dan un toque exótico y escénico a la carretera.
Nuestro primer punto de contacto con la isla Espíritu Santo fue en la playa de Punta Dispensa. Estábamos completamente solos. Las aguas turquesas acariciaban con suavidad una playa alrgada de arena blanca. Tras cerciorarnos que las serpientes de cascabel, que habitan en la isla, invernaban durante esa temporada, nos dimos un paseo por sus alrededores. A través de unas rocas a su lado más al sur obtuvimos una buena panorámica de la playa.
Seguimos el recorrido bordeando la gran isla en dirección norte en su lado occidental. Pasamos por Punta Colorada, un acantilado de colores rojizos que da paso a una nueva playa, la de San Gabriel, donde antiguamente existía una antigua granja de perlas levantada por los jesuitas.
En la misma bahía de San Gabriel encontramos una comunidad de aves fregatas. Una curiosa especie de ave de gran envergadura pero de minúsculo peso. Eso le permite una gran agilidad con la que se dedican a robar la comida de otros pájaros marinos.
Alrededor de Punta Prieta paramos la lancha y nos dispusimos a realizar snorkel. Nos pusimos el neopreno, el tubo y las gafas y directos al agua. Me sorprendió observar una gran cantidad de ostras, una buena variedad de cangrejos de gran tamaño, rayas y múltiples bancos de peces. Encontramos coral de tonos rojos y amarillos aunque no en abundancia.
Me sorprendieron especialmente las rayas. Desde el barco pudimos ver un grupo de ellas que saltaban del agua inesperadamente. Parecía como si la misma agua estuviera ardiendo y estas rayas saltarinas emergían del océano como si de aliens se trataran.
Tras el chapuzón nos dirigimos nuevamente a la playa Dispensa donde nos montamos al kayak y realizamos una bonita excursión bordeando la isla hasta llegar a la playa Colorado. En esta misma playa nace un interesante lago interior cubierto de manglares. Los atravesamos con el kayak descubriendo una vegetación totalmente distinta a los valles áridos a los que nos tenía acostumbrados Baja California hasta entonces.
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Al llegar de vuelta a la playa Dispensa nos encontramos con un grupo de norteamericanos que recién terminaban su larga excursión de siete días rodeando la isla Espíritu Santo en kayak. Comimos con ellos y escuchamos atentos su experiencia de encontrarse a solas con la naturaleza durante esa intensa semana.
Fue una excelente actividad final para despedirnos de nuestra experiencia de viaje por Baja California. Un lugar que, aunque habitualmente me cuesta repetir destino, es muy probable que vuelva para disfrutar de sus gentes y su formidable naturaleza todavía por descubrir.
En el siguiente vídeo que engloba nuestro recorrido de viaje por esta región mexicana podréis observar partes de nuestro periplo en kayak por la isla Espíritu Santo así como los saltos que realizan las curiosas rayas mexicanas sobre el mar (minuto 6:00)
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