Llegamos a Bosa procedentes de Mamoiada en el interior de Cerdeña. Atravesamos la isla de este a oeste en apenas dos horas con paradas incluidas.
Bosa es uno de los pocos pueblos de Cerdeña junto a Oristano, Galtellí, Cagliari y el Alguero que da gusto visitar y pasearse por sus calles. Se trata de una población con tradición pesquera a orillas de la desembocadura del río Temo.
Esta pequeña ciudad tiene sus orígenes en el silgo IX a.C. y durante la edad media vivió su mejor época. Luego, durante el siglo XVI empezó su decadencia y, hoy en día, podemos contemplar un casco antiguo adaptado a las necesidades de hoy en día.
La ciudad se levanta sobre una colina ante la cuenca del río y serpentean las callejuelas hasta llegar a la cima donde se encuentra el castillo de Serravalle.
El castillo fue construido en el siglo XII y, por desgracia, se encontraba cerrado por reformas ese mismo día. Encontramos una nota que anunciaba que el monumento abría sus puertas los sábados y los domingos de 10 a 12:30 de la mañana.
Desde la colina donde se levanta el castillo se pueden contemplar preciosas vistas de Bosa, de la desembocadura del río Temo así como el mar Mediterráneo a pocos kilómetros de la ciudad. Encontramos las casas que se encuentran en esta zona alta deshabitadas en su mayoría.
Era febrero y fue sospechoso encontrar múltiples terrazas sin apenas vida o macetas con plantas. Sin lugar a dudas, todo indicaba que gran parte de las casas se dedican al alquiler en épocas de vacaciones. Sin embargo, pasear por Bosa en temporada baja ofrece el placer de disfrutar de una ciudad pesquera tranquila paseando por sus callejuelas medievales.
Comimos en el único restaurante que vimos abierto en el paseo del río donde un estupendo plato de espaguetis con sepia nos levantó el ánimo para seguir la ruta y llegar hasta el Alguero.
Hola Flavia, pues si! los lugares con historia te aportan algo especial que es dificil describir
Aunque Bosa es bonita, de todas maneras te aseguro que las maravillas de Toledo y Besalu no pueden compararse a la minuscula Bosa
Aun asi, es uno de esos lugares donde da gusto pasearse y ver pasar el tiempo!
Quique,
es hermoso pensarse en lugares donde el pasado sale a nuestro encuentro en cada momento.
Muchos lugares me han dejado esa estupenda sensaciòn de tiempos paralelos, pero dos de ellos vienen a mi encuentro por el camino del recuerdo con mayor fuerza: mi visita a Toledo y a Besalù en tierras catalanas.
En Bosa nunca estuve pero algùn dìa irè.
Saludos
Flavia