Dedicat al tiet Rolan a qui a ben segur li haurien encantat aquests pobles i montanyes. Sigui on sigui, que descansi en pau i que per fi hagi trobat la bicicleta!

De Katmandú partí bien pronto por la mañana en rumbo al Área de Conservación del Annapurna. Un montón de gente se apiñaba en el autobús, incluso un par de cabras andaban sueltas por el pasillo y unos cuantos se subieron al techo de la tartana. Llegamos a Besishahar. Desde aquí se inicia un trekking circular de más de 200 km alrededor de las montañas del Annapurna.
A las tres de la tarde por fin pude ponerme la mochila en la espalda y sumergirme entre las montañas más altas del mundo. De entre el barullo que se formaba en el autocar salió también un turista y resultó ser un tarragonés escalador profesional con expediciones como el Everest y otros gigantes a sus espaldas junto con el mismísimo Oscar Cadillach.
Juntos iniciamos el sendero y empezamos una ruta que se iniciaba a los 760 metros hasta los 5500 metros. Unos contrastes espectaculares, una biodiversidad acojonante pasando del más puro trópico con monos y cocoteros al paso más alto del mundo apto para senderistas.
El circuito pasa por diversos pueblos rurales de distintas étnicas donde existen hostales donde dormir y comer dalhbat (un compuesto de arroz, lentejas y verduras ideal para repostar fuerzas) aunque hoy en día en los menús hay de todo. La dura vida de alta montana se refleja en los nativos transportando cargamentos de hasta 120 kilos en la espalda con una cinta agarrada a la frente, en la dificultad del terreno y los días de travesía para ir de pueblo a pueblo.

Durante los primeros tres días subimos el cauce del río Mali Khola alcanzando los 2600 metros. Atravesamos su cauce a través de una garganta estrecha donde crecía todo tipo de foresta y aunque no vimos al Yeti sí pudimos ver camaleones, lagartos enormes, macacos y unos pájaros bastante curiosos estilo pájaro loco.

Esperando unos caballos a que cruzaran un puente para después poder pasar nosotros, algo bastante común por estos caminos, ocurrió algo inesperado. Los caballos al cruzar se desviaron y Javi tuvo que hacer un salto hacia atrás con la mala suerte de caer al borde a casi 3 metros de altura. Por suerte cayó bien de pies y solo se trató de una pequeña contractura en la espalda por lo que prefirió descansar un día en el siguiente pueblo.
Nos despedimos para volver a encontrarnos más adelante en Manang y yo seguí vía arriba entre pueblecitos y abandonando el valle para adentrarme en zonas mas altas donde el Manaslu y el Nemjung a más de 7000 metros se dejaban ver entre las pocas nubes que por suerte nos han acompañado.
Estamos a inicios de Setiembre, es temporada baja y todavía debido al monzón y la romería que me esperaba por suerte no la he encontrado todavía. Algunos senderistas de aquí o de allá y muy poca lluvia. ¡Así que mejor imposible!
Fue una suerte escoger la variante ascendente a Ghyaru. Fue una subida penosa hasta los 3700 metros pero las vistas del Annapurna II eran fantásticas. También escoger Nwagai para dormir fue un acierto junto a un belga y un alemán que encontré por el camino.

Un pueblo perdido entre las montañas del Himalaya. Puramente tibetano a 3600 metros. Un pueblo medieval con un monasterio y repleto de banderitas budistas. La vida debe ser muy dura por aquí, con temperaturas bajísimas. Viven de lo poco que se puede cultivar o de lo que pueden llevar a sus espaldas después de una semana de camino. Y las espléndidas vistas del Annapurna II y IV son una autentica gozada.
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Al séptimo día, me desvié de la ruta marcada y me dirigí hacia Tilicho. A partir de 4000 metros el terreno se vuelve más árido, apenas hay vegetación y la montaña forma rocas arenosas muy parecidas al estilo de Capadocia en Turquía. El camino se va complicando, además de la escasez de oxígeno, se atraviesa la ladera de la montaña totalmente erosionada de forma horizontal entre paredes casi verticales que dan pánico solo de mirar abajo. Atravesando la lengua del glaciar por arriba con vistas increíbles y con unas ganas terribles de llegar a suelo firme!

