Trekking por el valle de Aosta: Del Montblanc al monte Cervino

La Via Alta 1 en Italia en 6 etapas

El clásico Monte Cervino o Matterhorn en los Alpes italianos
El clásico Monte Cervino o Matterhorn en los Alpes italianos

Durante una semana seguí un sendero de largo recorrido llamado Valle de Aosta – Alta Via 1 cubriendo las poblaciones de Courmayeur hasta llegar al pueblo de Cervinia-Breuil. Si lo contemplamos a nivel orográfico vendría a ser un trekking por la vertiente italiana de los Alpes desde los pies del Monte Bianco -o Montblanc para los franceses- a los pies del monte Cervino -Matterhorn para los suizos-.

Este gran recorrido está dividido en 13 etapas con una altitud máxima de 3,000 metros en el collado de Malatrá. Observando los tiempos en jornadas y esperando que el tiempo y el estado del camino acompañara calculé que era posible realizar la totalidad del trekking (aproximadamente unos 160 kilómetros) en seis días.

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El valle de Aosta cubre esta zona de verdes prados suizos ensombrecidos por los picos más altos del centro de Europa.

Los nombres afrancesados de los pueblos sorprenden y cualquiera diría que nos encontramos en el mismo país que vio nacer la Camorra, los mamutones y escucha el latido sangriento del Stromboli.

Las nieves del Montblanc sobre el pueblo de Courmayeur
Las nieves del Montblanc sobre el pueblo de Courmayeur

Courmayeur: El corazón de los Alpes italianos

La compañía de autobuses Savda une Milán y Turín con el valle de Aosta y sus pueblecitos. Desde Milán parten de la estación de Lampugnano (es una parada de la linea roja de metro, no tiene pérdida) Para llegar desde Bérgamo tomé un tren que por 4 euros me dejó en la estación central de Milán.

El valle de Aosta es parecido a una espina de pez: un ancho valle que se bifurca en pequeños valles al interior habiendo en casi todos ellos poblaciones habitadas.

Una vez en Aosta tomé otro autobús que en una hora me dejó en Courmayeur desde donde parte o termina el trekking de la Alta Vía 1 cruzando los valles ensombrecidos por las imponentes montañas del Mont Blanc (o Monte Bianco), el Cervino (o Matterhorn) y el Monte Rosa. También desde aquí parte la Alta Vía 2 que cruza el parque natural de Gran Paradiso y el Tour del Mont Blanc.

Mi idea era seguir la Alta Vía 1 y subir el primer día al Refugio de Bertone (aproximadamente a dos horas de camino). No obstante, era tarde y tenía que hacer todavía los deberes en el supermercado.

Courmayeur es un pueblo turístico a los pies del Montblanc. La tremenda silueta y los glaciares pueden verse casi desde cualquier parte del pueblo. Es un lugar turístico de alto nivel y me las vi canutas para encontrar un hostal inferior a las 3 estrellas. Afortunadamente, encontré la pensión Venecia en una céntrica calle de Courmayeur. Una habitación sencilla e individual con baño externo donde pude dormir por 35 euros con desayuno incluido.

Las paredes del Montblanc frente a frente con la primavera
Las paredes del Montblanc frente a frente con la primavera

Jornada 1: De Courmayeur a Etroubles (Valle de Aosta)

Me levanté a las siete y media. Tenía pensado realizar una larga jornada. En principio, la primera o última etapa de la Alta Vía 1 a través de los Alpes italianos en el valle de Aosta, se inicia en Courmayeur y termina en el refugio de Bonatti con un desnivel de 1,000 metros que se hacen aproximadamente en 4 horas y media. Me parecía que podía recortar camino y ensanchar la etapa hasta el refugio di Lac una vez cruzado el paso de Malatrá a 3,000 metros de altura.

La ascensión desde Courmayeur se hace acompañado de numerosos grupos de montañistas, la mayoría hacen una vía circular por el refugio de Bonatti y vuelven a Courmayeur. La caminata se lo merece por las espectaculares vistas del Mont Blanc y sus glaciares que no abandonan a uno a lo largo de la etapa.

El refugio de Bonato tras dejar atrás Courmayeur
El refugio de Bonatti tras dejar atrás Courmayeur

Tras unos 800 metros de desnivel y unas dos horas de recorrido se llega al refugio Bertone. Ahí pregunté si el refugio di Lac estaba abierto. Recibí una respuesta negativa. Los planes cambiaban y me esperaban un par de horas más hasta llegar al siguiente pueblo; Couchepache. Finalmente iban a ser tres etapas en un sólo día teniendo en cuenta las guías italianas.

