Lo confieso, no me gusta el fútbol. Bueno, en realidad es que, como otros fenómenos de masas, jamás le pillé el punto, no he entendido el placer casi sagrado que disfrutan sus devotos en el día del Señor, cuando los domingos rinden culto a los millonarios con mejores piernas del mundo. Pero sí puedo admirar la belleza de sus iglesias, los estadios de fútbol, sobre todo cuando uno visita el que se considera el estadio más bonito de Europa, el PGE Arena de Gdańsk, el hogar del Lechia de Gdańsk.
Como homenaje a Gdańsk, la llamada Ciudad del Ámbar, la forma exterior y el recubrimiento del estadio asemejan un gigantesco trozo de ámbar, un material de excepcional calidad cuando se recoge en el cercano Már Báltico. Con 45 metros de altura, 236 metros de longitud y 203 metros de anchura, el PGE Arena sería el monumento al ámbar más grande del mundo.
Grande, y lleno de firmas de fans, es el balón que se encuentra a pocos metros de su entrada. Bueno, es de tamaño colosal si lo comparamos con los reglamentarios que hay en vitrinas en su interior, firmados no por fans sino por los jugadores de los equipos que aquí compitieron durante la Eurocopa 2012 celebrada en dos países, Polonia y Ucrania.
Ese campeonato europeo, sólo un año después de que se disputara el primer partido que inauguraba oficialmente el estadio (entre el Lechia de Gdańsk y el Cracovia, terminó en empate a uno, para desilusión de los más de 34.000 espectadores) lanzó a este hermoso estadio a la fama, especialmente en España.
La Roja jugó aquí contra Italia (empatamos 1-1 ), Irlanda (paliza a mi isla adoptiva con un descriptivo 4 – 0) y Croacia (un resultado luchado con uñas y dientes, ganamos 1 -0). No sería ya aquí, en Gdansk, sino en Kiev, en Ucrania, donde los tifosi se fueron a casa tristes, España ganaba por 4 a 0 a Italia y se proclamaba Campeona de Europa. Tenía que contarlo porque, amigos y amigas, aunque a uno no le apasione el fútbol, esas cosas se sienten en el corazón.
En uno de los pasillos del estadio, la pared está adornada con fotos de gentes que también sienten en el corazón sus equipos. Aficionados que vinieron de todo el mundo (la crisis ya estaba exiliando a los europeos) al PGE Arena de Gdańsk a animar a sus selecciones.
Otro de los pasillos, por el que accedemos a la primera zona que se visita durante el tour, el vestuario del equipo visitante, luce como decoración las banderas nacionales de los países que aquí jugaron en la Euro 2012: España, Italia, Irlanda, Croacia, Alemania y Grecia.
El vestuario que se puede visitar (no se accede al del equipo local pero es idéntico) incluye la zona de taquillas, una zona de duchas (y para el que quiera relajarse hay una pequeña piscina o una gran bañera), un pequeño cuarto para los técnicos y una sala con mesas de masaje. Atentos a la foto en la que se ve la hendidura en las mismas para cuando se está boca abajo. Sin comentarios.
Incluso en un reducto de testosterona como es un estadio de fútbol hay lugar para el romanticismo. Si algún aficionado del Lechia se quisiera casar aquí, cuenta con una pequeña capilla a su disposición.
Pero creo que a los aficionados, y a los que no lo somos, la parte interesante no es ninguno de los cuartos cerrados sino que está al aire libre, es el césped. Bajar al mismo y echar un vistazo a tu alrededor impresiona cuando uno se plantea que los ojos de 44.000 espectadores están pendientes de cada uno de los movimientos de los 22 jugadores. Y por si eso fuera poco, 4 pantallas de 70m2 cada una retransmiten simultáneamente todos los detalles de lo que pasa en el campo de juego.
Con el estadio vacío, como yo lo viví, te hace temblar de emoción. En un partido con el aforo completo, seguro que acojona el saber la influencia que cada uno de tus pasos tiene en decenas de miles de personas.
Si alguien se pregunta cómo es que alguien a quien no le gusta el fútbol se marca como visita obligada en una ciudad fascinante el estadio PGE Arena Gdańsk, la respuesta es que yo no hubiera ido a verlo de no estar en la agenda del #ILoveGDN. Durante dos días, junto con los blogueros Sele, Adri, Søren y Anna, y compañeros de prensa escrita, recorrimos Gdańsk invitados por la Oficina de Turismo de la ciudad y, como dije, la visita al estadio estaba incluída en el programa. Ahora que la he hecho ¿la recomiendo? Pues sí, sobre todo por algo que ocurrió durante la visita y que contaré en un próximo artículo.
Datos prácticos:
El tour del estadio, que dura aproximadamente una hora, cuesta 15 PLN (menos de 4 Eur) para los adultos, aunque hay descuentos para familias, grupos y estudiantes. Los niños de hasta 4 años acceden gratis.
Hace falta un mínimo de 10 personas para realizar la visita, que es de martes a domingo desde las 9am a las 4pm (en horarios de 9:00, 9:30, 10:00, 11:00, 12:00, 12:30, 14:00, 14:30, 15:30, 16:00) y un máximo de 35 personas. En caso de partido, concierto u otro evento de esas características, no hay tours ese día ni el anterior.
Pincha aquí para hacer tu reserva.
Conviene llamar al estadio para reservar, o confirmar, hora en un tour que no se explique en polaco (hay guías que lo hacen en inglés).
El PGE Arena está situado en la zona norte de la ciudad, en Ul. Pokoleń Lechii Gdańsk 1 , y se puede llegar a él en tranvía (números 7 y 97) o autobús (líneas T4 y T5).
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Web | PGE Arena Gdańsk Stadium Tours
Igual , en mi humilde opinion , le falta mucho a este estadio para ser el mejor estadio de europa,ni siquiera de Polonia , pero al margen de esta categoria , me gustan tus articulos.
Hola Xipo:
Supongo que cuantos más días puedas dedicarle a una ciudad, más oportunidades de ir viendo lo imprescindible, lo importante, lo conveniente, etc etc. Por mi parte salí del estadio contento, y debe ser la segunda vez en mi vida que piso uno :) Desde fuera es muy bonito y si además eres de los que sienten el deporte del balompié ¡tienes que hacer el tour!
Un saludo,
J
Yo que soy un fanático del fútbol disfrutaría como un niño. De hecho cuando viajo intento no perderme los estadios de fútbol (si tengo tiempo, claro). Por supuesto que éste no me lo perderé cuando pise Gdansk! Saludos