Ruta en coche por la costa de Rio Grande do Norte (Brasil)

Te esperan 400 km de costa con playas vírgenes, dunas y mucha diversión

Brasil es un país tan grande y variado que no hay mejor manera de conocerlo que realizando pequeños viajes en él, para ir descubriéndolo con la parsimonia y dedicación que merece. Una de las partes más bellas e inexploradas de Brasil es el estado de Rio Grande do Norte, que ofrece vibrantes ciudades, sierras en el interior y, sobre todo, más de 400 km de una costa que cumple a la perfección la imagen idílica de ese litoral virgen en el que las dunas y la selva se convierten en un solo ser que acaba acercándose, con timidez, a unas aguas del Atlántico que aquí adquieren tantas tonalidades de azul que parecen salidas de la paleta de un pintor loco.

Para que compruebes por ti mismo que estos maravillosos lugares existen en el mundo real, te vamos a proponer una espectacular ruta en coche por la costa de Rio Grande do Norte. En ella tendrás las localidades de Natal – capital del estado de Rio Grande do Norte – y Pipa como bases, y desde ellas irás descubriendo los mejores enclaves costeros de la zona.

Estos son los mejores lugares que visitarás en tu ruta:

1. Natal, calidez y bossa nova en el norte de Brasil

Natal. Foto cedida por EMPROTUR/RN

Natal es una ciudad caliente en todos los sentidos. La temperatura que puedes disfrutar en ella – durante todo el año – se mueve entre los 22 y 31 grados, convirtiéndola en un lugar ideal para vivir. Y hay otro calor en el ambiente, el que proporciona la alegría y hospitalidad de sus gentes.

La capital del estado de Rio Grande do Norte es famosa por sus playas – tanto urbanas como las de sus alrededores -, su gastronomía de raíces afroamericanas y los muchos locales en los que la gente se divierte – desde la caída del sol – bailando a ritmo de samba y bossa nova, mientras las caipirinhas no dejan de fluir, como la sangre de los dioses, hasta el amanecer.

En Natal merece la pena visitar su primera construcción, el Forte dos Reis Magos, una fortaleza defensiva en forma de estrella que fue levantada por los portugueses en 1599. Además, se encuentra en la playa más concurrida de la ciudad.

Si te gustan las artesanías, no puedes dejar de acercarte al Centro do Artesanato, que se aloja en un antiguo edifico que sirvió de prisión. En el bello centro histórico de Natal también encontrarás un buen números de iglesias centenarias y edificios neoclásicos del siglo XIX, entre los que destaca el Palacio Potengi, que alberga la Pinacoteca do Estado.

Para los amantes del aire libre y la naturaleza, el Parque das Dunas – segundo mayor parque urbano de Brasil – y la Via Costeira – un paseo marítimo que une la playa de Ponta Negra con las de la ciudad – son las mejores opciones.

2. Aventura en buggy por las dunas de Genipabú

Foto cedida por EMPROTUR/RN

Unos 20 km al norte de Natal se encuentra la preciosa playa de Genipabú. Quien atraviesa sus extensas dunas tiene la impresión de estar en un verdadero desierto, pues la arena llega hasta donde alcanza la vista. La mejor manera de apreciar este paisaje es dando un paseo en buggy que te lleva a lagunas sitas entre la arena.

También podrás vivir la emoción de las tirolinas que parten desde lo alto de las dunas y te hacen volar sobre el mar, antes de dejarte caer en él. Los paseos en dromedario son otra divertida opción aquí.

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3. Tourinhos y São Miguel do Gostoso

Praia do Marco en Touros. Foto cedida por EMPROTUR/RN

Este será el punto más alejado, hacia el norte, de nuestra ruta en coche por la costa de Rio Grande do Norte.

Un detalle peculiar llama la atención de los viajeros en las playas de la pequeña ciudad de São Miguel do Gostoso: el sol se pone sobre el mar, en lugar de ponerse en tierra firme, como ocurre en todo Brasil. Este fenómeno es posible gracias a la posición geográfica del municipio, justo en la esquina del continente.

Los fuertes vientos de la localidad son considerados excelentes para la práctica del windsurf, por lo que el lugar se ha convertido en un reclamo mundial para este deporte y es fácil escuchar diferentes idiomas en las calles de la ciudad. Este cosmopolitismo trajo a la ciudad posadas y restaurantes de buena calidad y una popular vida nocturna.

En la playa de Tourinhos, la sugerencia es ver la puesta de sol desde lo alto de un acantilado. En sus arenas no hay vendedores ambulantes ni gran afluencia de público. Tranquilidad total.

4. Playa de Maracajaú

El gran atractivo de esta playa son sus piscinas naturales -conocidas como “parrachos”- que permiten darse un chapuzón en aguas cristalinas en el mar. Diariamente, unas lanchas te llevan a un catamarán que navega a pocos kilómetros de la costa, para poder hacer snorkel y disfrutar de coloridos peces, y tomar cócteles y snacks.

