Saboreando el Mediterráneo en Cambrils

Lubina-y-MenorquinasSi  sois de los que al leer o escuchar la palabra «Mediterráneo » notáis como inmediatamente vuestro cerebro activa su zona más sensual y empieza a generar pensamientos agradables relacionados con sol, mares azules, playas de arena dorada, comidas felices con largas sobremesas, buen vino y vida sencilla estad atentos a esta serie de relatos porque sin duda os va a interesar.

Con el nombre de Mediterráneo 100% y de la mano de Saborea España, el objetivo era realizar una ruta turística por varias localidades de la costa de Cataluña y Valencia con un objetivo: descubrir lo que en esas tierras se come y por qué se come. Desde los platos más tradicionales que ayudaron a mitigar el hambre de épocas felizmente superadas a lo último en restaurantes «estrellados» por obra y gracia de una conocida y polémica guía roja de inconfundible aroma francés.

Comenzamos un soleado jueves de Abril en el puerto de Cambrils, a pocos kilómetros al sur de Tarragona, probando una nueva actividad turística única en España que satisface el apetito del gastrónomo y la curiosidad del viajero amante de las experiencias originales.

Se trata de embarcarse en una lancha para ver a muy poca distancia como un pequeño barco de arrastre, de nombre P. Bomba, recoge el cerco con las capturas del día básicamente pulpo, cigala, rape y algo de merluza  que luego se llevan a la lonja para su subasta.

Arrastrero BombaEl espectáculo vale la pena porque resulta sorprendente casi poder tocar con las manos el «copo» o parte final del cerco donde se acumulan los peces que luego alguien se comerá en alguno de los numerosísimos restaurantes de la zona porque no sé si lo hemos mencionado pero Cambrils es conocido por sus playas familiares y por ser uno de los destinos preferidos de la costa catalana para los devotos de la cocina del mar.

De hecho esta actividad no acaba aquí porque si se quiere (y es muy recomendable) se puede continuar en el restaurante L’Indret con una comida que recrea el tradicional rancho marinero que se cocinaba a bordo, en este caso un guiso de pulpo de roca con fideos (ojo no confundir con una fideuá) excepcional, acompañado de un tartar de atún de almadraba, un tataki de atún a la brasa ligeramente ahumado (asombroso) unos huevos camperos con angulas y unas anchoas que estuvieron en salmuera solamente durante 12 días, sin duda el plato mas sorprendente de todos y por el cual vale la pena la visita al restaurante.

Guiso-de-pulpo

Tartar-y-anchoa

Por cierto, para los mas valientes y curiosos existe la opción de pasar toda una jornada de pesca a bordo del P. Bomba compartiendo el trabajo con los marineros desde la madrugada hasta la hora de comer. Eso sí, solo hay cuatro plazas por día así que daros prisa.

Por la tarde visita a la heladería/turronería (depende de la época del año) Sirvent en el paseo marítimo (imprescindible el helado de mojito o cualquiera de los de turrón) para después conocer la tienda de la Cooperativa de Cambrils donde pudimos comprobar que la filosofía del «Km. 0» y del producto de proximidad está muy presente en este pueblo desde hace más de 100 años.

Iberia Express

Cooperativa-CambrilsVerduras ultra frescas  gran variedad de aceitunas de mesa, vinos y cavas de la zona, un muy premiado aceite de oliva virgen extra de nombre Mestral, como el viento del noroeste, hecho con aceituna arbequina y perteneciente a la D.O. Siurana… en definitiva un verdadero espectáculo de color y sabor.

Después de charlar un rato con el gerente nos despedimos de Cambrils y su gente para continuar camino hacia nuestro siguiente destino: Sant Carles dela Ràpita, puerta de entrada al fascinante microcosmos del Delta del Ebro. Pero eso es otra parte de la historia…

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