Aunque viajar en crucero por el Caribe puede parecer sólo un sueño para muchos de nosotros, cada vez hay más ofertas y opciones para cumplirlo. Basado en un viaje con MSC Cruceros a bordo del MSC Opera, aquí está la segunda parte de mis consejos para “sobrevivir” a un crucero por el Caribe.
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Llegada a La Habana
Cuando aterrices en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, te encontrarás con dos situaciones que no son habituales en tu experiencia viajera (salvo que ya hayas volado aquí con anterioridad).
En primer lugar, hay un control de seguridad tras el control de aduanas, donde se siguen los mismos protocolos que cuando llegas a un aeropuerto pero para despegar de él: arco detector de metales para las personas, máquina escáner de Rayos X para el equipaje de mano.
En segundo lugar, no vas a ir a buscar el equipaje facturado. Hayas venido como parte de un viaje organizado, en pareja o solo, las maletas que facturaste en tu aeropuerto de salida no volverás a verlas hasta esa noche, en la puerta de tu camarote.
Tú vas a pasar el control de aduanas, entregando los formularios correspondientes (que te habrán dado para cubrir en el avión) y te encontrarás con personal de MSC Cruceros para orientarte. Ellos te guiarán a tu autobús, que espera en el exterior, y cuando esté lleno partirá hacia el puerto de La Habana.
Allí se produce la recepción oficial e individual de los viajeros, en una larga fila de mostradores, donde se les hace entrega de documentación con información relevante para su estancia en el crucero y la tarjeta-llave para entrar y salir de su camarote.
Primera noche en el crucero
Después de dejar el equipaje de mano en el camarote, a donde es probable al 99% que aún no haya llegado tu equipaje facturado, se suele producir una estampida hacia el restaurante.
Esa noche, la cena será informal en el buffet donde tendrás la primera experiencia con la comida a bordo de un crucero. Cocinar para 2.000 personas no es una cosa sencilla así que los críticos gastronómicos de Master Chef a lo mejor fruncen el ceño.
Para los demás, para la gente normal, lo que les espera es una amplia selección de entrantes, platos principales y postres. Como estás viajando en el régimen, al menos para la comida, de “Todo Incluido” precaución con saltarte el otro tipo de régimen, el que muchos intentamos llevar con nuestra dieta.
Cuando se come de buffet es fácil, muy fácil, echar en el plato más de lo que vamos a comer. También es fácil, muy fácil, comer más de lo que deberíamos.
¿Mi consejo? No te llenes el plato hasta arriba y haz el “sacrificio” de levantarte más de una vez a reponer viandas. La cintura de tu bañador te lo agradecerá conformen pasen los días.
Es más que probable que después de cenar quieras dar un paseo por el resort flotante (lo de hotel flotante se me antoja pequeño) que será tu alojamiento, y diversión, durante una semana.
¿Recuerdas mi recomendación de que le echaras un vistazo al plano del buque y a la zona en la que se encuentra tu camarote? Si no la has seguido, hay planos del barco y sus distintos niveles en cada zona interior de escaleras y ascensores.
Al cabo de unos días habrás encontrado al menos tres maneras distintas de llegar a tu cabina y distinguirás perfectamente babor de estribor, y proa de popa.
¡Advertencia!
Esa primera noche a bordo ten en cuenta que te encontrarás en una zona horaria distinta, tras un largo viaje en avión, cansado y expuesto a la irritabilidad por cosas sin importancia. Si viajas en pareja, respira hondo, ten paciencia y que las amenazas de divorcio no empiecen hasta regresar a España.
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Primer día de crucero
Amanece con parsimonia, la luz del exterior empieza a entrar en la habitación a través de una cortina que no has corrido completamente, trinan los gorrioncillos …no, no hay trinar de pájaros en alta mar y, a lo sumo, oirás alguna gaviota si estás atracado en un puerto.
Bueno, es una figura poética porque yo no recuerdo nada de eso.
El primer día de crucero me levanté con la sensación de no haber dormido lo suficiente, pero con la excitación de quien está de viaje y en un entorno no familiar para él. Me di una ducha rápida y subí a la cubierta 12 del MSC Opera, la más alta abierta al público, para hacerle fotos a un sol que parecía no tener prisa por levantarse sobre el horizonte y que de repente cogía carrerilla para hacerlo.
Ese día mi agenda estaba tan despejada como un folio en blanco y, atracado a las puertas de La Habana Vieja, mi único plan era, cámara en mano, salir a pasear sus calles y fotografiar a los cubanos.
No tienes porqué hacer lo mismo (el MSC Opera está día y medio en La Habana, y no levará anclas hasta la tarde), pero sería una pena desaprovechar la ocasión.
En la Oficina de Excursiones (si, existe algo llamado así) te darán información y podrás reservar, si no lo hiciste desde casa, las que te interesen. En cada puerto hay distintas opciones, de distinta duración y precio.
Una cosa que no debes dejar para más tarde es asociar tu tarjeta de a bordo (que es a la vez llave para el camarote y el equivalente a la pulsera de los resorts) a una tarjeta de débito o crédito. Cualquier consumición, compra o reserva no se te carga directamente a la tarjeta (bancaria) sino que se hace, porque tienes que presentarla, a la tuya.
Es por ello muy importante que notifiques su pérdida, en caso de que te ocurriera y, sin relación con lo anterior, que guardes todos los recibos que te den al usarla. El último día de crucero se te hará llegar una lista con los cargos correspondientes para que compruebes si son correctos.
Recuerda que las comidas y las bebidas (salvo las alcohólicas) están incluidas en el precio del camarote. Como a bordo no hay cerveza ni cóctel (desde 6,75 Eur) baratos, es recomendable calcular si te sale más rentable comprar uno de los paquetes de bebidas (desde 57 Eur tienes 12 cócteles) disponibles o pagar individualmente cada una.
