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Cada vez que conversamos con alguien sobre nuestros viajes por Asia surgen muchas preguntas entre quienes nos escuchan, pero una de las que se repite casi constantemente es: ¿Cómo hacían para comunicarse? ¿Cómo se las arreglaban con los idiomas?
Nosotros, muy frescos, les respondemos: “Nada”. Es que en realidad, no hacíamos nada en especial, sólo teníamos en cuenta algunas cosas.
Si del otro lado hay un ser humano, la experiencia y el sentido común siempre nos dicen que la comunicación es posible. Sabemos que además del lenguaje escrito u oral, también existe el lenguaje de las señas. Si a eso le sumamos un poco de imaginación, paciencia y sentido del humor… ¡la comunicación es posible! Y no sólo las señas con las manos, sino también los gestos. Tenemos muchísimos músculos en nuestra cara que nos permiten transmitir miles de sensaciones. ¡Aprovechémoslos!
Usando los músculos, los gestos y las señas será casi imposible hablar de filosofía, política o problemáticas sociales, por mencionar solo algunos temas, pero sí vamos a poder sacar un ticket de bus o tren, conseguir un lugar donde dormir, un descuento o un plato de comida. Este post pretende compartir con todos los lectores de Viajablog algunas anécdotas y consejos sobre cómo nos podemos comunicar sin diccionario. ¡Qué las disfruten y las pongan en práctica!
Índice de contenidos
Para conseguir mejor precio para dormir
Tagong, un pueblito tibetano del centro-oeste de China. Llegamos a la tardecita junto a dos finlandeses, una chica y un chico, y un suizo. Nos bajamos del minibus, caminamos hacia el “centro” del lugar y vimos que había sólo dos hotelitos para dormir. Uno de ellos nos llamó la atención. La decoración tibetana de sus paredes y muebles le impregnaba una atmósfera “especial”, así que decidimos quedarnos allí. El siguiente paso era conseguir un buen precio. Éramos cinco personas que nos íbamos a quedar por lo menos 4 noches en un lugar donde había pocos extranjeros. Teníamos que conseguir un mejor precio. ¿Cómo lograrlo si nosotros no hablábamos una palabra de tibetano y la señora que nos recibió no sabía nada de español, inglés, finlandés ni suizo? Señoras y señores: lápiz y papel.
En un papel blanco dibujamos 5 personitas (de esas esquemáticas que aparecen en los carteles de “baños”) que nos representaban, y 4 lunas, que simbolizaban las 4 noches que queríamos dormir allí. Escribimos un signo de igual (=) y pusimos el precio que ella nos sugería. Por suerte los números son iguales en todas partes, sino sí que ya sería una complicación. Acto seguido, tachamos ese precio y escribimos el precio final que sugeríamos nosotros. Todo esto acompañado por gestos y movimientos explicativos. La señora miró el papel, nos miró a nosotros y dijo: OK.
¡Para comer!
El gesto universal para comer lo conocen en todo el mundo, así que no es muy difícil ponerlo en práctica para dar a entender que queremos comer algo. Pero más allá de eso, también existe el dedo índice: el que señala. Y una buena manera de explicarle al otro lo que queremos comer es señalando la comida. Claro que esto es fácil siempre y cuando sepamos qué es lo que nos están ofreciendo. En los puestitos de comida callejeros es más fácil porque no suele haber muchas opciones. Pasás, mirás, si más o menos considerás que es algo que se puede comer, te acercás, pedís uno, pagás y lo comés. No hace falta intercambiar palabras, aunque, como siempre decimos, es bueno tratar de por lo menos saludar en el idioma local.
En el caso de los “restaurantes”, una opción que implementábamos mucho, sobre todo en China y algunos lugares del sudeste asiático, es entrar a la cocina. Sí, como leyeron, pedir permiso con un gesto y entrar a la cocina a ver qué hay. En general, lo que uno termina pidiendo es arroz o fideos salteados con un poco de verduras y, si hubiera, un poco de carne o pollo. Señalás los ingredientes y después hacés el gesto de que tenés una sartén del mango y estás salteando esos ingredientes. ¡Listo! En unos minutos tendrás esa rica comida china en tu mesa!
Otra opción, además de señalar, es recurrir nuevamente al lápiz y al papel. Podemos dibujar los ingredientes o pedirle a alguien que los escriba en el idioma local. Eso sí, no tenemos que olvidarnos la libreta donde están esas palabras. En la foto que sigue, parte de nuestra libreta con los nombres escritos por Serena, la chica del Couch que nos recibió en Beijing el año pasado.
