Nunca había volado con AirNostrum y lo hice por primera vez el pasado jueves rumbo a Santander desde Barcelona. Era un mini avión de dos asientos por línea y poco más de 20 filas. Una vez acomodado me puse a leer el Jueves y al pasar la última página de la revista ya estábamos aterrizando. Dejé las aventuras del Tato a un lado y me puse a disfrutar del paisaje que podía vislumbrar desde la ventanilla del avión. Los prados verdes dormidos bajo el regazo de las colinas, los picos de Europa nevados al fondo y los pueblecitos pesqueros besando la perfilada costa del cantábrico parecían devolverme a la infancia cuando visité por primera vez esta región 25 años atrás.
Una vez en tierra, los blogueros de Barcelona nos reunimos con el comando que venía de Madrid y subimos a un autocar que nos llevó a Puente Viesgo en menos de media hora desde el aeropuerto.
Nos instalamos en el Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo. El pueblo se encuentra en un precioso valle y el hotel se levanta sobre un antiguo edificio muy bien conservado. El entorno natural y verde ofrece la calma deseada para todos aquellos dispuestos a relajarse en las aguas termales del balneario y no es de extrañar que los jugadores de fútbol escogieran este lugar con frecuencia para sus días de concentración. Sin embargo, en el hotel no nos encontramos con del Bosque, Xavi o Inhiesta pero sí una selección española bien entrada en la tercera edad. Algo habitual durante los días laborables en épocas de temporada baja.
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Me encontré con una habitación espaciosa, con amplios ventanales y un fenomenal balcón con vistas a la montaña y al balneario. Asimismo, también me sorprendí al ver el detalle que Turismo Cantabria nos tenía preparado en forma de obsequio con material informativo de la región, una estupendas anchoas, atún y unos sobaos pasiegos que ya han pasado a mejor vida.
No tuvimos tiempo para relajarnos y nos pusimos el albornoz para darnos un paseo por las instalaciones del balneario. El lugar es extenso con múltiples salas grandes y pequeñas donde te querarías unos cuantos días para probarlo todo. Hay un templo de agua, una piscina de flotación, un estupendo jacuzzi exterior donde relajarse mirando el nítido cielo estrellado de Puente Viesgo y un sinfín de duchas que ofrecen variadas formas para relajar el cuerpo.
Estoy seguro que cualquiera que visite el balneario de Puente Viesgo volverá con las pilas cargadas para afrontar los problemas que sean en su vida real.
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Puente Viesgo, a pesar de ser tan conocido, es uno de los lugares que tenemos pendientes todavía por visitar en Cantabria. La verdad es que el lugar debe ser un sitio perfecto para olvidarse del mundanal ruido. Queda apuntado, que me has puesto los dientes largos.
En el restaurante he tenido la suerte de comer varias veces, pero a la vista de vuestras crónicas, vídeos y fotos no veo la hora de dejarme caer por el spa!! (a ver si alguien me invita, ejem…. =P)
Si, el restaurante El Jardin está genial. Lo incluí en el articulo dedicado a donde comer en Cantabria.
¡Qué recuerdos! Te recuerdo la estupenda cena que nos dieron con el timbal de verduras, pescadito de segundo y creo que, para rematar, carne. No me quiero olvidar del postre…mmm