Dar la vuelta al mundo siempre nos pareció uno de esos sueños inalcanzables, hasta que un día le pusimos fecha y primer destino: 6 de Abril del 2019, Rusia. A partir de ahí todo cambió.
Y tras Rusia, vino Mongolia, China y Hong Kong. Luego continuamos por Japón, Vietnam, Camboya, Malasia, Singapur y Filipinas. Hasta llegar a Australia, país en el que actualmente nos encontramos antes de arrancar de nuevo hacía el otro lado del planeta. Por medio, decenas de ciudades, aventuras, viajes en todos los medios de transporte imaginables, culturas diferentes, gente extraordinaria y una experiencia que ha cambiado para siempre quiénes somos y nuestra forma de ver el mundo.
Pero antes de contaros nuestro viaje, queremos volver atrás y explicar qué nos llevó a tomar esta decisión.
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Marcando el objetivo: ¿por qué nos decidimos a dar la vuelta al mundo?
Romper con la previsibilidad de nuestras vidas fue el primero de los dos motivos que nos empujó a dejarlo todo. El segundo: el arrepentimiento. Arrepentirnos de haberlo hecho nos pesaría menos que no haberlo intentado nunca.
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Llenamos nuestras mochilas con estos argumentos y enseguida nos dimos cuenta de que no nos cabía nada más. No teníamos otra opción que cumplir el gran sueño de nuestras vidas: dar la vuelta al mundo.
Pepe es de Manzanares (Ciudad Real) e Isabel de Plasencia (Cáceres), y ambos residentes en Madrid, con buenos trabajos y una vida cómoda. Nada diferente a la gran mayoría de jóvenes. Siempre nos gustó viajar y en nuestras conversaciones aparecía continuamente la idea romántica de dejarlo todo para viajar sin billete de vuelta. Como muchos, creíamos que era una opción exclusiva de famosos o personas ricas, hasta que nos preguntamos, ¿qué hace falta para dar la vuelta al mundo? ¿podríamos hacerlo nosotros?
Los preparativos: ¿cómo conseguimos empezar la vuelta al mundo?
Teniendo el objetivo, sólo nos faltaba el plan para conseguirlo.
Lo primero fue fijar un presupuesto, y cuánto tiempo necesitaríamos para alcanzarlo. Obviamente no fue sencillo, tuvimos que renunciar a muchos planes y hacer algunos sacrificios, pero nunca dudamos de que merecería la pena.
Después, hicimos una lista de destinos a los que nos gustaría ir. Miramos vuelos, cómo de caro o barato era cada destino, cuántos días destinar a cada lugar…
Tras decidir que Rusia sería el primer destino porque es el país que más fácil y económicamente conecta Europa con Asia, no tuvimos dudas de que el criterio que seguiríamos para conectar un país con el siguiente sería la proximidad.
Desde entonces han pasado nueve meses y nuestros ojos han visto tantos lugares que cuando nos preguntan qué es lo que más nos ha gustado de todo lo que hemos visto no sabemos qué contestar.
Y así, con los sentimientos encontrados que sólo entiende quien ha dejado atrás a sus seres queridos en busca de sus sueños, nos despedimos de nuestras localidades natales y tomamos un avión hacia la primera parada de nuestra nueva vida: San Petersburgo.
La vuelta al mundo en marcha: una nueva vida de experiencias
Una vida que nos llevó a bordo del Transiberiano, desde Moscú hasta el lago Baikal. 5642 kilómetros en tren, atravesando 5 regiones y 5 husos horarios. O en camello por el desierto del Gobi, tras cruzar en furgoneta la desconocida Mongolia, donde tuvimos la suerte de poder convivir con familias nómadas, durmiendo en Ghers, compartiendo con ellos comidas y juegos.
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Una vida paseada por la Gran Muralla China, por la cinematográfica Zhangjiajie (famoso parque de Avatar), la moderna Shanghai o la mágica ciudad de Fenghuang.
Recorriendo las caóticas avenidas de Hong Kong y las organizadas calles de Kioto.
Una vida fotografiada a los pies del Monte Fuji, en los neones de Tokyo, o en los templos sintoístas de la ruta de peregrinaje del Kumano Kodo. Enamorarse de Japón ha sido una de las cosas más fáciles del viaje.
Y esta vida que hemos elegido, te lleva de extremo a extremo, y del orden japonés más absoluto te transporta a la locura de Vietnam. A Hanoi y sus puestos callejeros. A Ha Giang, sus etnias y distintas formas de vida. O a Lan Ha Bay y sus impresionantes formaciones rocosas naciendo del mar.
Nos ha brindado la oportunidad de recorrer Camboya, desde las recónditas playas de Koh Rong, hasta el imponente Angkor Wat, descubriendo la triste historia que dejaron en este país los Jemeres Rojos.
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De admirar de cerca las Torres Petronas y de maravillarnos con Singapur.
De disfrutar de las paradisíacas playas de Filipinas, el ambiente de la surfera isla de Siargao, las aguas cristalinas de El Nido y de aprender cómo su gente, con muy poco, vive con una sonrisa constante.
Finalmente, esta nueva vida nos ha traído hasta Australia, país que nos ha dado el tiempo necesario para asimilar todo lo vivido, del que seguimos descubriendo paisajes deslumbrantes a través de sus costas, en el que hemos buceado su Gran Barrera de Coral y nos hemos quedado sin palabras frente a la Ópera más famosa del mundo.
¿Cómo continúa todo esto?
Como no puede ser de otra manera, con más viajes, más sueños y más aventuras. Un 2020 en el que seguiremos viajando por Australia, daremos el salto a Nueva Zelanda, seguiremos hasta Hawai y solo el tiempo dirá donde termina esta lista de países que un día, sentados desde el sofá de nuestra casa, decidimos empezar.
Echando la vista atrás aún nos cuesta creernos la suerte que tenemos de poder hacer este viaje. Nos sigue pareciendo mentira que fue hace menos de un año cuando salimos de casa con la incertidumbre de qué nos depararían los meses venideros y de si seríamos capaces de recordarlo para contarlo a nuestros hijos y nietos algún día.
Para no olvidarlo, y por la felicidad que nos proporciona ayudar a que otros viajeros cumplan sus sueños, decidimos abrir un blog y una cuenta de Instagram donde guardamos todo lo vivido y esperamos vuestros comentarios para animaros a realizar el primer paso si tenéis las mismas dudas que nosotros al principio.