Para sacar un pasaje
Cuando estamos en un país donde no sabemos el idioma y donde la mayoría de las personas no hablan inglés y tenemos que sacar un pasaje de bus o tren se nos puede complicar. Pero no hay que desesperar. Una de las opciones es, como contamos antes, recurrir a quien sepa el idioma y pedirle que nos escriba en el idioma local el destino al que queremos ir. Podemos pedirle a la persona que nos aloja o a alguno de los que trabajan en el hotel donde estamos parando. También, y sería una solución a varios problemas, es pedirle a esa persona que nos escriba en un papel, en idioma local, todo lo necesario, por ejemplo: “necesito dos pasajes, para el jueves 21, a la mañana, para Chengdú”. Presentamos este papel en ventanilla y tenemos gran parte del problema resuelto. Digo “gran parte” porque falta entender y ponerse de acuerdo con respecto al horario. Pero ahí no es tan complicado porque, como dijimos, por suerte los números son iguales, entonces al escribir el horario en un papel ya es más fácil. A veces pasa que vos escribís un horario, el que te vende el pasaje te escribe otro y así hasta llegar al horario pretendido. Algo así como un “regateo de horarios”.
Otra opción es buscar algún joven estudiante local ya que existen mayores posibilidades de que sepa algo de inglés y pueda darnos una mano. Esto es más probable en las grandes ciudades que en los pequeños pueblos. En el siguiente video pueden ver cómo recurrimos al lápiz y al papel y a un joven que hable inglés para sacar un pasaje de tren en China.
Dígalo con mímica
Nos tocó viajar por el interior de Mongolia con dos mongoles que no hablaban nada de inglés. Pero nada, es «nada»… Así que tanto ellos como nosotros aprendimos muchas cosas del juego “dígalo con mímica”. A continuación, un ejemplo de cómo nos explicaron que en ese lugar había nacido Gengis Khan. Imperdible.
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Y la próxima semana estad atentos a la segunda entrega de La comunicación no verbal en los viajes
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Y tú, ¿tienes alguna anécdota para compartir?
Hola Oscar!
Muy buena esa anécdota!! Siempre es bueno estar preparado para usar el lápiz y el papel!
Saludos viajeros!
Aldana
Para arreglar un poco mi metedura de pata os adjunto un enlace de mi blog donde también tuve que recurrir a la comunicación no verbal. Un abrazo y muchos viajes.
http://www.unbilletedeida.blogspot.com/2011/02/hanoi-una-de-taxistas-catedrales-y.html
Óscar, tú lo que eres es un cabr..!jajaja..3 años ya dando vueltas!! qué grande, no me acordaba de que llevabas tanto. Nada, creo que ha sido todo un malentendido. Un abrazo
Si me llegase a tocar la oportunidad de irme a un país donde tenga que empezar a usar demasiadas señas, preferiría practicar las palabras esenciales de la lengua del país meses antes. Con la internet es mucho más fácil conseguir toda la información sobre cualquier idioma.
Quique,
Por supuesto que acepto tus disculpas y te pido disculpas a tí también y por extensión a Aldana y a todos los lectores que se hayan sentido afectados. No me gustaría crear ninguna controversia y enrarecer el ambiente en este blog que considero excelente, como así lo atestigua el número de artículos que habéis publicado y la cantidad de visitas que recibís.
Tenéis razón, quizás me he dejado llevar por un impulso de mala leche, pero es que desgraciadamente he visto por el mundo a muchos viajeros que apelando a la solidaridad tocan la fibra sensible, se aprovechan de la buena fe de la gente y se pegan la gran vidorra a través de donaciones que deberían tener otro fin.
Reconozco que sólo he visto el blog de Aldana por encima, me comprometo a leerlo más pausadamente a ver si cambia mi opinión y así se lo haré saber a Aldana.
Lo que pasa es que me ha chocado un poco cuando me has dicho eso de que me invitabas a coger la puerta y largarme, me ha sonado como que me echabas de tu casa. Te has dado cuenta que mis críticas no iban hacia vosotros, y si tienes opción para ver los distintos comentarios que he colgado aquí verás que mis aportaciones siempre han sido positivas, o eso creo. Pero aunque las críticas fueran hacia vosotros tienes que entender que cuando tenemos un blog abierto a los comentarios de la gente, a veces no es todo bonito o de color de rosa, y si recibimos alguna crítica tenemos que saber aceptarlas y encajarlas.
Gracias por tus buenos deseos, aunque la verdad es que ahora me encuentro en Bangkok, no en Sumatra. Mi blog es de un simple aficionado comparado con el vuestro, lo tengo un poco abandonado y los posts no tienen ningún orden cronológico, simplemente escribo cuando me da el punto. Ya llevo casi tres años de viaje y lógicamente se me acumula el trabajo y me es imposible mantenerlo actualizado.
Y como bien dices Danau Toba es lugar perfecto para relajarse. Después de una temporada navegando y surfeando por las Mentawai llegué a Tuk-Tuk y me quedé tres semanas dedicado al dolce far niente.
Otra vez os pido a todos mil perdones. Y seguid así que sóis unos cracks. por cierto, tu viaje a Venezuela ha tenido que ser la leche, ya tengo ganas de conocer esa zona y tus posts me han ayudado a ir eligiendo destinos de ese país.
