Visita a Mandalay

Gente venerando al Mahamuni Paya Buddha

Antigua capital del Imperio Burmés, Mandalay es la segunda ciudad más grande de Myanmar y la más caótica.

Quien espere encontrar una ciudad con edificaciones británicas coloniales, muestras del señorío de los tiempos imperiales, orden y bonitos monumentos, que directamente coja un autobús para salir de la ciudad nada más llegar.

Dicho ésto, os digo que a mí me gustó bastante y sólo el insoportable calor y el escaso tiempo que teníamos para ver todo lo que queríamos del país hizo que nos quedáramos tan sólo un par de días.

Llegamos a Mandalay procedentes de Rangún tras unas 10 horas de bus. La carretera estaba en bastante buen estado y la calidad del bus nos sorprendió para bien. Al llegar a la estación cogimos un taxi con Rachel y Caroline-hermanas suizas que viajan por 3 meses en Asia- que nos llevó a nuestro hostal. Eran las 6 de la mañana y el centro de Mandalay comenzaba a desperezarse con la salida del Sol.

El primer día hicimos bien poco a parte de dormir hasta las 4 y salir a comer algo. Después fuimos caminando por el centro hasta la estación de ferrocarril. Es un verdadero espectáculo. Vagones desvencijados parecían hacer las veces de casas para las decenas -o centenares- de personas que estaban dispersas entre los andenes y las vías. Mantas y edredones aquí y allá, pucheros y ollas hirviendo sobre el fuego de pequeñas hogueras, mujeres cocinando y hombres leyendo el periódico de cualquier día menos el actual, niños corriendo y jugando entre las vías. Era un pequeño pueblo que parecía esperar el tren de una prosperidad que nunca llega. Y el problema es que no es que llegue con retraso, sino que puede que no llegue nunca, detenido en algún andén del corrupto gobierno con salida hacia las casas de los de siempre.

Me quedé absorto contemplando este torrente de vida de otro mundo hasta que un taxista de la estación se puso a hablar conmigo. No quería nada en especial, simplemente hablar algo en inglés y ayudar en lo posible. Un burmés como tantos otros. Una buena persona.

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En nuestro segundo día alquilamos unas bicicletas por 1.500 Kyats y nos dirigimos hacia el Mahamuni Paya Buddha, la estatua de Buda más venerada del país. Se encuentra en el interior de un recinto con varios edificios. La entrada es gratuita y puedes comprar papelinas de oro que los fieles se dedican a pegar sobre la estatua.

Todos los días, a las 4 de la mañana, los monjes le lavan la cara al Buda. Me llegué a plantear el ir a verlo pero al final acepté la realidad: a las 4 de la mañana ni yo mismo puedo lavarme la cara.

Monjas budistas en Mandalay

Con un calor sofocante decidimos tomar una ruta poco visitada en la ciudad y nos dirigimos hacia unos monasterios cercanos al río. No eran muchos los monjes que vimos bajo aquel Sol de justicia -y eso que hay unos 200.000 en la ciudad- pero gracias a ello nos perdimos por unas callejuelas sin asfaltar en las que la gente vivía en chabolas de bambú o madera. Todo el mundo nos saludaba al pasar, sobre todo los niños. Algunas mujeres lavaban la ropa en el río mientras otras tiraban al agua las sobras de la comida o lavaban los cubiertos. Los hombres se protegían del calor como podían y los niños seguían alborotando de forma incansable. Por sus caras supimos que no muchos turistas llegaban a la zona y se alegraban de vernos.

Aunque nosotros no hicimos nada más en la ciudad, conocimos a gente que nos recomendó el tour de las antiguas capitales de los alrededores: Inwa, Amarapura y Sagaing. Se hace todo en un día con guía por unos 10 dólares por persona. También incluye la visita al famoso puente U Bein. El U Bein es un puente de teka de 1.200 metros de longitud y famoso punto para ver los atardeceres.

Quien prefiera verlo en alto, tiene la opción de acabar el tour en la colina de Mandalay -Mandalay Hill- donde podréis aprovechar para hacer algo de ejercicio y ver algunas estatuas más de Buda.

En el lado negativo -según los comentarios de todos los que fueron a verlo- está el espectáculo de los Moustache Brothers. La Lonely Planet lo anuncia como un grupo de cómicos cuyo humor anti-gubernamental les había costado ya alguna condena de cárcel. Comentaban que ahora aún pueden hacer espectáculos privados -a petit comité para extranjeros- en su casa. Varias personas de nuestro hostal fueron y, al regresar, nos comentaron que era todo una gran pantomima en la que no atacaban al gobierno en ningún momento sino que hacían chistes sobre personajes del cotilleo occidental y algunas danzas típicas de Myanmar.

