
Que visites una nueva ciudad europea a los cuarenta años y que rápidamente se instalé en el top 10 de ciudades preferidas del continente no es tarea fácil. Con la ayuda de un sol espléndido, Gante lo consiguió fácilmente en un par de días.
Llegué a esta preciosa localidad de Flandes desde Malinas subido a bordo del tren en un trayecto que duró una hora aproximadamente y salió por unos 8,80 euros. Los trenes en su gran mayoría paran en la estación de Sint Peter a unos 20 minutos andando al centro. De todas maneras, os podéis subir a uno de los tranvías que os dejará en el centro en apenas unos minutos. El billete sencillo sale por 3 euros aunque si disponéis de la tarjeta Gante 25 horas os saldrá gratis además de disfrutar de la mayoría de actividades culturales de la ciudad incluido un trayecto en barco. Por otro lado os podéis comprar un billete de 10 viajes que por 10 euros os servirá para todas las ciudades de Flandes.

Tras hacer el check in de rigor me desplacé al centro y disfruté del buen ambiente que se dejaba ver en la plaza Kouter donde los sábados y domingos se despliega un gran mercado de flores. Los jardines en Flandes son una de las grandes pasiones de sus habitantes y en esta misma plaza veréis una gran colorido y buen ambiente. Para amenizar el paseo veréis unos puestos donde venden ostras y cava (sí, cava catalán) para tomar el aperitivo del fin de semana.
Unas calles más al norte me dejaron en la avenida principal de Gante que une el puente St Michielshelling con la catedral. Toda una profusión de edificios medievales donde me entraron sensaciones parecidas al visitar la Royal Mile en Edimburgo o la plaza de la ciudad vieja en Praga.

A lo largo de esta calle encontraréis la iglesia de San Nicolás, la Casa Gremial de los Albañiles, el Pabellón Municipal, el Campanario Municipal y a Catedral de Bavón con su preciada pintura de La Adoración del Cordero Místico de Jan van Eyck. Sin duda, una de esas calles que te dejan con la boca abierta y debes cubrir la distancia despacio y degustando esos momentos con su elaborada arquitectura.

Índice de contenidos
La torre del Campanario de Gante
Me subí a la torre del Campanario de Gante con ganas de disfrutar de sus vistas. La torre es patrimonio de la humanidad por la Unesco y en su interior se guardaban los derechos del pueblo durante el siglo XIV. Hoy en día veréis 3 baúles en la parte baja de la torre que lo atestiguan. En la cima de la torre se halla un gran dragón dorado, esta escultura se añadió a finales del siglo XIV con el propósito de asustar al enemigo.
A lo alto de la torre encontraréis 52 campanas, no en vano, Flandes ilustró a los mejores campaneros de Europa a lo largo de la historia. Y por supuesto, unas vistas al centro histórico de la ciudad espectaculares.
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Visita a la Catedral y el Cordero Místico
Encontré la fachada de la Catedral en obras y aparentemente llevará así una buena temporada. El interior de la catedral todavía conserva algunos restos románicos aunque sin lugar a dudas destaca por su estilo gótico flamenco entre el siglo XIV y XVI. Existen varías capillas en su interior donde se cobijan obras de arte de gran valor. En una de ellas encontraréis la réplica de la Adoración Cordero Místico de Jan van Eyck.
Tuve la suerte de estar fenomenalmente acompañado por Esther, una guía de Gante afincada en la ciudad desde hace muchos años y disfruté como un niño pequeño con sus explicaciones a todos los detalles de esta gran obra. En otra sala podréis acceder a la obra original. De todas maneras, debido al número de elevado de turistas admirándola, os aconsejo que veáis la réplica antes para haceros una mejor idea y estudiarla más a fondo.

El viejo puerto de Gante: Gaslei y Korenlei
Probablemente tendréis las primeras vistas al viejo puerto de mercaderías de Gante desde el puente de San Michielshelling. Sus inicios se remontan al siglo XI y hoy en día es un estupendo escenario para disfrutar del terraceo con un estilo arquitectónico que sigue fiel a los hermosos detalles flamencos.
Gante ganó el premio a la ciudad mejor iluminada de Europa y no cuesta nada de imaginar tras disfrutar de sus calles por la noche. Especialmente en esta zona del viejo puerto las luces están maravillosamente colocadas para ofrecer esa sensación mística que nos transporta a otra época. Existe un paseo de la ciudad iluminada confeccionado por la Oficina de Turismo aunque simplemente paseando por los lugares más emblemáticos del centro ya haréis una idea de lo bonita que es al atardecer.

Visita al castillo de Gante
No es habitual encontrarse un castillo en medio del centro de la ciudad. En Gante ocurren muchas cosas maravillosas y esta es una de ellas. El castillo de Gante se construyó a finales del siglo XII, no obstante, observaréis rápidamente que ha sido reconstruido y poco queda de su época medieval. En su interior podéis coger una audioguía que os llevará por todas sus dependencias con las explicaciones pertinentes en el idioma que escojáis.
La sala de torturas es uno de esos clásicos donde encontraréis multitud de gente haciendo sus selfies de rigor aunque probablemente lo mejor del Castillo son las vistas a la cercano centro histórico de Gante.

Existen muchas más actividades o visitas que podemos realizar en Gante, como realizar un agradable paseo en barco por el río o visitar alguno de los museos de historia y arte de la ciudad. La verdad es que es una ciudad que no te acabas en dos días y aunque lo hagas te gustaría otro día más para saborearla y disfrutarla paseando, tomando una buena cerveza belga en una de sus terrazas o simplemente sentando en el viejo muelle y contemplando la vida pasar. Gante es una de esas ciudades medievales que fácilmente te enamoran y tiene un imán que sin lugar a dudas me hará volver.
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