Un fuerte abrazo,
Oscar
cierto, todos tenemos todo el derecho del mundo a expresarnos y decir la nuestra…aunque en tu post previo hay mucha mala leche gratuita…claro escribiendo un comentario en un blog es fácil caer en la tentación de descargar un poco de tensión sobre los demás. La tranquilidad y la educación, también en internet, hace más constructivo y enriquecedor el dialogo.
Mis disculpas Oscar. Tal y como indicas, no entendí nada y me sulfuré demasiado rápido… Eres bien libre de opinar tu parecer, quizas no era en el sitio adecuado ya que daba lugar a confusion y verdaderamente no entendía esa crítica pensando que iba dirigida a viajablog. En todo caso, tus visitas siempre serán bien recibidas. Un saludo y disfruta de Sumatra!
Hola,
he entrado en el blog por primera vez, y he estado mirando un poco. Normalmente no hago comentarios, pero no podia irme sin decir:
-por favor, oscar, relajate…
Por cierto, me ha gustado mucho este artículo… felicidades!
Quique,
Efectivamente no has entendido absolutamente nada, lee bien mi comentario en ningún momento me estoy refiriendo a Viajablog, mi crítica va hacia a Aldana y creo que tengo todo el derecho del mundo a expresarme y dar mi opinión.
Pero desde luego tu salida de tono me hace replantearme volver a pasar por aquí, y sería una pena porque me gusta vuestra web, especialmente los artículos de David y Avistu.
Gracias Aldana tu aportacion! me traiste muy buenos recuerdos de China. En zonas remotas del Himalaya entraba sin reparo en las cocinas y abria la nevera o me hacia el chulo apuntando a cualquier linea del menu… el problema es cuando me traian un té en un lugar de un plato! :)
Lo mejor sin duda era cuando veias a otra persona comerse un buen plato y lo señalabas con el dedo para que te dieran uno igual!
Por cierto
Hola Quique!
Creo que el comentario de Oscar iba para nosotros y se refería a nuestro proyecto por sudamérica. Evidentemente no leyó bien en qué consiste y no se tomó el trabajo de leer los post relacionados con el proyecto y los comentarios que la gente dejó en ellos.
Oscar, cuando digo que los números son iguales y que el gesto de comer lo conocen, es un dicho general y es así para casi todos los lectores de Viajablog.
Con respecto al proyecto por Sudamérica me gustaría contarte que fue TODO a pulmón, sin la ayuda monetaria de absolutamente nadie, viajando a «dedo» precisamente para no gastar en desplazarnos. Sólo recibimos (y fue un montón) la ayuda de la gente que con toda su buena onda nos ayudó en el camino con alojamiento, comida y contactos en escuelas. El proyecto surgió como una necesidad personal después de un año de viaje por Asia y para darle un cierre diferente a ese viaje. Nadie nos pagó nada. Las donaciones a las que te referís las pedimos casi al final del proyecto como sugerencia de las propias personas que nos conocían y que querían que alguien más nos ayudara. Pero ninguna empresa respondió a ese pedido. Nuestra intención de seguir llevando magia a todos los rincones del mundo es porque las reacciones de los niños y de los grandes ante el arte de la magia y el agradecimiento de la gente por lo que hacíamos fue tan grande y sincero, tan emotivo y auténtico que creemos que es algo lindo que podemos hacer por el mundo en el que vivimos.
Me adhiero a lo que te dijo Quique, nadie te obliga a mirar nuestro blog ni a seguir nuestro proyecto. En la web hay muchas otras cosas que te pueden gustar, podés dedicarle tu tiempo a ellas.
Saludos!
Aldana
El lenguaje universal y el que más me gusta, solo hacen falta ganas de comunicarse.
Un abrazo!!
Oscar, no entiendo tu comentario. Si no te gusta este articulo o la filosofia de Viajablog amablemente te enseño la puerta. Nadie te ha pedido que nos debas leer, ni a nadie hemos pedido financiación para publicar los 2,825 artículos con información de viajes libres de acceso que existen ahora mismo en la web.
Veo que estas en Danau Toba. Te aconsejo que te des un chapuzon en ese lago volcanico tan especial y te relajes junto a los bataks y su amor por la musica. Hace milagros. Saludos.
¿Por suerte los números son iguales en todas partes? NO
¿El gesto universal para comer lo conocen en todo el mundo? TAMPOCO
Como suponía su web me ha decepcionado. Hablan de un proyecto educativo que no entiendo bien, mucha palabrería, charlas, debates… ¿Y?. Muchos viajeros charlamos, debatimos, y hasta ayudamos pero de una forma anónima como debe ser la ayuda sincera, no lo pregonamos en webs y demás.
Lo que sí queda bien claro es el interés que tienen en conseguir donaciones y financiación para seguir con su «ONG» a la que podríamos llamar TMPMV (tú me pagas mis viajes).
Perdón si he sido un poco duro en este comentario, pero uno ya está un poquito de vuelta de todo, y la experiencia me ha enseñado a no confíar demasiado en este tipo de viajeros tan «auténticos».