Tomé la variante del pico de la Bernarda por dos razones; porque parecía una vía más adecuada para aproximarse al paso de Malatrá y porque su nombre me hizo gracia. El sendero se sigue sin problemas y la nieve aparece a partir de los 2,500 metros a finales de Junio. Así que me quité las zapatillas de trekking y me puse las botas.

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Desde la Bernarda se baja a un collado donde uno empieza a vislumbrar glaciares y picos imponentes ya muy cerca. En un desvío justo al cruzar un río tenemos la opción de seguir hacia el sureste donde uno se aproxima al paso del Malatrá, el otro nos lleva hacia el noroeste descendiendo hasta el refugio de Bonatti que puede verse desde la misma intersección.

A partir de aquí, polainas y palos para ascender el paso del Malatrá. Apenas habían huellas y el camino se hizo difícil. Realiza una fuerte ascensión hasta llegar a un llano que sube paulatinamente y uno empieza a temblar al ver las paredes imponentes, blancas, preguntándose por donde carajo se encontrará el paso entre semejantes paredes semi-verticales.

Las marcas amarillas que marcan el recorrido apenas se ven causa de la nieve y uno tiene que empezar a usar la brújula y el sentido de la orientación. Una vez me encontré bajo las níveas paredes, rechacé seguir unas huellas que subían a modo de zig-zag. No llevaba grampones y realizar esa opción sin ellos hubiera sido un suicidio. También podría haberlo sido la opción que tomé; escogí una vía alternativa hacia el suroeste que ascendía sin tanto desnivel y existía roca madre donde agarrarse por si las moscas. Fue una dura ascensión donde las manos y el palo en forma de piolet trabajaron de lo suyo. Una vez ascendido el paso tocaba ver las cartas del revés y ver que me ofrecía la suerte al otro lado de la vertiente. Tuve algo de suerte aunque bajar por una pared medio vertical, con piedras deslizantes y mucha nieve, tampoco lo llamaría suerte.

El difícil descenso del Malatrá
El difícil descenso del Malatrá

Tardé bastante en descender la pared, buscando puntos de apoyo y zonas donde la estabilidad de la nieve fuera certera. Un aeroplano iba dando vueltas sobre mi cabeza. Al menos estuvo merodeando como si de un buitre se tratara durante el rato que estuve franqueando el collado. Imagino que debería pensar qué está haciendo el loco este…

Finalmente terminé el calvario y me fumé un buen cigarrillo celebrando mi vuelta a la vida.

Descendí sobre la nieve sin apenas ver marcas amarillas. Alguna a cada 500 metros me anunciaba que seguía bien los detalles del mapa y me encontraba en buen camino. Pasé el refugio di Lac, todavía en construcción y bajando ya por senderos repletos de vegetación llegué al pueblo de Mottes, donde un enorme puente-autopista asusta a más de uno que viene perdido por las montañas.

Una vez en el pueblo, pasó un camión y no lo dude. Señalé con el dedo y me paró. Me apetecía una buena cena y un bar donde tomarme una cerveza con los locales. Llevaba ya diez horas de dura caminata con un desnivel de 1,800 metros más los mismos de descenso pero todavía tenía ganas de marcha.

En esta zona el tipo de turismo es de clase media-alta. Apenas se encuentran hoteles de 2 estrellas y la media no acostumbra a bajar de 60 o 70 euros por una doble con desayuno. El conductor gentilmente me acompañó hasta tres hoteles donde pregunté precios hasta encontrar un tres estrellas en Etroubles por 50 euros con desayuno; lo más barato que puede encontrarse por esta zona. Estaba muerto. Una ducha y cena.

Jornada 2: De Etroubles al refugio de Champillon

Tras la paliza del día anterior durante la segunda jornada quise tomármelo con más calma.

Partí a las 10 de Etroubles (1,250 metros) en dirección al norte para poder retomar la senda principal de la Alta Vía 1 tras haber realizado autoestop durante los últimos kilómetros.

El sereno camino que discurre por Etroubles
El sereno camino que discurre por Etroubles

No costó demasiado reencontrar la vía. El sendero sigue el curso de un río hasta una caseta donde a partir de entonces serpentea la vertiente de la montaña para llegar al paso de Champillon a 2,700 metros. Esta vez no encontré nieve y el ascenso fue fácil y con vistas estupendas del Grand Combin al norte a 4,414 metros.

