Un paseo por el Parque del Laberinto en Horta

El Parc del Laberint -Parque del Laberinto- en el barrio de Horta es una joya verde que ocupa más de 55 hectáreas a los pies de la montaña de Collserola.

Se trata del parque más antiguo de Barcelona y fue levantado por el ingeniero italiano Domenico Bagutti y el jardinero francés Delvalet siguiendo las directrices del propietario de la finca, el Marqués de Llupià i d’Alfarràs, Joan Desvalls. El parque se inaguró como uso público a principios de la década de los setenta y durante el 1994 recibió una profunda restauración y es tal y como podemos verlo hoy en día.

El jardín respira neoclasicismo y a lo largo del paseo por su interior os costará encontrar alguna escena donde la simetría perfecta no sea la protagonista. Tanto las escalinatas, las esculturas, la vegetación humanizada y la arquitectura buscan la perfección en formas en un estilo sobrio y elegante.

El parque consta de varias zonas siendo el laberinto la más famosa de ellas. En su interior varias filas de cipreses podados a una misma altura ofrecen un recreo divertido para las familias con el objetivo de encontrar la salida. En la entrada un relieve de mármol nos recuerda a Ariadna y Teseo aunque ya nos avisan que no nos va a hacer falta un ovillo para tener éxito en nuestro objetivo. Ofrece un total de 750 metros lineares donde hacerse un buen lío o dar con la salida a la primera, cosa prácticamente imposible aunque no es demasiado difícil.

A vuestro alrededor encontraréis familias con las mismas dudas que vosotros. «¿Ya hemos pasado por aquí, verdad?«, «¿Seguro que era por aquí?«, «Tenemos que volver atrás, el camino está cerrado» y otras vicisitudes similares con las que seguro haréis nuevos amigos de aventura. Para los más pequeños, sin lugar a dudas, es una actividad de lo más emocionante. No les falléis y ayudadles a dar con la salida.

Un estanque da salida al laberinto y a través de unas escalinatas podremos obtener una vistas aéreas del curioso lugar y observar a más de uno dando vueltas de un lado a otro en su empeño por dar con la salida.

Esta zona superior al laberinto se llama el Mirador o Belvedere. Ofrece varias estatuas neoclásicas relacionadas con los dioses de la mitología griega así como fuentes y un estanque cercano donde veréis a las familias lanzar trozos de pan para contemplar a la multitud de peces naranjas y alguna tortuga.

Si subimos a la terraza superior llegaremos al Pabellón de Carlos IV, también de estilo neoclásico con estatuas griegas y un enorme estanque en su parte posterior que se encuentra actualmente en reconstrucción.

A lo largo del parque encontraréis bastante sombra, algo que se agradece mucho durante el verano. Asimismo, existen muchos bancos donde sentarse y algunas mesas donde preparar vuestro picnic.