Mientras el resto del país deja los pasos y cirios de la Semana Santa para volver al trabajo y soñar con la llegada del verano, Murcia se prepara para arrancar su semana grande.
El domingo de Resurrección, en las calles de Murcia unos se encargan de procesionar las imágenes de Cristo resucitado mientras otros comienzan a montar las barracas que servirán de base de operaciones para miles de murcianos durante las Fiestas de la Primavera.
Haz click para más info y llévate un 5% de descuento.
Las fiestas se estrenan el lunes con una ofrenda de flores a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Fuensanta. El martes, el desfile folclórico del Bando de la Huerta llena de colorido y jolgorio las calles de la bella ciudad del Segura.
El miércoles llega el desfile infantil del Entierro de la Sardina (cuya primera edición se celebra este año 2019), dedicado a los más pequeños de la casa. El jueves, el desfile de la ‘Llegada de la Sardina‘ alegra las calles. Y el fin de semana, la ciudad entera se convierte en el campo de batalla más alegre y colorido que jamás vi. En él, los pacíficos soldados son los sardineros, que lanzan inocuas salvas de juguetes, algarabía y momentos inolvidables a todos aquellos que las quieran recibir.
Centenares de miles de personas, de todas las condiciones, procedencias y edades, se entregan en cuerpo y alma a una fiesta popular en la que se olvidan todas las preocupaciones por unos días. Murcia da una lección de amabilidad, generosidad y buen humor.
La fiesta del Entierro de la Sardina fue declarada de Interés Turístico Internacional en 2006, y al vivirla en primera persona, entiendo perfectamente la razón.
Los actos centrales del fin de semana dedicado al Entierro son dos desfiles: el del ‘Testamento de la Sardina’ y el del ‘Entierro de la Sardina’.
El Desfile del Testamento de la Sardina
Llegamos a nuestro hotel con el tiempo justo para dejar las cosas en la habitación y salir caminando hacia la Gran Vía Escultor Francisco Salzillo, más conocida como «La Gran Vía» y arteria principal del centro de Murcia.
La tarde era cálida y agradable, óptimo y merecido bálsamo de tranquilidad tras las torrenciales lluvias sufridas durante la semana previa.
Como buena calle simbólica, en la Gran Vía se arremolina el mayor número de espectadores que quieren presenciar los distintos desfiles y actos del fin de semana del Entierro de la Sardina murciano.
Cuando nos dirigíamos a ocupar nuestras sillas, ríos de gente caminaban arriba y abajo, esquivando las decenas de carritos que portaban los productos típicos de este tipo de eventos: gusanitos, palomitas, algodón de azúcar, refrescos, y un sinfín de golosinas y caprichos que hacían las delicias de los más jóvenes y todo el mundo debería permitirse en días festivos.
Desde la cabecera de la Gran Vía que muere en el Puente de los Peligros, el monumento de una gran sardina vigilaba todo desde las alturas. La sardina disfruta de ese puesto de honor como una especie de último deseo antes de ser quemada la madrugada del sábado al domingo.
La noche se cernía sobre Murcia cuando la música nos anunció que se acercaban las primeras carrozas y los primeros grupos de coreografía del desfile del Testamento de la Sardina 2019.
Los actores principales de este desfile habían partido a las 8 de la tarde de la Avenida Teniente General Gutiérrez Mellado, para recorrer luego la calle Jaime I y la Plaza Fuensanta, antes de desembocar en la Gran Vía.
Nos habían comentado que el desfile verdaderamente poderoso era el del sábado y que lo que veríamos la noche del viernes no sería tan espectacular, sino solo un calentamiento. Bueno, si yo hubiera calentado y entrenado así en mi época de mayor dedicación al tenis, quizá le habría arrebatado algún Roland Garros a Rafa Nadal. O algo.
Pincha aquí para hacer tu reserva.
Ante mis ojos, abiertos de par en par, comenzaron a desfilar flamencas, percusionistas rusas vestidas de majorettes, músicos tailandeses, personajes de la película ‘Coco’, bailarinas brasileñas, zancudos de los ‘Piratas del Caribe’, Angry Birds, muñecos gigantes de la saga de ‘Harry Potter’, enormes dragones, un colorido loro de 6 metros… Bueno, no se trataba de un simple desfilar. Cada grupo tenía ensayada una coreografía que ejecutaban a la perfección al son de animadas canciones (disco, pop y reggaeton se llevaban la palma en este apartado).
Los espectadores se contagiaban del ritmo y bailaban en sus asientos. La espectacularidad y riqueza de los atuendos es otra de las cosas que me maravillaron. Todas las ropas estaban bien trabajadas y creaban una sinfonía perfecta de color que iluminaba la Gran Vía.
Todos estos personajes de ensueño estuvieron pasando por la Gran Vía durante algo más de hora y media. Y cerrando la alegre comitiva, una carroza con forma de castillo llevaba sobre ella a Doña Sardina (la popular periodista murciana del programa ‘Chiringuito de Jugones’, Sandra Díaz Arcas) y a otras personalidades del Entierro de la Sardina. La razón era sencilla: estos hombres y mujeres eran los encargados de lanzar juguetes a todos.
Los hachoneros – ayudantes imprescindibles de cualquier desfile sardinero que se precie y que visten con una especie de camisola/túnica a rayas, a juego con su capirote – hacían lo posible por mantener a raya a chavales y padres, pues la aglomeración de gente que se acerca con sus bolsas de plástico para recoger juguetes llega a ser importante.
Siguiendo el ritmo de una de las varias batucadas que habían participado en el desfile, nos dirigimos al Ayuntamiento. Frente a nosotros comenzaron a pasar, entonces, hachoneros y sardineros de las 23 agrupaciones sardineras, con sus pitos, su buen rollo y su música. Nadie quería que la fiesta acabara.
Finalmente, sobre las 22.45 de la noche, Doña Sardina salió al balcón del Ayuntamiento y deleitó al personal con un discurso en verso muy bien trenzado y que arrancó risas y aplausos espontáneos entre el público que abarrotaba el lugar.
Cada año, el honor de encarnar a Doña Sardina recae en una exitosa mujer murciana, y este 2019 la elegida fue la periodista Sandra Díaz Arcas, una de las protagonistas del programa deportivo ‘El Chiringuito de Jugones’. Tras la arenga final de Sandra y la ovación cerrada de todos los presentes, un impresionante castillo de fuegos artificiales iluminó el cielo nocturno de Murcia.
Reserva tu viaje con las mejores herramientas por orden de prioridad:
Era el colofón perfecto a un primer asalto que me había dejado boquiabierto. «Si esto es el aperitivo, ¿Cómo será el plato principal?«, pensé…