
Sólo una noche nos separaba de Córcega y del vuelo que nos llevaría de vuelta a Girona desde el Alguero. Nos despedimos de los acantilados de Bonifacio con el ferry que parte en dirección a Santa Teresa de Gallura en Cerdeña. Si necesitáis información sobre los ferries que conectan las islas de Córcega y Cerdeña podéis hacerlo en el artículo que escribí en su momento.
Para nuestro último día de viaje nos decantamos por visitar la costa norte de Cerdeña y dormir en la bonita Stintino. Desde Santa Teresa de Gallura hasta Stinino seguimos la carretera de la costa. Ambas poblaciones están separadas por unos 130 kilómetros y tranquilamente conducimos hasta llegar al pueblo pescador de Stintino a tocar del parque nacional de Asinara.
Alojamiento y cena en Stintino
Encontramos un bonito Bed & Breakfast en el centro de Stintino y muy cercano al puerto del pueblo. Una doble limpia, impecable nos salió por 50 euros con desayuno incluido. El establecimiento se llama Sul Porto y cuenta con una cocina compartida donde conocimos otros turistas. Gorgio regenta el Bed & Breakfast y me cayó muy bien. Me dio la sensación que había abierto el estableciemento hacía muy poco tiempo y había puesto su gusto decorativo y todo su empeño en la casa en los últimos meses con la esperanza de llevarlo adelante con la mejor suerte posible.
Aun así, tengo un agrio recuerdo del tal Giorgio. Estoy seguro que tras la despedida debió disfrutar de lo lindo con la bolsa de ricos embutidos que me dejé en la habitación. Me había gastado unos 50 euros en quesos y embutidos de Córcega listos para embarcar. Había llevado la bolsa encima durante los últimos días y tenía que ser en el último alojamiento donde iba a olvidármela. Estoy seguro que Giorgio se pegó un buen festín al encontrar mi bolsa con tan buenos productos corsos.
Paseamos por el atardecer por el tranquilo puerto de Stintino. En mayo apenas se ven turistas por la zona y disfrutamos de las luces del atardecer hasta que el hambre nos pidió un local para cenar. Nos decantamos por el céntrico Lu Fanali donde un buen plato de espaguetis con almejas sació el hambre.
Playa de la Pelossa

Por la mañana nos fuimos a mi playa favorita del mediterráneo. Sin duda, la playa de La Pelossa en Stintino es digna de aparecer en cualquier top 10 cuanto hablamos de playas idílicas. Además, en mayo apenas hay gente y uno se siente en el auténtico paraíso disfrutando de sus aguas cristalinas y la perfecta composición que la islas, la península de Asinara crean ante tus ojos. Aun así, La Pelossa no es la única playa bonita de la zona, podéis ver un buen listado de playas del Alguero en este artículo.

Visita a Alguero
Teníamos el vuelo por la tarde y tras el chapuzón en La Pelossa nos dirigimos al Alguero. Aparcamos relativamente cerca de la entrada al casco antiguo y al llegar vimos el trenecito turístico que da la vuelta a la ciudad. Estábamos cansados así que no lo dudamos y nos subimos al tren. El billete sale por 5 euros y recorre la parte antigua del Alguero y su costa. El servicio, el recorrido y las explicaciones en diferentes idiomas no son nada del otro mundo pero nos alivió de una buena caminata. Ya había visitado Alguero anteriormente y me apetecía disfrutar del relax que aportaba el trenecito.
Antes de partir en dirección al aeropuerto nos comimos una estupenda pizza en la terraza del restaurante Bella Napoli. Se encuentra céntrico y disfrutamos de un par de pizzas exquisitas a 8 euros cada una.