Qué hacer en La Rioja, 7 actividades imprescindibles en una tierra de vinos

A La Rioja se la conoce por el vino de sus , cuya calidad y sabor son tan apreciados tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, pero como os hemos contado con , hay muchas más posibilidades de ocio en esta comunidad. Por eso, os traemos 7 cosas que hacer en La Rioja cuando es la primera vez que la visitas.

Mini gastronomía en forma de tapas, o con «G» en alguno de sus excelentes restaurantes, varios de los pueblos más bonitos de España, o la imprescindible visita a una bodega son algunas de nuestras propuestas de qué ver y hacer en La Rioja, y que encontraréis en este artículo.

1.- Cenar (muy bien) a base de tapas en Logroño

Probablemente el primer lugar en que os alojeis en una escapada a La Rioja sea la capital de la comunidad, Logroño. Nosotros lo hicimos en nuestro último viaje (nos quedamos en el Hotel F&G Logroño, Av. Viana, 2-6) y no sólo descubrimos una atractiva ciudad repleta de historia, incluyendo formar parte destacada del Camino de Santiago, sino también una ciudad que eleva la humilde tapa a otro nivel.

No se puede ir a La Rioja y no salir de tapas por Logroño. Con la mayoría de los bares que las ofrecen concentrados entre la Calle (del) Laurel, la Calle San Juan y alrededores, uno podría hacer una verdadera ruta de tapas por Logroño cenando a base de ellas pues hablamos de unos 70 bares y restaurantes concentrados en poco más de 300m.

Hay tapas clásicas e imprescindibles, como el “Champiñón a la plancha con gamba” (exactamente como suena) en Soriano, el “Cojonudo” (picadillo de chorizo con huevo de codorniz y pimiento), en el Muro o el “Matrimonio” (Anchoas – en aceite, curada en vinagre y semi-curada -, con pimiento verde frito en un bollito caliente) en el Blanco y Negro, el bar más antiguo de Logroño (fue fundado a finales del siglo XIX).

¿Que el nombre sin explicación no os dice nada? Pues echadle un vistazo a las 67 fotos de pinchos y tapas de los bares de La Laurel en su web. Pero no lo hagáis en ayunas o se os despertarán ganas de probarlos todos.

2.- Descubrir la cultura del vino en el Museo Vivanco

Nuestra primera aproximación al mundo del vino no debería ser con una copa de Rioja en la mano (esa debería ser la segunda). Para entender la historia, el proceso y la evolución del producto que tenemos delante, deberíamos visitar antes el Museo Vivanco de la Cultura del Vino.

Para esta visita recomendable, si no imprescindible, en una escapada a La Rioja, nos desplazaremos a la entrada del pueblo de Briones, a poco más de media hora en coche de Logroño.

Allí nos espera el, probablemente también hoy, museo dedicado al vino más importante del mundo, pues la UNESCO le otorgó ese galardón en 2007. Detrás de esa medalla hay 4.000m2 en el interior, y viñedos multivarietales en el exterior, donde la Familia Vivanco expone al público desde 2004 el resultado de casi medio siglo de trabajo en torno al vino pero también de coleccionismo de piezas únicas.

Encontraremos todo tipo de aperos, útiles y maquinaria usados para la producción de vino desde mediados del siglo pasado, pero también información y dioramas sobre las distintas fases de elaboración del preciado líquido. Además, como hemos mencionado antes, distintas obras de arte y piezas que la familia ha ido adquiriendo con el tiempo. Os avisamos, reservad al menos dos horas para esta visita, y aún así puede que os quedéis cortos.

3.- Callejear sin prisa por alguno de los pueblos más bonitos (de España)

Hace ya una década que se puso en marcha la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, para darle el merecido respeto al término “pueblo” que a veces se usa con un inmerecido desdén. Los pueblos que integran la asociación, unos 100 de toda España, no pueden tener censados más de 15.000 habitantes, han de ofrecer al visitante un cuidado y valioso patrimonio histórico o natural y han de ser singulares.

Cuatro pueblos de La Rioja son de los más bonitos de España, se encuentran integrados en esta asociación, y son Sajazarra, Viniegra de Abajo, Viniegra de Arriba y Briones.

Como os imagináis, por sus dimensiones, son pueblos que se disfrutan en poco tiempo, pero eso no significa que aceleremos el paso para ir a otro destino.

Antes al contrario, se os ha regalado la experiencia de pasearlos así que disfrutad de sus castillos (en Sajazarra), las casas palaciales de los indianos (en Viniegra de Abajo), las calles medievales entre las montañas (en Viniegra de Arriba) o las puertas de la villa y la casa más antigua de La Rioja (en Briones).

4.- Comer los mejores productos de la tierra

El vino es el producto por excelencia de La Rioja, pero no sólo de vino vive el hombre. Para acompañarlo, o para usar este como maridaje, de la huerta y la cabaña de esta región salen productos de alta calidad.

Por ejemplo el escaso y selecto Queso de Los Cameros D.O.P. (que sólo tiene leche de cabra y procede de una zona geográficamente muy reducida), la Coliflor de Calahorra I.G.P., la Marca de Garantía “Champiñón y Setas de La Rioja” o Ternoja, la marca de calidad de los ganaderos de la Asociación Riojana de Vacuno de Carne (ARVAC).

