
Los cuatro editores de este blog tenemos una especial relación con la llamada Isla Esmeralda. Irlanda nos ha acogido en distintos períodos de nuestras vidas y uno de ellos, Sergi, sigue viviendo allí y tiene mujer e hijos celtas. Yo, personalmente, pasé allí más de 8 años y la considero mi segunda casa. Es un país que me ha dado muchísimo y ha modelado, en gran parte, la personalidad que tengo ahora.
Irlanda es un país que merece la pena visitar y aquí os voy a dar cinco razones para hacerlo:
Índice de contenidos
Los irlandeses
Para mí, que he viajado mucho y bien, el tema de la gente que habita un país es una de las razones más poderosas para decidir ir a visitarlo. Los irlandeses son unos tipos impresionantes. Al principio les cuesta abrirse un poco, pero, aún así, son amables y hospitalarios como en pocos otros sitios. Si te quedas un tiempo por la zona y convives un poco más con ellos te darás cuenta de que son gente de risa fácil y despreocupados.
Los irlandeses tienen ese punto fatalista típico de los habitantes de un país que ha pasado penurias y hambrunas a lo largo de su historia. Su humor es ácido y algo cínico y les encanta dirigirlo contra ellos mismos o su país.
Además son grandes bebedores y conversadores. Una cosa suele ir de la mano de la otra ya que el duro clima hace que las horas pasadas al calor de la pinta en el pub sean más de las recomendadas por cualquier médico.
Los paisajes

El apodo de Irlanda -la Isla Esmeralda- no se le ha dado por capricho.
Irlanda es un país bellísimo. Es una alfombra verde salpicada de pequeñas montañas y colinas y cuyos bordes presentan, en muchas ocasiones, acantilados dramáticos y salvajes. El verde da paso a un mosaico multicolor en primavera y el número de playas y calas solitarias donde poder hacer surf, darte un baño o pasear -cuando el clima lo permita- es interminable.
Los famosos Cliffs of Moher, la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte, la preciosa Península de Dingle -es difícil no parar el coche en todas y cada una de las playas-, al anillo de Kerry, los acantilados cercanos a Sligo y Donegal, el condado de Cork… Puedes alquilar un coche y estar casi un mes recorriendo lugares llenos de historia y belleza natural.
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La música

Los irlandeses son grandes amantes de la música. Es increíble la cantidad de grandes bandas y músicos que ha dado un país que apenas sobrepasa los 4 millones de habitantes. Tenemos claros ejemplos con U2, The Corrs, Sinead O’Connor, Enya, The Cranberries, Van Morrison, Glen Hansard (ganador del Oscar a mejor canción con la película «Once» en 2008)…
Pero hay muchos otros que permanecen en el anonimato y alegran cada día a la parroquia de muchos de los miles de pubs que pueblan la isla.
En Dublín puedes disfrutar de música en directo a diario en muchos de los pubs. Tienes la opción de escuchar música celta en los más tradicionales pero te recomiendo que para ello vayas a la Irlanda profunda. Donegal y Sligo son muy buenos lugares para tomarte una pinta y escuchar el sonido del arpa, la guitarra y la voz rota de algún irlandés mientras caen chuzos de punta fuera.
Muchos otros bares de la capital contratan a grupos locales que hacen covers de las grandes bandas irlandesas y tocan sus propias canciones de rock.
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La fiesta

Aquí no hay duda sobre dónde tenéis que ir. Con el número 1, Dublín. La medalla de plata es para Belfast.
Dublín es un hervidero de gente joven de casi todas las nacionalidades que puedas imaginar. A veces he dudado si existen personas mayores que vivan cerca del centro de Dublín. Es un misterio sin resolver.
Tienes fiesta todos los días de la semana. La zona más turística es el famoso Temple Bar, justo en el linde sur del río Liffey, que corta la ciudad en dos. Brasileños, españoles, italianos, franceses, polacos, chinos, indios… E incluso algún irlandés perdido. Todos se reparten entre los centenares de pubs que pueblan la capital. La cerveza nunca se acaba en Dublín. Sin embargo, tenéis que recordar que no estáis en España y a las 2.30 am cierran la mayoría de los pubs. Simplemente hay que salir más temprano.
Cuando ya llevas un tiempo allí te haces más adepto del pub local. Es más tranquilo pero hay mejor ambiente, ya te conocen y suele ser más barato y con mejor oferta, tanto en bebida, como en comida y música en directo.
Belfast también ha dado un cambio radical en las últimas décadas y su escena nocturna ha variado para bien. El Cathedral Quarter es un claro ejemplo de ello. ¡Recordad que tendréis que llevar libras porque esto no es zona Euro!.
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Tip de Alojamiento
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La facilidad para llegar

Irlanda está perfectamente conectada durante todo el año con multitud de ciudades españolas. Es lo que tiene el hecho de que sea el país de origen de la criticada compañía Ryanair. Yo, personalmente, le estoy muy agradecido al tío Ryan ya que me permitió recorrerme media Europa varias veces y a precio de saldo.
Los irlandeses aman España y el sueño de muchos de ellos es tener una segunda residencia en cualquier lugar de nuestras costas. Es decir, que tanta frecuencia de vuelos está más pensada para el viaje en sentido opuesto al que nos interesa, pero nos vale igual.
En 2 ó 3 horas estarás tomándote una buena pinta de Guinness en el aeropuerto de Dublín.
Bueno, con todo esto, ¿te he convencido para venir a MI ISLA?.