La fuerza del agua en las Huka Falls de Nueva Zelanda

La fuerza de las Huka Falls.

La ciudad de Taupo se encuentra casi en el centro de la Isla Norte de Nueva Zelanda. El lago del mismo nombre que baña las orillas de la ciudad es el más grande del país y pude disfrutar de un baño muy necesario en sus aguas en el viaje del 2004. Esta vez el frío no invitaba a quitarse la ropa y lanzarse a la carrera -y en gayumbos- como hicimos hace 8 años.

Os hablaré tanto de Taupo como de su hermana Rotorua en otro artículo.

Tan sólo a cinco minutos de coche al Norte de la ciudad se encuentra una de las cascadas más poderosas que he visto en mi vida: las Huka Falls.

Si no tenéis coche podéis llegar a ellas por una senda que parte del parque geotérmico más conocido de la ciudad de Taupo. No dudéis en pegaros un bañito en uno de sus estanques de agua caliente -muy numerosos en la ciudad debido a la actividad volcánica de la zona- para luego echar a andar la senda de unos 6 kilómetros que lleva a la zona de las Huka.

El año pasado llegamos al atardecer y fuimos directamente con el coche al aparcamiento que queda a menos de 200 metros de la cascada principal. Sin embargo, en el 2004 hicimos el pequeño trekking que discurre junto al río Waikato y nos lo pasamos como enanos.

Por el lado en el que el agua entra a la garganta...

Era pronto por la mañana y no había un alma en el camino. Óscar, Rober y yo íbamos a paso tranquilo, disfrutando del paseo. Atada a la rama de uno de los árboles situados junto a la orilla, encontramos una cuerda con un palo de madera situado perpendicularmente en el extremo. ¡Pedía a gritos que hiciéramos algo con ella!.

Comentamos nuestro plan entre risas y, tras mirar a ambos lados del camino, nos quitamos los pantalones cortos de trekking y los gayumbos y comenzamos a usar ese columpio improvisado para coger carrerilla -hasta donde llegaba la cuerda- dar unos pasos rápidos y saltar hacia el río cogidos del palo de madera. La cuerda era bien larga y nos permitía llegar a unos metros de la orilla.

Cuando estábamos sobrevolando el agua nos soltábamos para llevarnos espaldarazos y rojeces de gran calidad.

...Para acabar cayendo con esta fuerza descomunal por el otro extremo.

Nos tiramos así un buen rato hasta que, estando los 3 en el agua, llegó un grupo de kayakistas dándonos los buenos días. Nosotros, en pelotas y a metro y medio de los kayaks, no podíamos parar de reirnos y esa buena gente pensaría que estábamos colgados, pero bueno…Tampoco estaban muy lejos de la verdad.

En Junio del 2011 todo fue mucho más relajado.

Caminamos del aparcamiento a los dos miradores principales de las Huka Falls.

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Resulta casi increíble ver la fuerza que se genera en una garganta tan pequeña. A un lado contemplas el manso río y a tu derecha, y tras recorrer el agua unos 20 metros de distancia entre dos paredes rocosas, ves una cascada de una potencia enorme producida por los 220.000 litros por segundo que se precipitan en un salto de 8 metros.

El color del agua es otra de las razones por la que merece la pena detenerse a ver las Huka.

Son azules de distinta tonalidad. Algo más oscuro en la entrada a la garganta para cambiar a un color azul hielo y acabar siendo casi blanco por toda la espuma generada en este derroche de violencia acuática.

Contemplando este espectáculo no te extrañas de que el río Waikato -el más largo del país- genere cerca del 15% de toda la energía eléctrica de Nueva Zelanda.

¡Dejáos hipnotizar por las Huka Falls!.

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