Desde que tenemos una tele personal con un montón de películas para devorar, los vuelos transoceánicos ya no se hacen tan pesados como antaño.
El 25 de diciembre decidí cambiar el cava y los turrones por un viaje a Venezuela de 16 días. La compañía aérea escogida fue Air France y con una conexión en París llegué a Caracas tras horrorizarme con The Hangover 2, tratando de entender una extraña combinación entre la mitología vikinga, mundos paralelos y los Estados Unidos en la película Thor y entreteniéndome con series como Two and a half men y otras.
Me sorprendió observar que el avión ofrece asimismo cámaras con distintas perspectivas para ver donde nos encontramos. Al aterrizar a Caracas, por ejemplo, disfrutamos de un plano estupendo mientras tócabamos tierra firme:
Al llegar al aeropuerto de Maiquetía pasé el trámite de inmigración con cierto apuro. Por lo visto, a los turistas con pasaporte español -al contrario que a las demás nacionalidades europeas- se les pide una reserva de hotel impresa de antemano. No sirve apuntar a mano en la hoja de inmigración la primera dirección de hotel que encontramos en la guía como había hecho en otras ocasiones. Desconozco la razón de esta medida pero intuyo que al gobierno venezolano no le gustará que europeos de habla española se instalen en casa de venezolanos por motivos de influencia externa.
Tenía hecha una reserva en Ciudad Bolivar realizada de forma telefónica así que no tenía ningún papel que lo demostrara. Tras insistir un rato pude convencer al agente y finalmente me estamparon un nuevo sello en este pasaporte donde apenas me quedan 6 páginas libres.
El aeropuerto de Caracas ostenta la fama de ser uno de los aeropuertos donde más maletas se pierden. Ya anteriormente lo pude comprobar al perder mi mochila cuando volaba a Lima con escala en Caracas. Afortunadamente, esta vez nuestras mochilas llegaron sanas y salvas y nos dirigimos a la terminal de vuelos nacionales. Nos esperaba un nuevo avión con destino a Ciudad Bolivar.
La terminal de vuelos nacionales se encuentra a unos 5 minutos andando así que evitamos taxis y demás «almas caritativas» que trataban a priori de ayudarnos de forma altruista.
Fuimos al check in de Rutaca y volvimos a facturar. Al pasar por seguridad me di cuenta que me habían dado un billete con el nombre de otro pasajero. ¡Me bautizaron con el nombre de Angelo Triscari! Volví al mostrador y por lo visto se habían equivocado al darnos los billetes. Por el aeropuerto corría alguien con mi nombre y aparentemente había pasado el control de seguridad sin problemas.
Subsanaron el error imprimiendo nuevamente el billete. Esta vez comprobé que mi nombre era correcto y fui a la puerta de embarque sin tener claro si el tal Angelo y yo tendríamos que compartir asiento durante el viaje.
Al anunciar el embarque, el tipo de Rutaca avisó por megafonía al señor Angelo y, por si no lo había observado, le indicaron que llevaba un billete con otro nombre. Embarcamos finalmente a un avión donde había dos pasajeros con el mismo nombre, el mismo número de pasaporte y el mismo asiento. Afortunadamente, cada uno pudimos sentarnos en lugares distintos y no tuvimos más problemas.
Llegamos al diminuto aeropuerto de Ciudad Bolivar sobre las 8 de la noche. Cansados tras tantas horas de vuelo, nos preparamos mentalmente para cambiar euros en bolívares con un contacto que previamente habíamos acordado. Más adelante os contaré cómo funciona el mercado negro en Venezuela y la importancia de cambiar dólares o euros y olvidarnos de tarjetas y cajeros.
Tras llenar la cartera con un buen puñado de bolívares nos llevaron a la posada La Cumbre en Ciudad Bolivar. Afortunadamente, el servicio de restaurante estaba abierto y pudimos disfrutar de un buena parrilla y la primera Polarcita celebrando nuestro inicio de viaje.
Nos quedaban 16 días para disfrutar de los secretos venezolanos. Sin duda, ¡la emoción del primer día al llegar a tu destino es una de las mejores sensaciones en cualquier viaje!
Haz click para más info y llévate un 5% de descuento.
Pincha aquí para hacer tu reserva.
Estimado Quique:
A veces cierta ingenuidad te evita meterte en problemas, pero en verdad, ¿desconoces por completo el trato que se da a los latinoamericanos cuando queremos viajar a españa?
Te cuento, para entrar a españa un argentino, chileno, venezolano, mexicano, etc… Necesitan una carta de invitación, comprobar tantos euros para manutención y la famosa carta del hotel donde uno se hospedará o en su defecto carta de invitación del amigo o familiar que te hospedará.
Será reciprocidad del gobierno venezolano al trato migratorio que se les da a sus conciudadanos en España.
Ah te comento, sólo españa pide esas cosas, uno puede llegar a Europa por cualquier otro punto y nada, solo debes mostrar boleto viaje redondo y listo.
