A través de un recorrido ciertamente plano y de escaso esfuerzo se abre una interesante propuesta senderista para hacer en familia. Nos encontramos en las inmediaciones de la población de Marganell, a pocos kilómetros al norte de Montserrat y donde existe un conjunto de ermitas románicas dispersas por su entorno.
La ruta consta de poco más de 5 kilómetros y según el ritmo que nos propongamos lo podemos hacer en 1 o 2 horas. Apenas encontramos desnivel y a través de un entorno agrario tendremos una espléndida visual de las montañas de Montserrat prácticamente en todo momento. Además, podremos contemplar tres ermitas románicas que le añadirán un toque cultural a la jornada senderista.
El camino es circular por lo que podremos empezar en cualquier punto del recorrido. Nosotros optamos por acercar el coche hasta la ermita de Sant Cristòfol y emprendimos la marcha en dirección a la ermita de Sant Esteve. Existe un extenso parking por lo que es un sitio ideal para iniciar la ruta.
Sant Cristófol es una ermita levantada el siglo XI aunque ha visto varias remodelaciones durante su existencia especialmente del siglo XVIII. Cuando llegamos estaba cerrada por lo que no pudimos ver su interior. Si llegáis un domingo a la hora de la misa podréis entrar y verla.
El camino en dirección a la ermita de Sant Esteve pasa por varias masias desperdigadas de la zona, cruza varios campos labrados y en todo momento tenemos una visual perfecta de la curiosa silueta del macizo de Montserrat que tantas leyendas ha creado.
La ermita de Sant Esteve se encuentra en peor estado de conservación que su vecina pero, sin lugar a dudas, aporta una puesta escénica mucho más impresionante con parte de su interior en ruinas y los detalles de una arquitectura de románico tardío del siglo XIIUI.
Aprovechamos para realizar un picnic en la misma ermita. A pocos pasos de ella encontraréis unas mesas para dejar vuestras cosas. No obstante, hacía bastante viento y optamos por encontrar cobijo en el interior de la ermita cuyo techo está completamente desprotegido.
Tras el descanso seguimos el recorrido en dirección La Fassina, el punto más al norte de la ruta, una antigua masia de la zona. Hasta llegar a ella deberemos caminar unos centenares de metro por la carretera. Monótona pero que no entrama peligro.
Tras dejar atrás La Fassina nos desviamos para acercarnos a la ermita de Sant Jaume. Fue construida en el siglo XII y ofrece una buena conservación.
Desde la ermita de Sant Jaume nos adentramos nuevamente por senderos amplios que cruzan campos labrados. En todo momento tenemos la deliciosa visual frente a nosotros de toda Montserrat. Ya apenas nos quedará una media hora aproximadamente para llegar de vuelta a Sant Cristófol donde el coche nos espera.
Sin duda es una excursión muy recomendable para realizar con pequeños a las afueras de Barcelona que se estrenan a la afición de caminar por la montaña. Los desniveles son escasos y los 5 kilómetros se hacen bien con las pertinentes paradas a lo largo del recorrido. Una buena manera de sacar al pequeño de la mochila y que empiece a usar sus propias piernas.
Si no tenéis intención de hacer picnic y queréis almorzar como es debido tenéis el restaurante Cal Jepet a pocos metros del punto de inicio de la ruta en la ermita de Sant Cristòfol. A través de este enlace podréis reservar mesa en el restaurante.