A media hora de camino en descenso se encuentra el refugio de Letey Champillon. Llevaba 5 horas de recorrido y preferí parar para descansar el día de hoy.

Vistas desde el collado de Champillon
Vistas desde el collado de Champillon

El refugio se encuentra a 2,375 metros de altura y parece más un albergue que un auténtico refugio de montaña. De hecho, no encontré refugio alguno donde las habitaciones no estuvieran debidamente divididas en compartimentos con un máximo de 6 literas en total. Los precios, por supuesto, son más caros que en los Pirineos. En el refugio de Champillon, la media pensión sale por 36 euros y tiene unas vistas preciosas del valle y del collado de Brison que al día siguiente me tocaba atravesar.

Había un par de chicas llevando el refugio y estaba completamente solo. Una buena charla y una comida deliciosa (espaguettis con verduras y polenta con salchichas) que muchos restaurantes ya quisieran tener en sus cocinas.

La deliciosa polenta del refugio
La deliciosa polenta del refugio

Jornada 3: Del Refugio de Champillon a Bionaz

Del refugio de Champillon, siguiendo la Alta Vía 1 por el valle de Aosta, toca descender 1,000 metros aproximadamente para llegar al valle de Ollomont y al pueblecito de Rey. Desde ahí toca subir 1,000 metros más de desnivel para llegar al collado de Breuson a 2,516 metros. Una vez ahí las piernas se preparan para un nuevo descenso de 1,000 metros hasta llegar a Closé.

Descendiendo hacia Rey seguí erroneamente las señales que indican el sendero del Gran Combin. Cuando me dí cuenta era demasiado tarde y opté por seguir la vía hasta llegar a la carretera, a unos 4 km. al norte de donde debía. Era pronto y todavía me podía permitir alguna pérdida de tiempo.

Al llegar a Ollomont el ascenso se inicia de forma abrupta a través de una pista de imposible pérdida. La ascensión se hace penosa y se suda de lo suyo hasta alcanzar el collado de Breuson.

El tupido bosque tras pasar Rey
El tupido bosque tras pasar Rey

A partir de aquí una bajada en diagonal cortando la vertiente de la montaña y un precioso bosque por donde se desciende paulatinamente hasta llegar a la población de Closé.

Desde Closé tocan 4 kilómetros de carretra hacia el norte para llegar al único lugar donde se duerme barato por esta zona. Se trata de un Hostel International en la población de Bionaz.

El hostal es un lujo y el hombre que lo regenta una bella persona. Al llegar le comenté mis intenciones de seguir la Alta Vía 1 en dirección al oratorio de Cuney y me comentó que el paso de Vessona no podía hacerse sin grampones. Me lo dijo con tal seguiradad que no dudé ni un segundo y me ayudó con los mapas, llamando a la compañía de autobuses y a otros refugios para elaborar un segundo plan. En pocos lugares he visto gente tan dispuesta y amable.

No tenía comida así que no podía cocinar en el hostal. Me fui al pueblo de abajo donde existe un restaurante y por los pelos lo encontré abierto. Llegué a las siete de la tarda y estaban a punto de cerrar la cocina. Le pregunté el horario que hacían al único camarero y me comentó que generalmente los restaurantes de la zona abren de 8-12 y de 4-7, así que ya sabéis, ¡a cenar prontito!

Jornada 4: De Bionaz al refugio de Barmasse

Por la mañana todavía no tenía claro donde ir. La Alta Vía que seguía parecía cerrarme el paso debido a la cuantiosa nieve que se cernía sobre el collado de Vessona a 2,783 metros. No tenía ganas de volver a pasar el mal rato de cruzar un collado como el de Malatrá sin grampones, pero a su vez, tampoco me daba por vencido e irme sin poder contemplar el oratorio de Cuney. Se trata de la iglesia cristiana en el lugar más alto de toda a Europa a 2,652 metros y yo lo quería ver. Me imaginaba una especie de stupa tibetana con banderas budistas y unos cuantos monjes meditando el sentido del universo, eso sí, a la cristiana; es decir, una iglesia romántica perdida a la mano de Dios…

Tras charlar de nuevo con Dirk, el amo del hostal en Bionaz, opté por subirme a tres autobuses que me dejaron a Valtournenche. Población a un par de horas del refugio de Barmasse. De esta manera, dormiría allí un par de noches y el primer día podría realizar sin mochila los aproximadamente 15 kilómetros y los dos collados que separan Barmasse de Cuney y volver.

