La capital de Extremadura, con sus 60.000 habitantes, parece dormitar mecida por las aguas del Guadiana y Albarregas. En su modestia, pocos pueden adivinar que esa ciudad, situada a caballo entre España y Portugal, llegó a ser una de las más importantes de las posesiones del extremo occidental del Imperio Romano. Producto de esta dilatada e intensa historia, el patrimonio monumental, arqueológico e histórico de la ciudad es impresionante. Para poder degustarlo como se debe, sería necesario emplear, al menos 2 o 3 días, pero si estás de paso por la zona y no tienes más tiempo, te voy a ayudar a diseñar una ruta ideal con todo lo que ver en Mérida en un día.
La antigua Emerita Augusta, fundada hace más de dos milenios, fue capital de Lusitania. De aquellos esplendorosos tiempos queda el legado romano más importante – junto con Tarragona – de la península ibérica. También sería capital del reino visigodo y gozaría de cierta importancia en la primera etapa del dominio árabe. Más tarde, en la época del descubrimiento de América, muchos vecinos de Mérida se lanzarían a explorar y hacer fortuna en el Nuevo Mundo.
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Índice de contenidos
Cómo llegar a Mérida
Si quieres viajar a Mérida, podrás hacerlo en autobús, avión, coche o tren… ¡O caminando! Y es que es una muy buena parada en el camino para aquellos que están recorriendo la Vía de la Plata, una de las variantes más bellas y desconocidas del Camino de Santiago.
Por carretera, de sur a norte, pasa por allí la A-66 (Autovía Ruta de la Plata), que conecta Sevilla con Gijón. Si viajas de este a oeste, las autovías A-43 (Extremadura-Comunidad Valenciana) y A-5 (Madrid-Badajoz-Lisboa) son las mejores opciones.
En autobús, las compañías Alsa, AvanzaBus y Leda (esta última, hace el trayecto Sevilla-Mérida) realizan los servicios con media España.
Para viajar a Mérida en tren desde Madrid, podrás hacerlo desde la estación de Atocha, en un viaje que lleva alrededor de las 4 horas y 15 minutos.
Mientras que si quieres volar, aunque Mérida no posee aeropuerto, podrás hacerlo al de Badajoz (a unos 50 km de Mérida) o al aeropuerto de Sevilla (a unos 200 km de Mérida).
Dónde dormir en Mérida
Cuando te des cuenta de que es prácticamente imposible disfrutar de todas las maravillas que ver en Mérida en un día, es muy probable que acabes buscando un lugar donde pasar la noche en la ciudad. Para dormir en Mérida, te recomiendo el apartamento en el que me quedé durante mi viaje: Barbarossa Suites Plaza de España. Estos espectaculares apartamentos se encuentran en el mismo centro histórico de la ciudad, pueden albergar de 2 a 4 personas, y cuentan con cocina completamente equipada y una decoración bonita y moderna. Si prefieres otras opciones de alojamiento en Mérida, aquí las tendrás casi todas sin ningún aumento de precio:
Visita a Mérida en un día
Visitar Mérida en un día es un proyecto muy ambicioso que muy pocos llegan a cumplir. Y es que no puedes hacer simplemente cruces en el mapa de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mientras pasas por lugares donde las piedras emanan historia y susurran leyendas de otra época. La vieja y bella Emerita Augusta merece ser disfrutada, como los buenos vinos, a sorbos muy pequeños. Sin embargo, si no tienes más de 24 horas para ver Mérida, te voy a intentar ayudar a que te marches de la ciudad con una mirada de ensoñación y la sensación de haber viajado en el tiempo. Lo que te puedo asegurar sin temor a equivocarme es que siempre estarás deseando regresar.
Mérida en un día: mañana
La capital de Extremadura es una ciudad pequeña, que puede ser recorrida a pie sin ningún problema. Por eso, puedes comenzar tu visita a Mérida en un día con un paseo hasta la que quizás sea la joya más espectacular de la ciudad: el Teatro Romano de Mérida.
En el año 25 a. de C., el emperador romano Octavio Augusto quería premiar a sus bravos y leales legionarios que habían combatido, durante años, en la siempre rebelde y complicada Hispania.La idea era levantar una bella y poderosa ciudad que sirviese de retiro a sus tropas. Para ello, era necesario que existieran teatros, anfiteatros, buenas domus (casas romanas), mercado, baños, circo… En definitiva, todo lo que solía presentar una ciudad romana de primera clase.
Gracias a unos cuantos buenos lavados de cara, hoy en día podrás disfrutar de una imagen del Teatro Romano de Mérida algo cercana a la que pudo tener hace más de dos milenios. Así, sus interminables filas de asientos de piedra albergaban a unas 6.000 personas que, bien separadas por su condición social – los ricos siempre ocupaban las filas más próximas al escenario -, disfrutaban de obras griegas que hacían reír y llorar a partes iguales, sin olvidar las típicas críticas sociales veladas.
Si viajas a Mérida en verano, puedes tener la fortuna de disfrutar de alguna actuación del Festival de Teatro de Mérida. Aquellas tragedias y comedias griegas vuelven a reverberar en la piedra de un recinto que es una auténtica joya en España.
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A tan solo unos pasos del Teatro Romano de Mérida, encontrarás tanto la Oficina de Turismo – puede ser una buena idea hacer una pequeña visita para que te orienten un poco sobre las últimas novedades culturales en la ciudad – como el Anfiteatro de Mérida.
