Excursión al lago d’Engolasters en Andorra

Andorra es un país vertical con fuertes desniveles vayas donde vayas. El territorio de este pequeño país se encuentra mecido en profundas valles del Pirineo y prácticamente todas las excursiones en montaña que hagáis se verán envueltas de un fuerte desnivel a superar. De todas maneras, en toda regla siempre hay excepciones.

Efectivamente, existen algunas excursiones que se pueden hacer fácilmente en familia y que apenas requieren superar un fuerte desnivel. Entre ellas se encuentra la excursión al lago d’Engolasters cerca de la localidad de Encamp y Escaldes en Andorra.

Este lago se encuentra a una altura de 1,500 metros. Se trata de un embalse artificial con presa y un sendero permite realizar la vuelta circular del lago, admirar sus vistas, disfrutar del césped y su sombra para realizar un buen picnic rodeados de naturaleza. Para los amantes de la pesca en el lago cuenta con una abundante familia de truchas. Eso sí, el baño no está permitido en el lago debido a la cercanía de la central hidroeléctrica.

Existen varias formas de llegar al lago d’Engolasters. La más habitual se inicia en el pueblo de Escaldes con una ascensión por la montaña hasta el lago aunque la mayoría de gente suele olvidarse de las botas de trekking y cubrir la distancia en coche desde Les Escaldes hasta el mismo lago.

Nosotros optamos por otra variante que implica un recorrido de 8 kilómetros prácticamente planos. Seguimos la CG-2 hasta llegar a Encamp y giramos en la indicación hacia los lagos de Engolasters, justo frente a los funiculares de GranValira. A partir de ahí se inicia una carretera serpenteante hasta llegar a un parking donde encontramos las señalizaciones del inicio de la ruta.

El camino es bien fácil, con apenas desnivel a través de un amplio sendero. Desde el punto de inicio nos separan apenas un par de kilómetros y medio hasta llegar al lago y ese será el mismo camino que deberemos hacer para volver al coche.

A lo largo de la ruta veréis a ambos lados del camino unos bonitos jardines botánicos con carteles explicativos que le darán un toque didáctico a la caminata. Asimismo, observaréis que existen varios bancos y mesas por el recorrido donde podemos descansar y hacer nuestro picnic.

El camino ofrece vistas a gran altura de Les Escaldes y La Massana. El vértice de la montaña es realmente escarpado y en algunas zonas el precipicio es notable.

Tras cubrir la distancia a pie entre la naturaleza y el silencio, decepciona encontrarse una gran multitud de coches aparcados alrededor del lago, especialmente durante el mes de agosto.

Existen dos restaurantes frente al lago d’Engolasters. Si tenéis pensado hacer picnic en la zona traeros vuestra propia comida. Nosotros fuimos a pedir un par de bocadillos pero en ambos establecimientos -pese a que uno de ellos anunciaba bien claro en un cartel que ofrecían bocadillos- nos dijeron que sólo se podía consumir en el mismo restaurante, ya fuera en terraza o en el interior. Así que nos conformamos con las cuatro cosas que llevábamos encima para picar y le dimos prioridad a la merecida siesta bajo la sombra de los abetos.

Existe un sendero que cubre el recorrido alrededor del lago que puede hacerse facilmente en menos de una hora. En la zona más alejada del lago evitad cruzarlo el mismo por la presa pues os encontraréis con un dificultoso descenso a través de grandes piedras. No es gran cosa pero si vais con pequeños es posible que debáis recular. Si al contrario, seguís el camino antes de cruzar por la presa veréis que el mismo sendero desciende hasta el Bosc Aventura, un parque acrobático plagado de tirolinas, escaleras entre árboles y demás aventuras para disfrutar con los chavales.

Desde aquí podréis hacer la circular del lago perfectamente y continuar vuestro camino o bien practicar el arte de saltar como un mono entre los árboles antes de seguir con vuestra jornada senderista.