Durante los últimas cuatro noches me instalé en un hotel en Sevilla con la intención de descubrir los rincones secretos de esta bonita ciudad. Al permanecer en un mismo hotel durante todos estos días -algo poco habitual en mis viajes ultimamente- me decidí por adquirir un ticket para usar las bicicletas públicas de Sevilla y visitar, de esta manera, la ciudad a mi ritmo y antojo.
Soy un asiduo en mi tierra de este tipo de servicio. Tengo una parada justo enfrente de casa y me va de maravilla para desplazarme fácilmente por la ciudad. Desde que se inauguró a principios del 2010 el servicio Bicing en Barcelona -echando un vistazo a las estadísticas- observo que lo he usado 115 veces durante un total de más de 17 horas. No está nada mal.
Me parece una apuesta interesante de los ayuntamientos para evitar desplazamientos absurdos en coche, así que por ese motivo y la curiosidad, me decidí usar el servicio de bicicletas públicas en Sevilla para circular a mi antojo por la capital andaluza.
Cuando estamos de viaje solemos caminar mucho más de lo habitual. Y es cierto que los principales atractivos turísticos de Sevilla se pueden hacer a pie. No obstante, si sales de buena mañana desde la plaza España y caminas hasta Triana, luego cruzas el Guadalquivir para visitar la catedral, subes las escaleras de la Giralda, devaneas por las callejuelas del barrio de Santa Cruz y finalmente terminas la noche tomándote unas cervezas en La Alameda puede que al volver al hotel en la plaza España termines como el soldado Filípides cuando creó el mito de la maratón.
Muchos hoteles se encuentran en la zona cercana a la plaza España. Aunque céntrica, deberás caminar unos cuantos minutos para llegar a otros lugares turísticos. Si te quedas más de un día en la ciudad el servicio de bicicletas públicas de Sevilla te irá de maravilla.
Durante la primera vez que lo probamos, nos costó un poquito entender el mecanismo. Al contrario que en Barcelona -donde el servicio está disponible solamente a residentes- en Sevilla cualquier turista puede usarlo. Tras darle un buen rato a los botones de la pantalla vimos la opción de comprar un abono de 7 días por 10 euros. Se paga con tarjeta, la máquina imprime un ticket con un código y nos pide otro número secreto para usarlo en las siguientes operaciones.
Durante el proceso existe un detalle a destacar. Al contrario que en Barcelona, se ofrece la posibilidad de escoger una de las bicicletas disponibles. Todo usuario de bicicletas públicas en cualquier ciudad del mundo sabrá que existen muchas bicicletas trilladas que habitualmente tienen el sillín medio roto, la cadena mal colocada o los frenos estropeados. Me pareció muy acertado poder realizar un buen chequeo a las bicicletas y poder escoger la que se encuentra en mejor forma antes de darle al botón.
Las bicicletas usan el mismo sistema de cambio de marchas que en Barcelona y en general funcionan bien. No tuvimos excesivos problemas en encontrar bicicletas en los puntos de recogida y para devolverlas en la mayoría de ocasiones encontramos un espacio para aparcarlas. Eso sí, el sistema de devolución me pareció un poco extraño y dudé en más de una ocasión si la había aparcado correctamente.
En general la ciudad de Sevilla ofrece una extensa red de carril bicicleta por sus calles céntricas y junto a sus abundantes jardines públicos ayuda a circular sobre dos ruedas por la ciudad sin miedos y muy a gusto.
Sin duda, una manera económica, simpática, ecológica y fácil para moverse y visitar lo mejor de Sevilla. Eso sí, a finales de octubre la temperatura es ideal. Si lo probáis durante los meses de verano es muy probable que me acabéis odiando por el consejo!

Sitio Oficial | Servici