Si en el teatro se disfrutaba de la cultura, nada menos que 15.000 emeritenses gritaban sin control cuando veían como los gladiadores se batían, entre ellos o contra hambrientas fieras, para preservar su vida. Sangre y sudor sobre una arena que aún sigue existiendo. Sin embargo, el aspecto del recinto en sí es algo deteriorado, pues parte de las piedras del mismo fueron expoliadas y utilizadas para construir otras partes de la ciudad ya en el ocaso de la Roma hispana.
Aún puedes asomarte a las estancias donde esperaban su suerte los gladiadores o las jaulas donde las bestias gruñían con ganas de salir a devorar. Un lugar que fascina y pone los pelos de punta a partes iguales.
Si te gustan los museos y eres un amante de la antigua civilización romana, disfrutarás como un niño en el Museo Nacional de Arte Romano. Aquí hallarás algo más de 35.000 objetos – repartidos en monedas, enseres de hogares, armas, partes de edificios, etc – de la gran Emerita Augusta. Es uno de los museos arqueológicos romanos más completos de España (si no el que más).
Ahora llega el momento de dar un paseo por las vibrantes calles del centro de Mérida y dirigirse hacia otro importante yacimiento arqueológico romano. Mucho más «light» que en el anfiteatro eran los espectáculos que se podían presenciar en el Circus Maximus. Este milenario hipódromo albergaba carreras de cuádrigas y caballos. Su capacidad era nada menos que de 25.000 personas y aún se puede admirar su trazado ovalado.
Mérida en un día: tarde
Tras una completa mañana visitando monumentos arqueológicos e intentando comprender la pasada grandeza de la ciudad, llega el momento de reponer algo de fuerzas. Y es que una visita a Mérida en un día es también una experiencia gastronómica que te va a dejar un muy buen sabor de boca.
En el centro de la urbe encontrarás un buen número de restaurantes y bares en los que poder disfrutar de platos como las patatas al rebujón, el fresco cojondongo (una ensalada con tomate, pepino, pimiento, cebolla y pan), la caldereta extremeña de cordero o las migas extremeñas de Mérida. Una buen opción es el restaurante Mesón Castellano, situado en el número 87 de la avenida Juan Pablo II.
Después, para bajar la comida, nada como un paseo hasta una de las mejores obras de ingeniería hidráulica romana de la península ibérica: el Acueducto de los Milagros. Los ruinosos restos de su estructura arcada se levantan hoy entre la hierba y los árboles del parque del río Albarregas. En la época romana, fue concebido para traer agua de una cisterna que se hallaba a algo más de 3 km de la ciudad.
Tendrás que caminar algo más de 10 minutos para dejar atrás, por un momento, la Mérida romana e internarte en la visigoda. Así, llegarás a la Basílica de Santa Eulalia, construida en el siglo VI. Según los historiadores, este pudo ser el primer templo cristiano levantado en Hispania tras la Paz del Emperador Constantino. La iglesia rinde tributo a Eulalia, una mártir de Emerita Augusta que fue torturada por negarse a adorar a los dioses romanos. Durante la Edad Media fue un centro de peregrinaciones que recibía a muchos peregrinos europeos. La basílica actual fue construida por la Orden de Santiago, en el siglo XIII, sobre los restos de la primitiva.
Y del primer lugar de rito cristiano en Hispania al único templo religioso romano que queda en pie en Mérida. Las columnas corintias del Templo de Diana inducen, sin embargo, a la confusión, pues los historiadores afirman que en este templo se idolatraba, en realidad, a la familia del emperador La prueba son las esculturas que se encontraron en su interior. Ahora mismo te encuentras en lo que fue el foro central de Emerita Augusta. Desde el templo, echa un vistazo a las calles que te rodean e intentar imaginar lo que podía haber sido Mérida en la época romana.
Para ayudarte a ello, puedes pasar por otro de los monumentos romanos de tu viaje para ver Mérida en un día. El Arco de Trajano tiene, sin embargo, un origen muy difuso, pues se le dio ese nombre por pensarse que era un arco triunfal, pero no hay fundamentos históricos sólidos que lo demuestren. En cualquier caso, este arco romano de 15 metros de altura es uno de los emblemas de Mérida.
Mérida en un día: noche
Aunque pocos iconos de Mérida son tan importantes como su puente romano. Y es que, se dice que el de Mérida es el puente romano – de los conservados en buen estado – más largo del mundo. Sus 70 metros de longitud se pueden apreciar en todo su esplendor desde las murallas de la alcazaba árabe, una fortificación del siglo IX que tenía la misión de controlar el tráfico de las mercancías que iban arriba y abajo por las aguas del Guadiana.
El mejor momento para contemplar ambos monumentos es el atardecer. No hay mejor lugar en Mérida para disfrutar de la puesta de sol.
Tras ver cómo el astro rey se hunde en el horizonte, te aconsejo que pasees por la ciudad de nuevo, y sin prisa, para contemplarla con sus monumentos iluminados. Parece otro lugar. Y, sobre todo, te darás cuenta que ver Mérida en un día es una auténtica misión imposible. No te resistas y quédate unas jornadas más.
Mapa de la ruta para visitar Mérida en un día
Para que te resulte más sencillo disfrutar de las muchas cosas que ver en Mérida en un día, aquí te dejo este mapa con la ruta óptima.
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Hola! Me encantó este artículo casi tanto como me gustó Mérida cuando la visite. Espero volver algún día :)