Nuestro viaje de 5 meses comenzó por la India, más concretamente, por Nueva Delhi. A toro pasado pienso que quizás aquello fue un error porque, aunque habíamos viajado por varios países europeos, era la primera vez que emprendíamos una aventura de esta envergadura y, claramente, ¡éramos unos pardillos!.
Llegamos al aeropuerto a las 2 de la mañana y sin reserva de hotel, así que nos subimos a unos de las decenas de taxis que se nos ofrecieron en la terminal de llegadas y nos dejamos llevar.
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Después del acojone al sufrir la primera toma de contacto con la suicida manera de conducir de los hindúes, acabamos en un hotel que se caía por todos lados y por el que pagamos 10 euros cada uno, un precio estratosférico para los estándares de la India. En el taxi íbamos acompañados por el conductor y 2 personas más que nos insistieron para que visitáramos su agencia de viajes a la mañana siguiente.
A las 10 bajamos a recepción y allí estaban los mismos personajes montando guardia. Les seguimos a la agencia – que estaba, casualmente, puerta con puerta con el hotel – y nos encerraron en una habitación con un comercial que nos ofreció un tour por el Rajasthan a precio de oro y que nos negamos a aceptar. Fue bajando el precio de su oferta a menos de la mitad y comenzó a presionarnos de mala manera. Estábamos seguros de que el siguiente paso sería apuntarnos con la luz de un flexo en la cara y comenzar a quemarnos la piel apagándonos puros en ella. Nosotros nos mirábamos y pensábamos en cómo salir de allí sin ser demasiado descorteses porque era un país y una cultura totalmente nueva para nosotros y no sabíamos cómo se tomarían nuestra tozuda negativa.
El hombre nos enseñaba hasta fotos de él con la actriz española Emma Suárez – en serio, ¡era ella!, ¿le quedarían aún marcas en la piel después de la tortura? – diciendo que su agencia era famosa en la ciudad…¡qué digo ciudad!,¡en el país entero!. Rober y yo abandonamos el local casi a la carrera después de que aquel personaje acabara insultándonos y dijera que no quería vernos más. ¡Y todo porque le dijimos que sólo llevábamos 12 horas en la India y queríamos ver un poco cómo funcionaban las cosas y comparar las ofertas!. Hay faena.
Durante ese primer día recibimos más ofertas del mismo tipo: que si el taxista que nos llevó al centro (contratado por la primera agencia y que nos ofrecía un tour paralelo con un primo suyo por un precio inferior…agárrate), que si el hombre del moto rickshaw, que si el del supermercado.
Al final el vencedor, por su simpatía y por nuestro cansancio psicológico, fue el conductor del moto rickshaw. Nos llevó a otra agencia de la que recibía comisión y, tras una charla de una
media hora, acabamos contratando un tour guiado con conductor y coche particular de unos 13 días por Delhi, Rajhastan y Agra por unos 250 euros, alojamiento y comida no incluidos. Pensábamos que habíamos hecho bien porque el lugar era bastante caótico y no teníamos demasiado tiempo para todo lo que queríamos ver. Craso error.
El conductor – CP (sí, sí, como Código Postal que al pronunciarlo sonaba «Sipi») – resultó ser un jeta que se pagaba su habitación con nuestro dinero sin decírnoslo y nos coló a una pasajera extra que, según él, era otra guía que quería aprender sobre los lugares que íbamos a visitar.
Sospechamos que la chica era algo distinto de lo que nos dijo CP cuando vimos que no se bajaba del coche en ninguno de los templos en los que parábamos. Las sospechas nos las confirmó el conserje del hotel de Jaipur cuando se nos acercó y nos preguntó quién era esa mujer. El tal CP la había registrado como su hija y compartían habitación doble.
La relación con él acabó siendo tan tensa que acabamos por finiquitarle 2 días antes de lo estipulado pagándole hasta la última rupia. Fue nuestro precio por la libertad. Aún recuerdo aquella huida corriendo por las calles de Udaipur esperando que algunos de sus amigos-secuaces nos saliera al paso para devolvernos al hotel que él nos había buscado. Y sí, nos encontraron y nos devolvieron al hotel, pero esa tarde estallamos, discutimos con él y nos trasladamos al lugar en que nosotros queríamos alojarnos. Él se quedó con la chica en el que ellos habían elegido.
