Hace unas semanas me encontraba botando, copazo en mano, al ritmo de la música electrónica de los Orbital en el Lokerse Feesten de Lokeren.
El verano siempre ha sido, mayoritariamente, la estación preferida del personal. Vacaciones, playa, piscina, montaña, amores pasionales y fugaces, aventura, días soleados que te llenan de energía y, a la nada despreciable edad de 35 años, añado -por fin- a la lista, los festivales musicales. Ya sabéis lo que dicen: más vale tarde que nunca.
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Bélgica es un pequeño país lleno de sorpresas con un mínimo de tres atractivos válidos tanto para el verano como cualquier otra estación que aparezca en vuestro calendario de pared: buenísima cerveza, mejor chocolate y grandes dosis de fiesta.
A principios de Agosto me perdí unos días por Gante, Lokeren, Amberes y Geel para dar buena fé de estos tres pilares de la cultura belga.
Tras pasar un día explorando Gante, tomé un tren rumbo a la pequeña estación de Lokeren. En unos 25 minutos estaba saliendo por la puerta junto con algo más de una docena de jóvenes equipados con mochilas y algún que otro saco de dormir.
La estación se encontraba en pleno centro del pueblo y sólo tuve que caminar unos cinco minutos para llegar al hotel La Barakka. Dejé allí mis cosas y, tras una buena ducha, descansé un poco mientras veía un partido épico de Juegos Olímpicos entre Federer y Del Potro.
A las 7 fui a cenar con una blogger inglesa y Nicky, un chaval que trabajaba en turismo de Flandes.
Dimos cuenta de la cena mientras nos conocíamos un poco y charlábamos sobre festivales, viajes, Bélgica e incluso de las Olimpiadas.
Eran casi las 9 cuando nos ponían la pulsera de prensa que nos daba acceso a la explanada delante del escenario, bares y la zona de detrás del escenario del Lokerse Feesten.
El Lokerse Feesten es un festival de música variada que estos 10 días de agosto tuvo en su cartel a grupos como Suede, UB40, The Charlatans, Damian Marley -hijo menor del gran Bob y ganador de 3 Grammies-, Orbital, Bryan Ferry o los incansables Beach Boys.
La tarde era algo lluviosa pero varios miles de personas no se habían amilanado por el clima y se arremolinaban frente al gran escenario que en ese momento ocupaba la ídolo pop local Selah Sue. Esta cantante de tan sólo 21 años es la nueva sensación belga y ha sido apadrinada por nada menos que el americano Prince. Nos metimos entre la muchedumbre y Nicky se fue a por la primera ronda de birras para los tres.
Escuchamos durante una media hora la voz y guitarra de Selah y fuimos a conocer al organizador de este festival en el bar que había detrás del escenario. El pequeño bar estaba a reventar así que, estábamos de pie buscando algún lugar donde sentarnos a tomar algo, cuando un hombre muy amable nos dejó sitio en los sillones que ocupaban él, su futura mujer, su hermano y otra pareja.
Como en Bélgica casi todo el mundo habla inglés -casi igual que en este bendito país-, nos empezaron a preguntar de dónde éramos y qué hacíamos por allí. La conversación se animó en seguida y pasamos más de una hora con ellos. Lo mejor fue cuando nos dimos cuenta de que estábamos de risas con el padre y tío de Selah Sue, la cantante que acabábamos de descubrir en el escenario.
Su tío me invitó a quedarme en su pequeña casa familiar de Leuven en mi próxima visita a Bélgica y yo no pude menos que invitarles a comerse una buena paella en mi casa alicantina, la misma que ellos se empeñaban en rebautizar como “villa alicantina” mientras imaginaban una gran casa de paredes blancas y zona ajardinada. Ojalá amigos…Ojalá.
Después de tanto viaje, paisajes, actividades, museos, naturaleza y demás atractivos innegables inherentes al amor de vagabundear con la mochila colgada a la espalda, no tengo ninguna duda en asegurar que lo mejor de cada aventura es pasar un rato con gente local como el que pasamos con la familia de Selah Sue. Para cuando llegó ella a saludar a su familia, nosotros ya éramos íntimos, nos habíamos dado los e-mails y, aunque ello nos había costado el tener que ver al gran cantante de reggae Damian Marley en la televisión del bar -aunque se podía oír la música en directo-, creo que mereció la pena.
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Nicky había tenido que marcharse porque le esperaba un duro viaje en coche a Londres, con sólo 4 horas de sueño.
El reloj marcaba ya la 1 de la mañana pero Victoria y yo -y un par de miles de personas más- estábamos decididos a quedarnos a ver la música techno-electrónica de Orbital. ¡Qué buena decisión!.
Aunque he de reconocer que últimamente me he dado cuenta de que este tipo de música me gusta más de lo que pensaba, creo que los profanos tampoco habrían podido evitar moverse poseídos por los ritmos de estos cracks.
Aparecieron en el escenario con sus mesas de mezclas, casi en completa oscuridad, en la que sus dos pares de gafas equipadas con pequeñas, pero potentes, luces a cada lado de sus sienes, resaltaban sobre un fondo de proyecciones luminosas psicodélicas y cambiantes, obedientes al ritmo de sus creaciones. Igual de obedientes saltábamos nosotros, justo delante del escenario, mientras nos tomábamos un buen ron cola.
Había llegado a ese momento con las fuerzas justas pero Orbital me puso en órbita desde su primera canción y ya no pude parar de bailar hasta las 2.30 am, cuando ya no acudieron a satisfacer el segundo bis que pedía un público entregado.
Victoria y yo no concebíamos el irnos a dormir con semejante estado de subidón, así que nos volvimos al bar del backstage y nos tomamos una cervecita hablando de todo un poco. El lugar no llegó a tener la vida que había demostrado cuando nos hacíamos íntimos de la familia de Selah, y acabamos caminando hasta el centro del pueblo a darle la oportunidad a los bares que aún seguían abiertos.
Eran las 4.30 de la mañana cuando por fin abría la puerta de mi habitación, me quitaba la ropa a empellones y caía rendido en la cama sin querer pensar que a las 9 tenía que estar desayunando si quería salir a tiempo hacia Amberes.
Grande el Lokerse Feesten…Muy grande.
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Campeónnnnnnnn!!! Ya te echaba de menos!! Cómo vas? Oye, mi nueva dirección es davidescribanomunoz@gmail.com . La de hotmail se murió!. Qué buena frase de Saramago… Y más razón que un santo! (quiero pensar!jajajaja).
Un abrazo
GRANDE David, GRANDE! jaja. Amo Bélgica por sus birras y sus chocolaterías. Hace mucho que no escribía en vuestro blog, pero vamos, os sigo leyendo asiduamente.
Por otra parte, no te quejes de tu edad, pues sigues viajando y disfrutando de la vida. Yo creo que eres más joven que todo tuenti. jaja.
Ya lo dijo el gran Saramago: ‘se empieza a envejecer cuando se pierde la curiosidad.’ Ahí te lo dejo para que reflexiones.