Por supuesto, si has elegido la “Experiencia Áurea” te puedes despreocupar salvo que hayas tomado bebidas “premium”, que no entran en el “todo incluido”.
Nota: Al principio de cada crucero se realizará un simulacro de emergencia de participación obligatoria (un lector de tarjetas comprobará que te has presentado al área de evacuación asignada con la tuya en la mano) tan indoloro como insípido. Aunque a lo mejor los del Titanic no se lo tomarían con la resignación y cara de fastidio de muchos de los pasajeros de hoy en día.
Como en el barco pueden ir más de 2.000 personas, la logística para los horarios de comida se soluciona con la asignación de turnos de cena. Si comes de buffet (abierto 20 horas al día), no hay problema: llegas, haces cola en cada sección para ir llenando el plato y antes de que rebose, te sientas y comes.
Para el restaurante se asignan turnos, y así no sólo se divide en dos al pasaje que debe cenar sino que se consigue que nadie se pierda el espectáculo, pues cada noche hay un espectáculo (si, con dos pases) en el teatro. Familiarízate con tus horarios.
El día de navegación es el que la mayor parte de la gente dedica a reservar masajes y tratamientos en el Spa. Si vas a hacerlo, se de los primeros o se flexible con el horario que solicites.
Una vez dicho lo más importante, por lo demás ese día es en el que más se disfruta el barco, o se padece, puesto que al no haber posibilidad de hacer ninguna excursión, todo el mundo está a bordo.
Las hamacas, que no admiten reserva previa, están pobladas de hilera tras hilera de adoradores al sol, sobre todo alrededor de las piscinas y los jacuzzis.
Si buscas una sensación más exclusiva y un oasis de soledad, puedes comprar el acceso a la Cubierta 13, una zona abierta, elevada a proa del barco, un par de pisos por encima del puente de mando. Mientras justo debajo de ti hay gente sudando en el gimnasio o la sauna, tú puedes optar por sudar al sol del Caribe.
O, si lo deseas, ir a jugar al mini golf que está al mismo nivel pero a popa. Hay que ser muy torpe para que la pelota salga de su recorrido (el prefijo “mini” en minigolf es clave a la hora de entender la fuerza que has de aplicar al palo).
¿Eres de los que cuidan su cuerpo con ejercicio físico a diario? Aunque es difícil no castigarlo con un exceso de calorías, en el crucero también puedes premiarlo o no perder la rutina porque hay un gimnasio a bordo. Y sauna, por si lo tuyo es sudar fuera de la tumbona al sol.
Excursiones
Las excursiones pueden ser de medio día o de día completo, volviendo de tarde al barco, con tiempo suficiente para cumplir el programa y que nadie se quede en tierra. Para no repetirme, aconsejo releer el apartado que les dediqué a ellas en la primera parte de la Guía para sobrevivir a un crucero por el Caribe.
Indicar también que para las excursiones hay que reunirse en un punto determinado del barco (el teatro es el habitual), donde se registra uno al entrar y le dan la pegatina con la que se identifica al grupo al que pertenece. Comprobad siempre qué se incluye y qué no en una excursión.
Y si tenéis pensado comprar algo en una excursión, mirad cómo está y dónde se puede hacer el cambio de moneda en tierra o hacedlo en el barco si os parece más cómodo. Para pagos con tarjeta, algo que es habitual, preguntad en vuestro banco si os cobran, y cuanto, una tasa o comisión por cambio de moneda extranjera.
Si has optado por ir a conocer un destino de manera independiente, te recomiendo que bajes a tierra o muy temprano o relativamente tarde por la mañana. De esa manera puedes intentar evitar las colas que se producen cuando bajan centenares de excursionistas a la vez.
¿Cómo saber cuando es la mejor hora? Cada noche recibirás en tu camarote el periódico de a bordo para el día siguiente, una guía que incluye los horarios de los restaurantes, el programa de actividades, de teatro, la distancia que se recorrerá, etc.
La última cosa a considerar con las excursiones y los souvenirs es que si es una botella de, por ejemplo, tequila lo que os queréis llevar a casa, no la podéis guardar en el camarote.
Como el alcohol es un producto en venta a bordo, no está permitido consumir nada que se traiga de tierra por lo que se os dará un resguardo y permanecerá bajo custodia hasta que el barco llegue a su último puerto y se os entrega.
¿Ocurre lo mismo con los cigarrillos? Se lo estás preguntando a un no fumador ;-)
Fiestas y Animación
Junto con el personal de cocina y camareros, el equipo de animación es esa parte de la tripulación que no tiene apenas un respiro. Mañana y tarde están dedicados a un trabajo, que es duro, de organizar juegos, fiestas temáticas y concursos para mantener contentos a los pasajeros.
Cada día, según un calendario de actividades, habrá algo para que los adultos se entretengan pero tened en cuenta que los niños cuentan también con una zona para ellos, tanto en la piscina como en una sala de juegos.
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Para niños y para adultos, un crucero por el Caribe es algo a lo que se va para pasarlo bien, y eso incluye desde a tomar el sol a tomar cócteles (sin abusar, que luego vienen los mareos)
Hola Nicolas:
Muchas gracias por tu comentario. Estoy seguro de que ahora mismo en el departamento de planificación de los cruceros, se estarán todos planteando cambios y opciones alternativas para los pasajeros. Es tan triste lo que ha pasado… :(
Un saludo,
Avistu
Cambiarán rutas de los cruceros por Caribe y Antillas en octubre???
Estará todo devastado!!!!!