Pues eso, Sipi y su acompañante – llamémosle «Sape» – se fueron para sus casas en Agra y, si os soy sincero, aquí comenzaron nuestros escasos días de disfrute en la India. Tuvimos destellos de magia en los días con CP, pero siempre por los lugares visitados más que por nuestro guía o su ¿compañera-hija-guía-amante-organizadora de banquetes, comuniones y bautizos?.
Por esto, mi consejo para quien vaya a visitar el país a la aventura – sin paquete de viaje previamente contratado en el lugar de origen- es que se muevan por sí solos o con gente autóctona que conozcan. Nosotros comenzamos a hacerlo y conocimos a gente extraordinaria en estaciones de tren y autobuses públicos; comenzamos a ver otra India que nos gustó más al poder movernos libremente y no tener la sensación de sentirnos engañados una o dos veces al día. Fuimos libres a partir de Varanasi.
Ya sabéis, ¡nada de aceptar ninguno de esos tour organizados!.
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TFW
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Jejeje. Para nada avistu. Todos los consejos serán muy bienvenidos.
Escogiendo esos destinos sé a lo que voy, para eso me documento antes de emprender el viaje. Sin embargo, pienso que a pesar de todos los sinsabores, es muy interesante conocer otras culturas y otras sociedades, sobre todo, cuando son tan distintas a la nuestra.
Muchas gracias por los consejos y un saludo a todos.
Hola Prognatis,
En Vietnam no te acosaran tanto, allí no parecerás Beckham sino, a lo sumo, Torres. En Camboya haces visita relámpago ¿eh? : ) No se si está ya contratado pero en la capital tienes que ver la prisión S-21 (las fotos son espeluznantes, sobre todo las de las fichas de prisioneros y guardas…¡son todos tan jóvenes y tan parecidos!) y debería darte tiempo a visitar uno de los campos de la muerte, a las afueras. El monumento con los cráneos es…en fin. A mí se me puso un nudo en la garganta cuando, paseando, me dí cuenta de que los trozos blanquecinos en el suelo no era escayola o piedras, sino restos humanos. Y no hay muros o alambres de espino, solo el campo abierto,
Seguro que no forma parte del tour pero otra visión impresionante es el basurero a las afueras de Phnom Penh: cuadrillas de niños y adultos rebuscando ordenadamente algo que reciclar. Vida entre la corrupción.
¡Y ya no te digo nada más porque me vas a odiar!
Saludos,
José Ramón
Hola Nuria,
Yo te recomendaría un sistema mixto: efectivo (moneda local y euros/dólares) y tarjetas. Pero no una sino dos tarjetas de débito y crédito. A veces tienes una Mastercard y el logo del cajero te dice VISA…y «visaversa». Aparte del consejo de Quique sobre los dólares para las fronteras (yo añadiría también unos cuantos de 1 dólar), lleva siempre yuanes, dongs o bahts para esos pueblos (más de los que te imaginas) sin cajeros y sin nadie que te cambie. ¿Moneda local? Si, porque las comunicaciones interbancarias fallan más a menudo de lo que te imaginas (en Shanghai tardé dos días en poder usar mi tarjeta). Usa también los cambistas, pero pregunta los precios en varios en lugar de irte al más cercano: con el valor de la moneda en Vietnam, por ejemplo, la diferencia puede ser el precio de tu cena.
Comprueba con tu banco cual es la comisión por retirada de efectivo fuera de la zona euro y la que te aplican por el cambio de moneda. Los muy “pillos” te aplicarán un porcentaje (entre el 3,5 y el 4,5) por usar tu VISA del BBVA en un cajero de Hong Kong y luego un 1% por el trabajo de convertir los HKD en EUR.
Otra opción, que yo usé en India, es el “cash advance”, irte a un Banco y sacar dinero en ventanilla (no en el cajero automático) usando tu tarjeta. El Banco te aplica una comisión, tu Banco en España una comisión como si hubieras comprado en un establecimiento y el resultado es que pagas menos que si hubieras ido a un cajero.
Y el “monedero-cinturón” es indispensable :)
Saludos y buen (y seguro) viaje,
José Ramón
Apuntado, muchas gracias ;)
Buenas Nuria! Mucho hablar de viaje y al final soy bastante desorganizado… para esos paises yo tiraba de visa. Volveria a hacerlo. Esta lleno de cajeros y la comision es la misma que con el cambio o incluso menos. De todas maneras, un consejo. Llevate unos 40 o 50 dolares en billetes de 10 para ir pasando las fronteras con tranquilidad (ahi no hay cajeros y te clavan unos cambios increibles) asi solo cambias un billete y tienes dinero para moverte, dormir, comer y llevar al siguiente punto donde si te encontraras con un cajero
Quizás no venga muy a cuento, pero tengo una pequeña duda…en China, Vietnam, Tailandia…¿moneda nacional o dólares?. Muchas gracias.
