Nos aproximábamos a Auckland procedentes de Matamata una tarde fría de mediados de Junio.
No teníamos que devolver nuestra furgoneta hasta las 3 de la tarde del día siguiente, así que, decidimos tomar una circunvalación y dirigirnos hacia el Noroeste buscando las playas volcánicas de la cercana costa.
No os voy a mentir. Reconozco que encontramos Muriwai Beach por azar. Nuestro objetivo era llegar hasta Piha o Karekare pero nos metimos en una maraña de carreteras regionales, comarcales, vecinales…Y acabamos perdidos en la noche y encontrándonos en Muriwai.
El error tampoco nos vino tan mal.
Para los que no tengan mucho tiempo y sea la primera vez que visitan la zona, os aconsejo la playa de Piha. Está un poco más al Sur y allí pasé varios días en mi viaje del 2004. Es una playa más atractiva y ofrece más oportunidades de ocio. Podéis alojaros en un camping cercano que está muy bien equipado. Nosotros optamos por algo más cutre y vivíamos aparcados al lado de la playa, en nuestro Toyota Corolla del 92.
Para que no os pase como a nosotros y podáis encontrar Muriwai al primer intento, deciros que está situada a 17 kilómetros al Oeste de Kumeu -el pueblo de mayor tamaño en los alrededores- y algo más de 40 al Noroeste de Auckland.
Muriwai es la hermana fea -o menos guapa, tampoco hiramos sentimientos- de Piha y Karekare. Las 3 playas se distinguen por el color de su arena: negra. Al igual que algunas playas de Lanzarote, el color se debe al origen volcánico de la zona y su alto contenido en hierro.
Llegamos en la noche y la poca iluminación y una luna casi nueva se conjuraron para dejarnos la sorpresa de la vista de la playa para la mañana siguiente. Arreglamos el colchón y los sacos y caímos rendidos al momento tras tantas horas de conducción, y algunas de ellas perdidos en la fría noche.
Nos despertó el ruido de unos niños jugando cerca de nuestra furgoneta. Desayunamos bajo un Sol tenue que no podía competir con la brisa helada que nos obligó a comer con las chaquetas puestas.
Cuando hubimos recogido todo caminamos hacia la playa. Si tenéis tiempo podéis realizar varios trekkings distintos por la zona, combinando playa y zona verde.
Eran pocas las personas que vagaban por allí, pero teniendo en cuenta que era un día laborable y la temperatura no pasaba de los 14 grados, creo que tampoco tenía mucho misterio la cosa.
Una pareja mayor con su perro, un chaval que vivía en su furgoneta -enorme y bien equipada- aparcada cerca de la nuestra y un par de madres vigilando a los enanos que disfrutaban de unos pocos columpios cercanos al aparcamiento. Ésos eran nuestros acompañantes.
Paseamos por la arena color ceniza y exploramos un poco la zona rocosa de uno de los extremos. Al poco comenzaron a aparecer los que le dan la fama a estas playas: los surfistas.
Armados con trajes de neopreno -bastante gruesos, imagino- y sus tablas bajo el brazo un grupo de 7 u 8 hombres de distintas edades se bajaron de un par de todoterrenos. Tras unos minutos de calentamiento se lanzaron a volar sobre y dentro de las olas.
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Muriwai Beach atrae a la gente que busca dos actividades concretas: el surf y la pesca. También el paragliding y el mountain biking son practicados en la zona. Aunque sinceramente, ¡creo que ambos deportes serán mucho más placenteros en Verano!.
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Es una buena escapada para los que estén un poco hartos de Auckland y quieran ver bonitas playas a poca distancia. Muchos de los que viven la ciudad más poblada del país tienen segundas residencias por la zona.