La pareja de excursionistas
La pareja de excursionistas franceses con los que compartí un rato de caminata

Partí del hostal con un grupo de franceses de una media de edad de setenta años (los únicos montañeros que he visto por estos valles a excepción de la zona de Courmayeur) y nos dirigimos a Aosta con el autobús.

Por los valles de Aosta la frecuencia de autobuses es aceptable y los precios no superan los 3 o 4 euros. En Aosta me aprovisioné de comida y subí a un segundo autobús que me dejó en Chatillon. Ahí volvimos a cambiar de autobús hasta llegar a la población de Valtournenche.

En este punto, me despedí de los franceses. Ellos seguían la vía alta en dirección a Grassoney. Así que también me despedí en parte de la Vía Alta 1 que había seguido desde el inicio en Courmayeur hacía cuatro días. Ahora la tomaría en dirección al revés encaminándome al oratorio de Cuney y después enlazaría con la Alta Vía 3 para llegar a los pies del Matterhorn (o Cervino) en un refugio a 2,802 metros.

El pantano de Cignana
El pantano de Cignana

La ascensión hasta el refugio de Barmasse se hizo facilmente. Apenas un par de horas hasta llegar al pantano de Cignana donde un horroroso dique rompe con la belleza de este circo de montañas donde el refugio se cobija.

Al llegar al refugio no me esperaba encontrar a un par de ancianas regentándolo. Tampoco me esperaba entrar en el refugio y ver que se trataba de una casita con su cocina, baño y habitaciones. El precio, tras andar unos cuantos días por el valle de Aosta, ya no me sorprendió tanto: 42 euros media pensión o 18 para dormir. Finalmente, lo dejé por 34 sin desayuno para dos noches.

Solamente había un padre con su hijo que pasaban unos días de pesca en el lago y las dos señoras que cuidaban del refugio-casita.

Barmasse es un lugar extraño. El despropósito de crear un dique, al estilo de Cavallers en Aigüestortes, no consigue romper del todo con la belleza del circo de montañas que encierra el lago de Cignana. Alrededor del refugio todavía se ven algunas casas en ruinas donde vivían los antiguos constructores de la presa y al oo lado del lago se levanta una pequeña iglesia cerrando una hermosa postal si uno no mira el enorme dique a sus espaldas.

Jornada 5: Del refugio de Barmasse a Reboulaz y al oratorio de Cuney

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Por la mañana me he levantado en el refugio de Barmasse dispuesto a realizar cuatro etapas de la Alta Vía 1 en una sola jornada.

He desayunado junto a las dos ancianas que llevan el refugio y una me ha contado sus peripecias por el camino de Santiago. Tenía ahora en mente realizar el camino a Jerusalén cruzando Turquía entera. Es una de esas personas de mirada penetrante que parecen llegar a lo más interior de tu alma.

He partido con una pequeña bolsa con comida, la cantimplora, la cámara y un cortavientos. Me esperaban unas 10 horas de camino entre llegar al oratorio de Cuney a más de 2,600 metros y volver por el mismo sendero; un total aproximadamente de 30 kilómetros y un par de collados a más de 2,800 metros en medio.

Verdaderamente es una gozada estrenar las montañas en primavera. A finales de Junio no se ve a casi nadie practicar senderismo y eres el primero en trazar el camino que la primavera cubre con su explosión de colores. Eso también entrama la dificultad de seguir bien las señales (a veces cubiertas por la espesa vegetación, otras por la nieve). Sin duda, recompensa al ver una multitud de marmotas sorprendidas y rebecos asustados por tu inesperada presencia.

Fenetre du Tsan
Fenetre du Tsan

El camino en dirección a Cuney atraviesa un lindo bosque hasta la Finestre d’Erra. Desde aquí el sendero realiza una diagonal por la montaña hasta llegar al bivac de Tsan. Aquí los refugios no guardados les llaman bivaco. A partir de aquí empieza la ascensión al collado de Tsan que no entrama dificultades. No obstante, su vertiente oeste es algo más complicada realizando un zig zag por una vertiente bastante estrecha.