avistu, gracias por el consejo, aunque creo que después de todo lo que me habéis contado iré con pies de plomo. Es un viaje que me hace mucha ilusión. Creo que paisajísticamente tiene que ser uno de los países más maravillosos del mundo. Supongo que a la insistencia y tenacidad de los vendedores locales te acabas acostumbrando. En la India había momentos que parecíamos los Beckham saliendo del autobús, así que no creo que Vietnam sea peor :) En Camboya sólo estamos tres días: 1 en Phnom Penh y un par en Siam Reap. Gracias a todos y especialmente a los chicos de Viaja Blog por dejarme que resuelva mis dudas en su blog
Prognatis, Viet Nam es más «peligroso» para el turista que la India, creo yo. Lo he entrecomillado porque no me refiero al peligro físico, sino a que te timen y tomen (el pelo). Aunque sea un país asiático, las ciudades como Saigon, Hue o Hanoi, están más occidentalizadas (vía colonialismo francés o «amistad» soviética) y es más fácil relajarse y bajar la guardia. Cuidado con los precios, intenta hacerte una idea lo antes posible del precio «local» para ver si esos 21000 dongs que te piden por tres pasteles son correctos…o no deberias pagar más de 2000.
Yo viajé de Sur a Norte durante los 30 días de mi visado y, aunque tuve experiencias increibles (en Sapa o Dalat, en los poblados no turísticos), no es un país al que volvería en el futuro.
¿Cuanto tiempo tienes pensando estar en Camboya, por cierto?
Un saludo,
avistu (José Ramón)
Me alegra que te guste el blog! Al menos ilusion le estamos poniendo mucha.Ferran es un crack, by the way. Un saludo y seguro que disfrutaras en Vietnam y Camboya!
Gracias por el consejo quique, aunque después de la experiencia de la India estoy preparado para ese tipo de cosas jejeje.
Un saludo
Vaya quique, me has dejado chafado, pues ya tengo contratado un viaje a Vietnam y Camboya para este verano. Si puedes especificar más y darme algunos consejos te lo agradecería.
Lo mismo digo David. Por cierto, enhorabuena por el blog que no te lo había dicho todavía. Me lo recomendó Ferrán de PopMK y desde entonces no he dejado de visitarlo.
Prognatis,lo mismo me pasó. ¡Qué alivio, qué gran país y qué grandes gentes en Nepal!Me maravilló nada más cruzar la frontera. Quique, cuando vaya a Vietnam te cuento!jaja
yo la verdad es que me lleve el efecto contrario. India me atrapo y me fascino! seria porque iba solo, hombre, bajito, moreno y paso medio desapercibidio por ahi! jeje
Donde si que acabe hasta el moño fue en vietnam… ahi si que me la querian meter por todos lados y acabe bastante harto de los vietnamitas aunque es un pais espectacular.
Como decis, a la india se la odia o se la ama pero no pasa desapercibida para nadie!
Yo de los países en los que he estado es quizás el que más sabor agridulce me ha dejado. Nosotros fuimos con guía y nos pasaron mil perrerías, así que no me puedo imaginar lo mal que lo pasarías. Salimos de India con un estrés impropio de unas vacaciones. Eso sí, Nepal fue un golpe de aire fresco. No obstante, que quede claro que no me arrepiento para nada de haber visitado India, como he dicho antes, hay que visitarla una vez en la vida.
Hola Prognatis! pues sí, yo siempre digo que las cosas y lugares tiene que experimentarlo uno mismo independientemente de lo que te cuente la gente. La India es un claro ejemplo: o la odias o te encanta, pero no te deja indiferente. Y no sabrás si te producirá una sensación o la otra hasta que no vayas a vivirla. Eso sí, para mí, con diferencia, el país que menos me gustó de los que visité. Sin duda, me costará mucho volver.
Un saludo!
Jejeje, me he sentido reconocido en tus palabras David.
Yo estuve en la India el pasado verano y me costó quitarme la sensación de que me estaban timando en cada cosa que hacía.
No obstante, es un país que recomiendo a todo el mundo. Hay que visitarlo al menos una vez en la vida. Creo que para un occidental es uno de los choques culturales más grandes que puede sufrir. Buenos y malos momentos se suceden a la velocidad de vértigo. Un país que te marca y te fascina. Eso sí, id con 1000 ojos.