Visita a Lille en dos días

Dudo que Lille se encuentre en la lista de los principales destinos que reciben más turismo en Francia. No obstante, esta ciudad de poco más de 200 mil habitantes se encuentra en el noreste del país y ofrece una escapada ideal para alternar múltiples destinos como la costa del norte francesa y regiones colindantes como Flandes, Valonia e incluso Inglaterra gracias a la rápida conexión a través del túnel de la mancha. Asimismo, el TGV te deja en apenas una hora en París.

Nosotros volamos con Air France de Barcelona a París Charles De Gaulle para luego tomar el TGV que en menos de una hora nos dejó en el centro de Lille.

Esta posición fronteriza con otros países colindantes hace de Lille un lugar especial en Francia. Según por donde andamos, Lille nos parece más belga que francesa, en algunos barrios muestra el callejeo ineludible de una ciudad inglesa y el uso habitual de la bicicleta nos devuelve recuerdos holandeses.

Lille es una ciudad universitaria. Dicen que uno de cada tres habitantes es menor de 25 años y eso se nota y le da un aire de frescura a la ciudad. Lille es ideal para cualquier estudiante de Erasmus. Desde ella nos acercamos al corazón de Europa y tenemos múltiples posibilidades de escapada alrededor de la región incluyendo Bruselas, Gent o Brujas en apenas una hora de coche cada una y si añadimos dos horas al recorrido podemos llegar a ciudades holandesas y la costa inglesa con puertos emblemáticos como Dover.

Esa proximidad se nota en su arquitectura. De esta manera el estilo de Lille se funde con la historia y las influencias recibidas a través de los siglos. Cuando uno entra en la Grand Place de Lille le da la sensación de encontrarse en el corazón de Bruselas. Edificios como el imponente Vielle Bourse del siglo XVII y los refinados arcos a lo largo de esta extensa plaza recuerdan la plaza de la capital belga que lleva el mismo nombre.

Alrededor del casco histórico encontramos los edificios más emblemáticos de Lille concentrados en la misma Gran Plaza y la plaza del Teatro con la bonita Ópera y la Vieja Bolsa, con una decoración exquisita y fachadas bellamente esculpidas con personajes únicos, me pareció el edificio más bonito del centro de Lille.

A las afueras encontramos la Ciudadela construida por el genial arquitecto Vauban en el siglo XVII cuando el Rey Luis XIV conquistó la ciudad de Lille. Se trata de una de las mejores construcciones de su estilo diseñada para ser una de las edificaciones más inexpugnables del mundo.

Para realizar la visita por Lille optamos por un método muy particular. Nos acercamos a las oficinas de Tradibalade.com y nos montamos en un 2 caballos de excéntricos colores. El día era soleado así que nos fue de maravilla para asomar nuestras cabezas por el descapotable y observar la ciudad mientras nuestra guía y conductora nos ofrecía los detalles históricos, sociales y culturales de Lille a nuestro paso. Me pareció una opción divertida e inusual para conocer una ciudad y un modelo perfectamente exportable a cualquier otro rincón urbano de dimensiones no demasiado extensas.

Durante el paseo observamos unos cuantos parques y zonas verdes en el centro de Lille. Como cualquier otra ciudad en el norte de Europa, la gente aprovechaba el buen tiempo para disfrutar de un buen picnic en la hierba y la abundante juventud que alimenta la universidad en esta ciudad se hace notar a modo de pequeños botellones, música en la calle y buen ambiente en definitiva.

Si os pasáis por Lille durante algún fin de semana de verano una buena manera de respirar el ambiente joven de la ciudad es acudir a uno de los conciertos gratuitos que se montan en el espacio cerca del Boulevard Saint Jean-Baptiste Lebas en la Escuela Nacional Superior de Arte. Se trata de un amplio espacio dedicado a los jóvenes universitarios con conciertos gratuitos y cerveza a buen precio. Ideal para evitar botellones en otras plazas de la ciudad que los chavales acabarían haciendo sí o sí. Cada viernes y sábado hay conciertos y lo mejor del lugar es el ambiente independientemente del tipo de música que vamos a escuchar.

Muy cerca de esta zona de conciertos encontraréis la clásica Baraque à frite que da nombre a la gastronomía típica de la zona. Aunque nos encontramos en Francia, cuando nos sentamos en la mesa para comer nos da la sensación de estar en Bélgica, en Holanda o en algún pueblecito de Inglaterra. Lille aprende de sus compatriotas del sur con su renombrada gastronomía y a su vez mantiene sus costumbres como son las antiguas caravanas porta-fritangas que ofrecen buenas patatas, frikandel, merguez y un inacabable listado de salsas picantes o de gustos variados.

Si queréis probar alguna auténtica baraque, encontraréislLa Friterie Sensas en la calle Arthur Fassiaux 36 donde se dice que ofrecen las mejores patatas fritas de toda Francia.

Durante nuestra visita a Lille nos alojamos en L’Esplanade Lille. Un precioso guesthouse en el centro histórico de Lille con un gusto muy particular en la decoración. Las habitaciones vienen con cocina y máquinas de Nespresso, las paredes son de un blanco inmaculado, los baños amplios y modernos y el desayuno ofrece una elaborada repostería francesa.

Nos sorprendió la serie de cuadros de niñas inocentes realizando actividades reservadas para mayores. El arte en sus cuadros es indiscutible aunque la mirada de una niña inocente con la cabeza de un cerdo colgando entre sus manos no vendría a conseguir el esperado efecto de relax y descanso que se espera en una habitación de hotel… aunque hay gustos para todos.

En L’Esplanade Lille podeís encontrar habitaciones dobles por unos 130 euros y observo que en Booking.com la puntuación para este alojamiento supera los 9 puntos, algo difícil de superar en el largo listado de hoteles que ofrece el buscador.