El valle finalmente se abrió y una lengua de glaciar seca y enorme me esperaba al lado del campamento base donde pude reposar del duro camino. A pesar de las nubes el pico Tilicho justo detrás el Annapurna I de 8090 metros y otros picos se dejaban ver no muy lejos con sus enormes glaciares formando una U enorme donde el río Kangshar bajaba ferozmente recogiendo cascadas -compañeros de viaje- a través del valle.
El lago Tilicho a 5100 metros se abre justo bajo el pico del mismo nombre entre glaciares. Incluso pude contemplar como en una de las laderas el hielo se rompía y una avalancha se precipito hacia el lago. Una maravilla. El único sonido que se podía escuchar en el circo era el estrépito del hielo al romperse como un trueno.

A la vuelta me uní con un israelita e intentamos evitar la difícil y peligrosa senda que nos llevó hasta el campo base. Tratamos de seguir el curso del río pero todavía parecía mas complicado así que no tuvimos mas remedio que volver a la senda que horizontalmente y con medio metro escaso de anchura cortaba la vertical y erosionada montaña.
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Lior, el israelita, sacó de su mochila una botella de whisky y pegamos un trago antes de empezar la dura tarea! Tras una hora de concentración logramos dejar atrás el peligro y seguimos senda arriba hasta llegar a Yak Karka donde descansamos del duro día.
A partir de aquí empezó a nevar y no dejo de hacerlo hasta que cubrimos el paso de Thorong La a 5416 metros, el más alto del mundo según la guía (posiblemente exista algún otro que diga lo mismo en otro país, no sería de extrañar) El camino, cubierto de nieve, se dejaba subir y quizás por la mentalización anterior y la aclimatación a la altura en Tilicho, no tuve problemas en dejarlo atrás en menos de dos horas desde Thorong Phedi y sin problemas de respiración. Incluso me fume un pitillo tan tranquilo!
A partir de ahí, me despedí de Lior, el israelita con el que me junte en Tilicho y emprendí una bajada de casi 3000 metros de desnivel (pobres rodillas!) hasta Kagbeni.
Lior se quedó con una tropa de 12 israelitas que iban a un hostal llamado Bob Marley en Muktinath (la verdad es que esta gente es bastante mas ruidosa que italianos y españoles juntos y a la hora de regatear hasta provocan vergüenza ajena de los rastreros que llegan a ser… con perdón si alguien se ofende)

Kagbeni es un pueblo precioso dentro de una meseta tibetana fronterizo con el área casi prohibida de Mustang (el permiso vale un páncreas y un par de riñones como mínimo) Rodeado de formas rocosas estilo Capadocia, seco, con vistas impresionantes al valle de Muktinath, Kagbeni es un pueblo medieval habitado por tibetanos. El ganado (vacas, yaks, cabras, gallinas) vive en los establos bajo las casas, que muestran un cráneo de yak sobre la puerta.
Me he instalado para dormir la noche en una casa o monasterio, todavía no lo tengo claro, en una habitación en la azotea donde el fuerte viento silba tantras y se ven vistas maravillosas del valle de Mustang. En la misma terraza donde tengo la habitación hay un montón de patatas por el suelo y al sur, a lo lejos, se divisa el Tilicho donde hace apenas un par de días lo miraba a sus pies como un niño pequeño. En la misma casa tienen metido a un Buda de unos tres metros. No he visto a ningún turista por el pueblo. Es como si aquí el tiempo se hubiera detenido hace 500 años.