Bajando se llega al refugio de Reboulaz en apenas 15 minutos. Se trata de un refugio no guardado en condiciones fantásticas. Hay un par de habitaciones donde las literas están dispuestas con sus mantas y cojines y otra sala donde no falta de nada para hacer de ella tu casita por unos días. El paisaje, en un circo de montañas junto a un lago, es verdaderamente acogedor.

Desde el refugio de Reboulaz se inicia otra ascensión para cubrir el collado de Terray. Es de fácil ascenso y apenas encontré nieve que durante el descenso, en una diagonal partiendo la vertiente de la montaña, sí he encontrado lenguas de nieve que tuve que sortear bajando y subiendo por la ladera. Un verdadero rompe-piernas. Parecía como si la nieve y la montaña trataran de evitar que pudiera llegar al oratorio de Cuney. No obstante, conseguí atravesar la ladera y por fin pude contemplar la iglesia de Cuney a lo alto de un montículo. Entre nosotros nos separaba un último obstáculo. Un río bien crecido. Tuve que sacarme las botas y los calcetines para pasarlo y el agua fría me sentó mejor de lo que esperaba.

Oratorio de Cuney
Oratorio de Cuney

Llegué por fin al refugio y oratorio de Cuney. Ambos estaban cerrados ay no encontré ningún monje de clausura que me diera su bendición. Esto no es el Tibet y se predica mejor desde el sofá o a través de emisoras de radio que meditando sobre el sentido del universo en lo más alto de los Alpes.

El paisaje por sí mismo, no obstante, ya merece la pena para pegarse 10 horas de caminata. El refugio y el oratorio se encuentran mecidos en un harmonioso circo de montañas nevadas que vierten agua por todos lados creando lagos y ríos.

Llevaba 5 horas y media y aproveché para comer y descansar un rato. No podía dormirme porque me esperaba la vuelta y tampoco quería perderme la cena que me preparaban las ancianitas a las siete.

Durante la vuelta tampoco he visto a ningún alma salvo a un buen número de marmotas asustadas. El valle de Aosta es la tierra de las marmotas, por el camino se ven innumerables agujeros bajo tierra y cada cinco minutos oyes el silbido de alerta que emiten cuando te ven. Sólo en contadas ocasiones puedes sorprenderlas, aunque aun así, en un par o tres de segundos desaparecen de tu vista.

Aunque el camino era el mismo que tracé a la ida, tampoco aburrió. Entre el difícil paso de Tsan y las preciosas vistas se hace divertido y de buen llevar.

Al final, cansado y con la ducha y la cena en mente, se ha hecho algo más pesado pero, sin duda, la opción de retomar los pasos del Alta Vía 1 para contemplar Cuney y Reboulaz mereció la pena.

Al llegar al refugio me sorprendió ver una familia americana (madre e hija) cenando. Las ancianas se alegraron al verme y juntos nos dispusimos a cenar una buena pasta y un plato entero de trozos de carne hervida de todo tipo. Aunque ancianas, no era el tipo de comida italiana que esperaba encontrar. No estaba mal del todo, pero dejaba bastante que desear especialmente viniendo de la mano de un par de abuelitas italianas. Al fin y al cabo, se trata de un refugio de montaña y no de un restaurante con carta incluida!

Jornada 6: Del refugio de Barmasse al monte Cervino

Me despedí de las dos abuelitas en el refugio de Barmasse. Desayunando creo que convencí a Maria Luisa para que realizara un viaje a la India y de paso se embarcara en el trekking del Annapurna. La mujer trabaja dos meses en el refugio y luego tiene todo el tiempo del mundo, a no ser de sus 5 nietos y la dedicación que requieren.

Dejando atrás el refugio de Barmasse
Dejando atrás el refugio de Barmasse

Nos despedimos afectuosamente y partí bordeando el lago de Cignana en dirección a su homónimo collado. No obstante, antes de ascender el collado me ha apetecido acercarme al bivaco de Manti. Un camino cortaba casi verticalmente la ladera y subía a un altiplano cercado de cascadas y glaciares. No me lo he pensado dos veces. He echado un buen trago de agua, he dejado la mochila y he emprendido el camino hacia ahí. En algunos de los pasos difíciles habían colocado unas cadenas para sujetarse. El precipicio era de miedo y con mochila hubiera sido algo peligroso.

No he llegado hasta el refugio. Me he quedado en el valle admirando cómo los glaciares se convertían en ríos que se unían y descendían hasta el lago. Una imagen preciosa.

