Mi gran amigo Alex se está ganando los galones de capitán de los colaboradores -ya es capitán de nuestro grupo de amigos expedicionarios cuando nos juntamos en cualquier parte del Mundo- y nos ha mandado otro artículo sobre un rincón fascinante de la Tierra. Ya nos embelesó con su relato sobre las Islas Galápagos y ahora le toca el turno a la Isla de Pascua. Rapa Nui.
Aunque por poco no es el lugar habitado más remoto del planeta -ese honor le corresponde a la isla de Tristán de Acuña en el Atlántico- es indudable que, cuando se pisa Rapa Nui y se divisa el horizonte, uno no puede evitar sentirse minúsculo en este planeta Tierra en el que habitamos.
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La visita a la Isla de Pascua hace sentir al viajero una espiritualidad fuera de lo común ya que, tanto los paisajes como la gente que habita la isla, como -obviamente- la cantidad de Moais, te transportan a una dimensión entre la realidad y la historia, pudiendo incluso imaginar a los antiguos rapanuis trabajar estas esculturas, rezar a sus dioses, pelear entre ellos y, finalmente, sucumbir ante el holocausto de una civilización que llegó a colonizar estas tierras allá por el 900 D.C y que fueron anexionados a Chile en el año 1.888.
Sinceramente, lo más difícil del viaje es llegar a la isla de Pascua ya que sólo LAN tiene vuelos directos desde Lima y Santiago de Chile.
Una vez llegas, es muy fácil encontrar alojamiento entre los numerosos hostales y hoteles que hay en Hanga Roa, el único pueblo de la isla.
Mi llegada fue un Domingo a las 6 de la mañana después de haber salido de Bogotá 23 horas antes y pasar por Ecuador y Perú.
Cuando estaba esperando en la fila de inmigración, una mujer se coló delante de todos. Menos mal que no le dije nada, porque más tarde, esperando mi equipo de buceo que iba facturado, me crucé con esa señora que se convertiría en la persona más simpática de la isla para mí, además de la dueña de la casa de huéspedes en la que me alojé durante 5 días: Chez Cecilia.
Ese domingo de Ramos, la ceremonia en la iglesia del pueblo fue espectacular con una mezcla de ritos polinesios, rapanui y cristianos y es que, a pesar de adoptar la religión cristiana, todavía perduran costumbres de los primeros moradores.
La visita a los puntos de interés es súmamente sencilla y todas las guías y libros te desglosan el territorio en 3 áreas bien definidas que pueden visitarse de mil maneras -bicicleta, caballo, quad, coche alquilado, taxi, autobús-, dependiendo del presupuesto y de la edad. Yo personalmente elegí la bicicleta para recorrer tres cuartas partes de la isla, mientras que la primera excursión, visitando el pueblo y el volcán Rano Kau -en el extremo sur-, la hice andando y tardé unas 5 horas. Pasé también por el pueblo de O Rongo donde se realizaba la famosa competición del Hombre Pájaro que determinaba cuál sería la tribu gobernante en el siguiente año.
La segunda excursión la hice ya en bicicleta por la parte noroccidental de la isla, visitando diversas plataformas (Ahu) de moais, cavernas y el punto más alto de la isla, el volcán Terekava de tan sólo 507 metros, pero desde donde se disfrutan unas vistas maravillosas.
A mitad de jornada conocí a Julian, un profesor francés afincado en San Francisco que fue ya mi compañero de viaje incluso hasta en el mismo avión de regreso a Santiago. Juntos terminamos la jornada en Tahai donde casi todos los visitantes nos congregábamos para admirar el atardecer sobre el Pacífico. Esa noche, Julian y yo nos cruzamos caminando con David, americano que llevaba 4 semanas en la isla.
El tercer día lo dediqué casi en exclusiva al buceo. Íbamos los tres: Julian, David y yo.
No pienso que la Isla de Pascua sea el lugar más espectacular donde he buceado, pero aún así tiene ciertas peculiaridades que hacen de estas aguas un punto recomendable para sumergirse. La visibilidad es espectacular llegando a incluso 50-60 metros y la temperatura del agua es casi constante, de 25 grados.
Lo interesante son las formaciones de roca volcánica, con las cuevas que se han formado y diversos corales. Si lo que buscas son grandes animales marinos, éste no es tu lugar pero sí que hay peces curiosos, como el pez vaca. A modo anecdótico, hay que ver la réplica del Moai que hay frente a la bahía (hay uno verdadero pero a 100 metros de profundidad).
El cuarto día fue el más espectacular. Junto con Julian, comencé a pedalear desde el pueblo en dirección al extremo oriental de la isla donde se encuentran dos puntos obligados de visita: la “fábrica de Moais” de Rano Raraku y, para mí, la más espectacular plataforma de moais, Tongariki.
En estos dos lugares se aprende cómo se construían los moais, su razón de ser, técnicas, etc… El recorrido en bicicleta por toda la costa oriental de la isla es, para los amantes de la naturaleza, sencillamente es-pec-ta-cu-lar. La costa escarpada donde rompen las olas furiosas del Pacífico sirven de fondo a los moais, cavernas y altares que se van encontrando diseminados al pie de la carretera. El tráfico es casi inexistente y el único cuidado que tienes que tener es no molestar a los caballos salvajes que se cruzan sin avisar.
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La hora de la comida la pasamos en Anakena, la playa donde, según los estudios, desembarcaron los primeros colonos de la isla. Una playa de arena blanca que hace contraste con el azul turquesa del mar y que se encuentra protegida por un bosque de palmeras. De aquí, el regreso al pueblo se hace en una hora por una carretera asfaltada.
No tuve la oportunidad de tener vida nocturna, pero como las meigas: haberla hayla. Cada día hay un local en el que se juntan casi todos los “fiesteros” y el ambiente suele ser muy bueno (por lo poco que vi).
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Mi avión de regreso se retrasó 9 horas lo que, lejos de provocarme un enfado, me alegró porque me permitió ver un último atardecer pascuense desde la calita del puerto…Priceless!!!!
I’m so glad that the internet allows free info like this!
Superb inratmofion here, ol’e chap; keep burning the midnight oil.
Isla de Pascua- Rapa Nui- Es un lugar que tiene que visitar.
He ido tres veces y siempre creo que algo me faltó o que necesito más tiempo para estar ahí.
Es un lugar tranquilo, con otro ritmo. Las personas nunca parecen tener prisa, viviendo un estilo slow.
Los moais son realmente especaculares y hay más de lo que uno se imagina.
Felicidades por el articulo, me ha encantado y transportado de nuevo a mi isla querida, el 18 de Agosto me vuelvo por cuarta vez en los ultimos 3 años. Se puede decir que me conquistó el lugar y su gente maravillosa.
Si queréis mas información sobre Rapa Nui no dudéis en preguntarme :)
Iorana korua,
Ester
Por cierto, en la foto en la que estás a punto de fusionarte con los moais me recuerdas un poco a chiquito de la calzada…
al pan pan y al vino vino… jajaja!
Ese es mi capitano! :)
Gracias a tí por mostrarnos, no sólo el fantástico lugar del que nos hablas, sino ese espíritu aventurero e indomable que viaja contigo a todas partes!
Hacen falta más Alejandros Izquierdo! Por eso me alegro tanto de que nos cuentes tus experiencias propagando esa fantástica actitud! :)
gracias Sergi..pero sólo hay un Capitan original..y no es America..ja,ja,ja..eres tú……ja,ja,ja..gracias a vosotros por motivar a la gente a viajar!!!
Espectacular !
Qué gran artículo de «il capitano» !!