El tacón de Italia, tapizado con un manto de olivos, da lugar a una de las regiones menos exploradas y que más me han sorprendido del país: La bella Puglia.
Con el objetivo de explorar el sur de Italia llegamos al aeropuerto de Bari donde recogimos un coche de alquiler previamente concertado. Tuvimos suerte y nos hicieron un upgrade a un flamante Peugeot 308. Realmente, con su tamaño familiar parecíamos un par de hormiguitas una vez montados en él. Un gran coche por las calles estrechas de los pueblos italianos no es muy cómodo. Aun así, tener cinco puertas acaba siendo muy práctico en los meses de invierno para dejar o recoger la chaqueta para visitar los lugares más emblemáticos a lo largo de la ruta.
Una vez tuvimos las llaves, apretamos el acelerador y nos dirigimos hacia nuestro primer destino en Puglia: Polignano a Mare.
Un bonito pueblo frente al mar Adriático. Sus casas en blanco contrastan con el dorado de sus puertas y ventanas bellamente decoradas. El pueblo se levanta sobre un acantilado que el mar perfora lentamente. El centro histórico rezuma vida de pescadores, las calles están adoquinadas y encontraréis diversos miradores para disfrutar de las vistas de los acantilados, el extenso mar y los habituales pescadores apostados con nietos a quienes enseñan en la lentitud de las horas de la mañana el bello arte de la paciencia y de la fauna marina.
El casco viejo se abre a través del Arco Marchesale y una vez lo hayáis cruzado os encontraréis en el centro histórico con sus pequeñas plazas de una pulcritud impecable -ni tan siquiera veréis colillas por el suelo-. Sugerentes terrazas donde disfrutar de buenos helados italianos, pizzas y el buen hacer de las cafeteras italianas.
Durante la noche es probable que os topéis con música en directo en la plaza Vittorio Emanuele. En este amplio espacio rodeado por una iglesia, el antiguo palacio del gobernador y un gran reloj acostumbra a ser el centro principal de ocio del pueblo. Durante la noche disfrutamos de un concierto de tarantela, la música tradicional del sur de Italia, amenizado con un par de zancudos y bailarinas que animan al personal a dejarse llevar por la música y ponerse a bailar en la plaza.
Una de las vistas más sorprendentes de Polignano a Mare se encuentran en la Cala Porto. Si llegáis en coche desde Bari os quedará a vuestra izquierda al cruzar el puente principal del pueblo y no os pasará inadvertida. Se trata de un antiguo puerto comercial durante la dominación veneciana durante el siglo XV y hoy en día se ha convertido en una bonita playa cuyo espacio se abre entre el perfil sesgado de los acantilados que encaraman el pueblo. Si queremos añadir un poco más de historia en nuestro viaje solo bastará mirar a nuestro lado derecho donde la vía Trajana todavía es visible y transitable, el antiguo camino que unía Roma con Brindisi al confín de Italia en el sur.
A lo largo de los acantilados que sostienen Polignano a Mare existen también una serie de cuevas que perforan las entrañas del pueblo. Entre ellas destaca la Grotta Palazzese donde hoy en día se levanta un restaurante cuya terraza ofrece bonitas vistas al sesgado perfil de Polignano.
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Donde dormimos
Nos instalamos un par de noches en el Bed & Breakfast Donna Pasqua. Se encuentra muy cerca del centro en la plaza Trinitá donde encontramos aparcamiento gratuito fácilmente durante nuestra estancia. El establecimiento está regentado por Paqui, una local muy simpática que demostró su buen gusto con el banco impoluto, la sencillez de las habitaciones y unos desayunos abundantes con dulce y salado en una terraza con vistas a Polignano a Mare espléndidamente decorada.
Donde comimos
Osteria dei Mulini: Por 30 euros por cabeza comimos realmente bien. El menú consistió en unos entrantes que consistían en 6 platos típicos de la zona, entre ellos pulpo marinado, verduras parecidas al cardo, berenjenas con tomate, queso y embutidos y de segundo degustamos una espléndida lubina al horno con verduras. Para bajar la abundante comida probamos el auténtico limoncello de la zona.
Il Gabelliere
Se trata de un pequeño local de comida rápida como pizzas y piadinas. Me tomé una pizza margarita por apenas 3,5 euros y me sorprendió la calidad de la misma con pan fino y crujiente en los bordes. Si sois fans de Nutella el mismo propietario os puede estampar el nombre que queráis en un envase para llevároslo o ofrecer como regalo.
Bella ‘Mbriana
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Pizzería de buena calidad que encontraréis en la misma plaza de Vittorio Emanuele. Precios habituales en Italia que van entre 5 y 8 euros para un variado listado de pizzas.
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Vamos a viajar a la zona se Bari en enero y queremos visitar Polignano a mare. Que se puede visitar en esa epoca?