Los podréis degustar como ingredientes en distintos platos y en multitud de restaurantes de La Rioja. Si para muestra un botón, aquí cinco:

• Las chuletillas de cordero en el Asador Ochavo (Calle del Olmo 2, 26212 Sajazarra)
• El taco de lomo bajo asado en el Restaurante Juan Carlos Ferrando (Calle María Teresa Gil de Gárate 7, Logroño)
• La yema de huevo sobre pimientos y ajo en Chef Nino (Padre Lucas, 2, Calahorra)
• La constante renovación de los menús vinculados a los ciclos lunares en Venta Moncalvillo (Ctra. Medrano, 6, Daroca de Rioja)
• El cordero lechal al horno del Asador Terete (C. Lucrecia Arana, 17, 26200 Haro)

5.- Visitar una bodega con denominación de origen

La Rioja es tierra de vino así que no nos podemos ir de La Rioja sin visitar alguna de sus bodegas, donde aprender más del proceso que transforma la uva en la deliciosa bebida que conocemos. Además, las visitas incluyen una degustación del vino que se produce en esa bodega, para que podamos probar el resultado final de todo el trabajo de los viticultores.

A lo largo y ancho de los paisajes vinícolas de esta comunidad encontramos más de medio millar de bodegas pero sólo 324 tienen la Denominación de Origen Calificada La Rioja, el máximo sello de calidad a su producto. De entre esa selecta lista, aproximadamente 80 bodegas de vino D.O.Ca. se pueden visitar en La Rioja.

Repartidas por todo el territorio, las podemos encontrar desde en la propia capital hasta lindando con otras comunidades. Algunos ejemplo de (en el enlace hay más detalles de cada una) son Bodegas Muga (Haro), Bodegas Franco Españolas (Logroño), Bodegas CVNE (Haro), Bodegas Marqués de Reinosa (Autol), Bodegas Bilbaínas (Haro), Bodegas Lecea (San Asensio), Bodegas Roda (Haro), Bodegas Vivanco (Briones), o Bodegas Finca de Los Arandinos (Entrena), de la que hablaremos más adelante en este artículo por una peculiaridad suya.

6.- Pasear por un viñedo

La época de vendimia en La Rioja depende de la climatología y del carácter de las estaciones que pueden hacer que esta se adelante o retrase, pero, grosso modo, abarca desde primeros de septiembre hasta finales de octubre.

Si visitas una bodega anexa a un viñedo, es habitual que se incluya un paseo por este si las condiciones lo permiten, recuerda que no deja de ser una zona de trabajo. También puedes pasear junto a viñedos pues los caminos que los bordean y a veces cruzan, ya que no están restringidos, tal y como hicimos nosotros cuando recorrimos el pueblo de Sajazarra y alrededores en Segway.

Si viajas en verano antes de la vendimia, disfrutarás de los viñedos en todo su verde esplendor y llenos de racimos de uvas. Si lo haces durante la vendimia, verás los trabajos que conlleva esta con tractores y jornaleros dedicados a la tarea de la recolección de la uva. Si viajas en otoño, los viñedos se convierten en un precioso paisaje de ocres, marrones y rojizos.

Pero no descartes venir en invierno porque habrá menos turistas y la proverbial “postal fotográfica” tendrá un color de blanca pureza.

7.- La experiencia 360º de dormir en una bodega

Si el vino duerme en barricas de madera esperando a un despertar que puede tardar meses o años, tú puedes dormir en una bodega sobre ese mismo vino.

Aunque hay muy buenos hoteles por La Rioja, para todos los gustos y presupuestos, tenemos que destacar la experiencia completa, los 360º de la oferta del Hotel Los Arandinos.

De hecho, se entenderá mejor con el nombre comercial completo del establecimiento, Hotel Bodega Restaurante Spa Los Arandinos (Ctra. LR-137 km. 4,6 26375 Entrena).

Los viñedos de Los Arandinos ocupan 16 hectáreas de terreno repartidas por la localidad riojana de Entrena, con una parte importante de ellos en torno a un edificio de moderno diseño exterior e interior.

Una parte de ese edificio, que está rodeado de vides, se dedica a la bodega, un espacio con alma que se puede visitar. Otra parte, que es visible desde la sala de catas, es el Restaurante Tierra, un nombre que es toda una declaración de intenciones sobre la importancia del producto en la carta.

El Spa, a pie de viña, cuenta con un circuito de 2 horas que comprende piscina dinámica, sauna finlandesa, ducha ciclónica, pediluvio, baño turco y piscina fría, además de la posibilidad de reservar masajes, terapias y tratamientos relax en el mismo hotel.

Y luego, dejando para el final lo principal, está el propio Hotel Los Arandinos, una conjunción de arte, modernidad y diseño en este entorno rural. Las 14 habitaciones de que dispone se reparten entre habitaciones dobles con terraza e ingeniosamente transformables (9), habitaciones sobre la nave de barricas y terraza con césped (3), junior suite sobre la nave de barricas (1) y suite (1).

Detrás de la realización de las mismas están en unos casos el diseñador David Delfín y en otros el arquitecto Javier Arizcuren. Los amplios espacios, la calidez de los materiales y el confort son comunes a ambos planteamientos.