Al día siguiente, el décimo día, emprendí la ruta dirección sur siguiendo el curso del río Gandaki. El río con un cauce enorme, esta repleto de fósiles de amonita, y se bifurca en infinitas variantes a lo largo del anchísimo cauce. Ni un alma se veía atravesar el río y parecía que el mundo se abriera ante mi, como si se estuviera descubriendo un tesoro enrome y repleto de amonitas ante mi. Al cabo de un rato, pareció llegar el tonto del pueblo que sin mediar palabra me acompañó durante una hora hasta llegar al siguiente pueblo.

La meseta desértica tibetana dejo paso a unos bosques frondosos. Lamentablemente no dejó de llover en todo el día y bajo el agua y entre nubes no pude disfrutar de las supuestas vistas espectaculares del Dhaulagiri, los tres Nilgiris y el Annapurna I que tanto cuesta ver!
Tampoco vi a otros senderistas pero al alojarme en el hostal de Kalopani, empapado y con unas ganas enormes de ducha caliente y dalhbat, la mujer me hablo de otro loco senderista que había pasado la noche anterior en el hostal viniendo de Kagbeni el mismo día y por la descripción no podía ser otro que el tarragonés con quien compartí los primeros días de aventura por el Annapurna.
¡Pani, pani, pani! De Kalopani a Tatopani y de ahí hasta Ghorepani! Pani significa agua en nepalí y la verdad es que no es de extrañar! Segundo día consecutivo sin dejar casi de llover y fue una lástima ya que recorrí un valle profundo mecido entre el Dhaulagiri y el Annapurna donde distaban entre ellos unos 40 km escasos. No obstante, no los vi ni de casualidad. Sólo un cúmulo de nubes cerniéndose sobre el valle y pegándose a las montañas (algo así como una de esas sanguijuelas que corren por aquí en los días de lluvia).
Llegar a Ghorepani desde Kalopani en un solo día fue quizás demasiado. La subida de escaleras desde Tatopani fue mortal con mas de 1600 metros de elevación. Los pueblos y los valles eran fantásticos, de nuevo campos de arrozales y cabañas por entre un valle verde y preciosos que hicieron la penosa subida un poco mas ligera, si es posible…
Por la mañana, el duodécimo día, decidí no llegar hasta el campo base del Annapurna ya que el tiempo no acompañaba demasiado y volver a Pokhara y preparar el siguiente trekking al campo base del Everest.

No obstante, subí al Poon Hill de 3210 metros (más alto que la Pica d’Estats y le siguen llamando colina!) donde hay una de las vistas más espectaculares de todo el Himalaya. Pude ver el Dhaulagiri y parte de los Annapurnas pero esas nubes malditas no dejaban de abrazar las montañas como si fueran amantes de por vida!
Hoy será el último día de una caminata espectacular donde he visto una biodiversidad increíble desde bosques tropicales a los 70 metros hasta llanuras desérticas tibetanas y glaciares terroríficos a más de 5000 metros. He pasado por pueblos de diversas minorías étnicas y trabado amistades con los pocos turistas que he encontrado por el camino.
Mañana si el tiempo lo permite podré ver, desde el lago de Pokhara, el impresionante círculo que he andado a través de estas espectaculares montañas.
JORNADAS
Los tiempos incluyen paraditas para el té, meaditas, etc.
1. Besisahar 760m – Ngadi 930 m (3h)
2. Ngadi – Tal 1700 (9:00h)
3. Tal – Chame 2670m (8:30)
4. Chame – Ngawal 3657 (8:00h)
5. Ngawal – Manang 3540m (3:00h, aclimatación)
6. Manang – Tilicho Base Camp 4200m (4:30h)
7. Tilicho Base Camp – Tilicho Lake 5000m – Yak Karta 4100m (10h.)
8. Yak Karta – Thoroung Pedi 4450m (3:00h)
9. Thorong Pedi – Thorong La 5416m – Kagbeni 2800m (7:30h)
10. Kagbeni – Kalopani 2530 (8:30h)
11. Kalopani – Tatopani 1190m – Ghorepani 2750m (10:30h)
12. Ghorepani – Poon Hill 3210m – Naya Pul 1025 (6:00) – bus a Pokhara

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