He vuelto donde había dejado la mochila y he proseguido el camino hacia el collado de Cignana. Sabía que el monte Cervino (o Matterhorn) a 4,478 metros de altura estaba a la vuelta de la esquina. Como un niño impaciente he seguido el sendero que sin descender va ladeando la montaña y, de golpe, me he encontrado con la silueta magestruosa del Cervino. Hay pocas montañas con una silueta tan bonita. El Ama Dablam, el Machapucre, el Cholatse son algunos de los que podrían estar a la altura.

aosta-quiqueEl valle y el pueblo de Cervinia están cercados por imponentes montañas cuyos glaciares desprenden multitud de cascadas. Apenas había nubes bajo un cielo azul claro y nítido. Realmente un premio inigualable tras una semana andando por los Alpes italianos. Desde los pies del Mont Blanc hasta los pies del Cervino.

He proseguido el camino 35. Las vías de montaña en los Alpes están muy bien elaboradas; no solamente indican con marcas amarillas el camino ha seguir sino que también van marcadas con números acorde con los mapas. El 35 bordeaba la ladera de montañas que cierra el valle por el oeste. A una altura de 2,600 metros me quedaba a escasos metros de los glaciares y las cascadas que se desprendían de ellos. Tras algún paso un poco dificultoso he llegado hasta el refugio de Ouca d’Abruzzi a 2,802 metros. Lamentablemente estaba cerrado por reformas. De todas maneras, a los pies del Cervino me he quedado admirando la preciosa silueta de la famosa montaña que aparece en las cajas triangulares del Toblerone.

Llegando al monte Cervino
Llegando al monte Cervino

He descendido entonces hasta el pueblo de Cervinia-Breuil y he buscado alojamiento. Nada bajaba de las 3 estrellas. Todavía era pronto y he echado una ojeada a los horarios de autobús. Al ver que tenía opciones de volver a Milán, he llamado a mi amigo Andrea y he decidido finalmente pasar la noche en su casa.

El pueblo de Cervinia, aunque se encuentra en un paraje envidiable, es feo y con ganas. Un montón de hoteles con demasiadas plantas y una organización mal hecha y un tipo de construcción reciente y con prisas.

A la espera del autobús que me llevaría a Aosta y posteriormente a Milán, me he tomado un buen plato de pasta y un café para celebrar esta fenomenal semana caminando entre los colosos Alpes Italianos. Entre collados de 3,000 metros, iniciando los caminos primaverales sin ver pisadas sobre la nieve salvo la de los rebecos y las marmotas. Unas auténticas vacaciones respirando aire puro y dejándome una buena tendinitis en el tobillo que ya se curará a la vuelta sentado unos días en la oficina.

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8 comentarios en “Trekking por el valle de Aosta: Del Montblanc al monte Cervino”

  1. Hace poco, durante el puente de la constitución, estuve en la zona francesa de Suiza y tras ver Gruyères me dije… Esto hay que repetirlo y la verdad es que vi varias rutas de trekking chulas una de ellas de hecho salía desde Interlaken, un must be que me he apuntado. ¿No sé si la habrás hecho?

  2. Gracias por esas fotos impresionantes Quique, vale decir que ya conozco otra parte mas de esta maravillosa tierra y sus costumbres.
    Animo y nos compartes mas de tus andanzas.
    Bendiciones para tu vida

  3. El año que viene tengo pensado ir a Gran Paradiso, tiene pinta de ser espectacular.. :):)

  4. Buenas Bob! no recuerdo que fuera un trekking demasiado exigente a excepcion de la nieve y hielo que me encontre en el Malatrá. Con un entreno aceptable se puede hacer con unas 6-7 horas diarias de caminata. Muy aconsejable!
    Me gustaria ahora hacer lo mismo en la zona del Gran Paradiso, al sur de esta zona alpina italiana. He visto fotos y es una autentica maravilla!

  5. blank
    Bob hoteles en vielha

    Hola
    La verdad es que apoyo que haberte lanzado ese trekking fue una locura pero a la vez una gran aventura, aunque tampoco creo que sea muy recomendable o por lo menos para los que no somos expertos. La verdad está muy interesante.
    Saludos

  6. pues si! me ha picado muchas veces el loco gusanillo para hacer trekkings en solitario! la verdad es que no es nada recomendable pero me encanta esa sensación y seguro que lo repetiré en breve. Esta zona de los Alpes es maravillosa, te la recomiendo! Saludos!

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