Acabo de leer un interesante artículo en el Financial Times donde tratan de posicionar el futuro de las guías de viaje en el escenario tecnológico que se fragua y que, sin duda, nos espera.
El periodista nos relata su experiencia personal en el museo Tate de Londres. Lleva encima un móvil de última generación con la aplicación Google Goggles instalada. Con un simple retrato a un lugar, cuadro o una estatua la aplicación busca por internet los artículos más destacados al respecto.
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Hoy en día los resultados de la búsqueda no son perfectos. Algunas veces acierta con textos detallados y otras devuelve información irrelevante. La grandeza de este tipo de aplicaciones es que se alimentan de sus usuarios. Con el progreso tecnológico que estamos viviendo, no me cabe la menor duda que en el futuro toda la información que Google ofrezca de ese cuadro o esa escultura será mucho más rica, abundante y accesible que cualquier guía de viaje del mercado.
Google Goggles funciona en móviles Android y pronto estará disponible una versión para iPhone. Con la apertura de internet móvil, la escalada tecnológica que nos espera es incuestionable. Cada día aparecen nuevas aplicaciones unidas a las redes sociales que nos ofrecen datos al minuto respecto a las clásicas secciones de una guía de viajes: visitas, restaurantes, transporte y hoteles.
Google Translator es otra maravilla que dejará en el futuro a los diccionarios olvidados en las bibliotecas. Uno pronuncia la palabra al móvil y la aplicación es capaz de traducir esa misma palabra hasta en 34 lenguas distintas.
Hace unos años era casi impensable -o cosa de Jorge Sánchez- salir al mundo con la mochila y sin una guía de viajes en la mano. Las estadísticas de venta en el Reino Unido parecen hablar de una muerte anunciada: la venta de guías de viaje en el 2009 descendieron un 18% y si el segundo semestre del 2010 sigue la misma tónica que el primero las ventas descenderían un 27% ambas cifras con respecto a las ventas del 2007.
Cuando la libertad de acceso a internet a nivel mundial sea una realidad a más de uno le costará meter un libro en la mochila. Al fin y al cabo, tendremos la información actualizada al momento y la opinión de miles de personas en lugar de la opinión, habitualmente de uno o dos autores, sobre un lugar, un hotel o un restaurante.
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Y quizás, quien sabe, con la ayuda de la tecnología sabremos viajar por el mundo libremente con nuestros ojos y usar del móvil solamente para lo esencial: la birra fresca, la cama disponible y el ticket del tren.
Planes de datos y roaming, esos van a ser los factores definitivos. Cuando te puedas plantar en Praga o Beijing y acceder a tu Smartphone para usar Google Maps o Wikipedia sin que te cueste 1 Euro el MB, entonces hablaremos de que las Guías de Viaje serán menos imprescindibles pero no por ello menos apreciadas (un libro, es un libro, soy un romántico).
Por cierto, recorriendo Turquía desde Irak a Georgia tuve sentado a mi lado a un alemán con un Kindle de Amazon. Tiene muy buena pinta y muy buenas prestaciones de la batería (Apple, toma nota), pero ¿otro cachivache electrónico más en mi mochila?…
Efectivamente. Aunque con la llegada de los ebooks…
Pues fíjate que yo no estoy de acuerdo. Tan sólo con entrar a algunos museos de capitales europeas donde no se puede sacar el teléfono para hacer fotos se puede ver que el cuchillo de palo aún tiene para rato. Yo soy un tecnológico aférrimo, pero no creo que las guías vayan a morir en un futuro próximo.
totalmente de acuerdo. Creo que has dado en el clavo con la comparacion que haces con la carta y el email. Por muy bonito y romantico que pueda ser al final el uso practico se llevara a las guias de viaje por delante.
Yo creo que si, es mucho mas practico llevarla en el Iphone o otro terminal, es mas romántica la guía de toda la vida pero al igual que cayo la carta ante el email