¡Un fuerte abrazo!
Hola, soy d evenezuela y no los billetes no son atiguos, los billetes viejos y la monedas viejas dejaron de circular desde hace 2 años, los de la fotos son los actuales bolivares fuertes.
Antiguos? pues los usé perfectamente durante enero 2012…
perdona la pregunta los billetes de la foto son antiguos por que ?????
Hola Jaular, esa fue mi experiencia en Venezuela y poco a poco me fui aclimatando al estilo venezolano. Te aseguro que el viaje fue de maravilla!
Espero que la hayas pasado bien en Venezuela, soy Caraqueño, bueno si te diste cuenta, algo particular de Venezuela es que las cosas funcionan algo informalmente. He visitado tu tierra y no tengo quejas, aparte de algunos trancones debido a protestas en Madrid, definitivamente volveré. saludos
Tu pagina es muy servicial. Gracias por compartir tus ideas. Son bien unicas
Hola Eduardo. Me sorprendio porque España es el unico pais europeo al que exigen esta documentacion.
Este era el inicio del viaje, a lo largo pude comprobar la calidad de la gastronomia venezolana!
Hola, pues yo creo que lo que es igual, no es trampa. Así que si aquí en España a los venezolanos nos exigen de todo, incluso como estudiantes. Pues a uds les toca demostrar qué harán allá. Teniendo en cuenta que no todos los españoles son buenos, ni todos los venezolanos son malos. En cuanto a la gastronomía, digamos que la tuya sólo ofrece jamones o tal vez no te llevaron a buenos lugares para degustar la comida venezolana. Por demás, están buenos tus cuentos sobre el viaje. Yo ahora disfruto de España, y la gente española :P Jeje… saludos
pues si! la verdad es que personalmente la gastronomia venezolana me defraudo un poco pero las parrillas son tremendas!
Diosss! que buena pinta tiene esa parrillada.
Por cierto, bienvenido de vuelta!
jaja! que bien explicado broder! ahora lo entiendo! :)
En la jerga burocrática rrrevolucionaria mesma venezolana, existe un término que todo GN, policía o cualquiera con un cargo o una placa intuye: ‘Discrecionalidad del funcionario’, que no es otra cosa que un eufemismo para decir que si el funcionario de turno te la quiere meter doblada, pues te la meterá.
Todo consiste en un juego mental, de códigos ocultos, señas y actitudes. El primero que duda o se excede, pierde… ahhh, la Guardia Nacional, que de recuerdos…
Respecto a la reserva de hotel impresa que te pedían, los tiros no van por la «influencia externa». Es simplemente retaliación ante los requisitos que el gobierno de España exige a los venezolanos (y al resto de latinoamericanos) para entrar en España. Últimamente han aumentado mucho los incidentes en Barajas de venezolanos que han sido devueltos a Venezuela por no cumplir los requisitos de entrada, entre ellos la reserva de hotel.
Para darte un ejemplo, ya es una práctica común de los viajeros venezolanos (y latinoamerianos) entrar a la UE por el aeropuerto de Lisboa, y de allí ir en tren, coche o coger otro vuelo a su destino final en España, para evitar los trámites (y los gastos) que supone la carta de invitación (más de 100€), la reserva de hotel y la justificación de que dispones de suficiente dinero para tus gastos durante el viaje.
De hecho, en los servicios del centro de inadmitidos de Barajas hay un grafiti que dice «la próxima vez entren por Lisboa». Claro, que también hay otro donde se lee «españoles, manden a hacerse follar»…
Para cubrir los gastos del vieje, durante el año 2011, la cantidad mínima a acreditar fué de 64,14€ por persona y día, con un mínimo de 577,26€. Si a esto le sumas la situación surrealista del control de divisas que tienen los venezolanos, que las tarjetas de crédito venezolanas en el exterior no son tales, sino que son ‘prepago’, y la ‘eficiente’ burocracia que envuelve a todo el proceso, pues te encuentras con una abuela en Barajas que vino a pasar navidades con su familia en Madrid a la que no le aprobaron su cupo de divisas a última hora, y no tiene una reserva de hotel porque simplemente se iba a quedar con su familia.
Resultado, a la abuela la devuelven a Venezuela y la abuela era la tía de un General, y el General es amiguete de un ministro, y el ministro se lo cuenta a Chávez, y a Quique le piden la reserva de hotel impresa… ¡bienvenido a Venesuela broder!
Buon articolo Angelo, sei un ragazzo molto divertente!jajaja
Jajajajaja, señor Angelo… seguiré con avidez su aventura venezolana :)
Chamo!!!
Entrar y salir en venezuela no es sencillo, siempre hay algun «pero» que te lo complica. Tampoco es siempre igual, porque depende del vigilante funcionario, guardia o la humedad ambiental… En Venezuela lo que para uno vale, para el siguiete que controla lo mismo igual no… Es parte del encanto.
Me alegro al final todo haya ido bien y lo habéis disfrutado… Has despertado mis ganas de volver!!!
JD