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5. Playa de Pirangui

Cambiamos el norte por el sur para visitar Pirangui, una auténtica playa de postal que posee un ambiente de relajación absoluta. Además, en ella encontrarás unas fabulosas piscinas naturales que resultan ideales para la práctica del snorkel, pudiendo apreciar todo el colorido de la vida submarina propia de estos lares. A esas piscinas podrás acceder en un barco que luego te llevará a conocer lugares tan hermosos como la Barrera del Infierno (un acantilado de piedra rojiza) y la conocida playa de Búzios.

Cerca de Pirangui también merece la pena detenerse a tomar algo en la laguna de Arituba, un oasis natural al que se asoman chiringuitos de cierta atmósfera hippie.

6. Playa de Pipa

Praia da Pipa. Foto cedida por EMPROTUR/RN

Al sur de Pirangui – y a unos 77 km de Natal –  se encuentra la playa de Pipa.

El lugar, que en los años 80 era sólo un pueblo de hippies y pescadores de difícil acceso, hoy es una de las playas más populares y cosmopolitas de Brasil. Reúne paisajes paradisíacos – como el Chapadão, un conjunto de acantilados que forman un inmenso muro junto al mar – y playas de aguas templadas donde los delfines van a bañarse con los turistas, como las playas de Amor y Baía dos Golfinhos – y también una gastronomía de buena calidad y una animada vida nocturna en bares y discotecas.

Personas procedentes de todos los rincones del mundo toman ahora las calles de Pipa. Desde los que se enamoraron del lugar y montaron un negocio allí, hasta los extranjeros que incluyeron el destino entre sus favoritos.

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7. Playas de Amor, Golfinhos y Madeiro

Estas tres playas se hallan cerca de Pipa.

La del Amor es un auténtico paraíso para surfistas, mientras que en la de Golfinhos podrás admirar delfines salvajes a diario y en la de Madeiro la gente disfruta de la vida en sus chiringuitos con espectaculares vistas.

Un buen añadido en este lugar es el paseo en barco por la laguna de Guaraíras, un bello entorno natural rodeado de acantilados y con una vegetación salpicada de manglares. Un enclave perfecto para la cría de camarones.

8. Playa de Barra do Cunhaú

Barra da Cunhaú. Foto cedida por EMPROTUR/RN

Situada unos 90 km al sur de Natal, junto a la playa de Pipa, la playa de Barra do Cunhaú es muy popular entre los practicantes de kitesurf y windsurf.

Junto a ella se encuentra la playa de Barrinha, el río Catú y sus manglares que se encuentran con el mar. También la de Pontal, que tiene una longitud de 5 km y presenta casetas de playa, restaurantes y posadas. A las playas se suma Sibaúma, un bonito pueblo ancestral.

9. Playa de Sagi y Baia Formosa

Baia Formosa. Foto cedida por EMPROTUR/RN

Unos 100 km al sur de Natal, las playa de Sagi y Baia Formosa son un verdadero espectáculo natural que casi limita con el estado de Paraiba.

Baia Formosa es un fotogénico pueblo pesquero que aún mantiene todo el encanto de antaño. Es un conocido lugar para surfistas (tanto, que ha dado un auténtico campeón mundial de surf, Italo Ferreira).

La playa de Sagi cuenta con exuberantes paisajes salpicados de densos bosques atlánticos y manglares bien conservados. Además, aquí puedes darte un baño de arcilla, hacer una excursión en canoa por el manglar o lanzarte en tirolina en el río Sagi.

10. Disfruta de la gastronomía en tu ruta en coche por Rio Grande do Norte

La gastronomía de esta zona es muy variada, con influencias portuguesas y americanas, pero destacan algunos platos. El más conocido de ellos es la carne seca al sol con yuca, judías verdes, puré de queso y arroz con leche. En lengua tupi, potiguar (como se llama a los nacidos en el estado de Rio Grande do Norte) significa “comedor de camarones (o gambas)”, haciendo justicia a la abundancia de recetas preparadas con este crustáceo en Rio Grande do Norte.

Entre los bocadillos, los favoritos de los potiguares son la paçoca de pilão (carne secada al sol y molida manualmente en un mazo de madera, con harina y cebolla morada), el cangrejo cocido en leche de coco y la ginga con tapioca (un pescado más pequeño que una manjubinha, servido dentro de una tapioca ). Las dulces de frutas tropicales (coco, papaya, jaca, marañón, guayaba) son un éxito, sobre todo si se acompañan con una rodaja de queso coalho o mantequilla.

Mapa de los principales puntos a visitar en la ruta en coche por la costa de Rio Grande do Sul

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