Alguien incluso sugirió que el Gobierno hace la vista gorda porque parte del dinero que cobran -lo llaman donación- los Brothers por el show acaba yendo a las arcas de la Junta Militar. También os digo que si los actores han pasado por la cárcel y los han tratado como a la mayoría, es normal que sus ganas de contar chistes sobre la Junta Militar se hayan visto más que mermadas.

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Lo dicho, nada de señorío o de tiempos imperiales, sino mucho caos que despertarán y mantendrán entretenidos a tus cinco sentidos. Una experiencia que cada uno debe vivir para poder opinar. Nos habían aconsejado que no estuviésemos más que lo necesario para tomar el siguiente bus y al final nos faltó tiempo.

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8 comentarios en “Visita a Mandalay”

  1. Grande Xas!!! Te creo totalmente!! Ya dije que yo no lo he visto y sólo conté lo que me comentaron la gente que había ido a verlo. Gracias por comentarnos de primera mano cómo fue tu experiencia con el tema! A ver si la próxima vez nos podemos pasar a verlos. UN saludo

  2. «Incluso e los hoteles alguna vez ofrecí un par de euros más a cambio de que no me pusiesen en las listas para que no tuviesen que reportar al regimen y tuvieran que pagar impuestos sobre el turista. Hay mil maneras de hacerlo en este país… y en muchas hay que charle mucho morro…»

    hay que hacer llegar voces como la tuya a tantos rincones en el mundo como nos sea posible!!

  3. Imprescindible entendiendo el contexto me refería a que si no vas a buscar un stand-up comedy. Si que creo que es imprescindible visitarles fuera del show-business time. Tener una charla con ellos relajado.

    Y en efecto el apoyo al pueblo se le da mediante esas charlas y poder reflejarlas en blogs como este o con tantas y tantas paginas que escribí en el mio sobre esto, hacerles llegar su voz es más ayuda que ningún euro pueda dar. Y romper esa imagen de un país agresivo militar, eso son los 4 de arriba pero el pueblo es impresionante.

    E intentar al viajar dejar el menos dinero posible al regimen y que lo disfrute la gente. Incluso e los hoteles alguna vez ofrecí un par de euros más a cambio de que no me pusiesen en las listas para que no tuviesen que reportar al regimen y tuvieran que pagar impuestos sobre el turista. Hay mil maneras de hacerlo en este país… y en muchas hay que charle mucho morro…

    Gracias pore estas entradas que despiertan tanto debate del bueno!

  4. Cuando estuve en Mandalay tuve la misma duda ¿voy o no voy a ver a los Moustache Brothers?. Había leído opiniones en foros y en la guía que llevaba y tenía disparidad de opiniones que ser repartían entre (a) No merece la pena, no son tan graciosos y es muy caro para el coste de la vida en Birmania y (b) Hay que ir para apoyar al pueblo de Birmania y a una manifestación artística crítica. Al final, no fui por otras razones y no se si me perdí «el evento imperdible(?)» o si realmente al pueblo birmano ya lo estaba apoyando con mi presencia, mis charlas con la gente de la calle, y mi gasto en establecimientos pequeños y no controlados por el Gobierno.

    Un saludo de otro enamorado de Birmania.

    PD: Xas, las parrafadas son siempre bienvenidas en Viajablog :)

  5. No estoy de acuerdo con el comentario de los mustache brothers, yo si fui y lo increible es ver a tios ya de cierta edad que han pasado más de 7 años en campos de trabajos forzados y detenidos. Uno de ellos hasta hace 3 años… y si que es verdad que no insultan de manera bestial.. pero anda que no hablan de como el gobierno controla la luz, como les vigilan, como la gente esta trabajando forzadamente por protestar…

    Que no hace gracia… pues bueno, yo no me destornille de la risa pero que una panda de 80añeros de un pais birmano me arranquen una sonrisa tiene bastante merito… Mejores que la media humorística española si son…

    Además tienen su puerta abierta y puedes ir a cualquier hora del día y te sirven te en su casa y puedes hablar con ellos de lo que quieras…

    Conmigo se portaron genial, y ves que han pasado por mucho solo por buscar libertad con humor… carillo si, pero entendiendo el contexto a mi me parece imprescindible.

    Por eso el comentario de que pagan al gobierno me hace pensar lo fácil que es ver las cosas desde el punto de vista del turista… yo también lo escuché y me gustaría ver a esa gente torturada y deteniada por ideales y seguir con fuerza para transmitir el mensaje de libertad cada día sin parar.

    parrafada… pufff ya lo siento

  6. Joder, David, lo has clavado. Muy bien descrito el ritmo de vida, las carencias y riquezas del día a día. Espectacular como dice Sergi.

  7. «Era un pequeño pueblo que parecía esperar el tren de una prosperidad que nunca llega. Y el problema es que no es que llegue con retraso, sino que puede que no llegue nunca, detenido en algún andén del corrupto gobierno con salida hacia las casas de los de siempre»
    Sencillamente espectacular.
    Gracias germa.

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