Sevilla es una ciudad monumental que se mece en ambas orillas de un Guadalquivir que siempre le ha dado la vida. Fue esa agua, color gris verdoso, la que surcaron las cinco naves que emprendieron la aventura de la primera vuelta al mundo hace justo cinco siglos. Una aventura iniciada por 250 hombres capitaneados por el portugués Fernando de Magallanes. Un portugués al mando de una expedición compuesta por marinos de las más diversas procedencias. Y es que Sevilla siempre fue una ciudad abierta y multirracial. Uno de los legados más presentes de esa diversidad cultural es el Barrio de Santa Cruz, también conocido con el nombre de «La Judería».
Un entramado de callejuelas estrechas y sinuosas, en el que se abren plazas de diversos tamaños y formas aquí y allá. A las calles se asoman pequeñas casas encaladas, cuyas fachadas aparecen iluminadas y coloridas por las flores, y el peso de la historia parece haberlas rejuvenecido, más que avejentado.
Para captar el espíritu de la ciudad, debes visitar el Barrio de Santa Cruz de Sevilla. Destila historia, pero también duende, leyendas, gastronomía, arte y el eco de los aventureros más intrépidos.
Breve historia del Barrio de Santa Cruz de Sevilla
Aunque el nombre de «La Judería» hace suponer que el Barrio de Santa Cruz de Sevilla nació en la época medieval en la que la comunidad judía de Sevilla era la segunda más importante de España – solo superada por la de Toledo-, lo cierto es que la estructura de base de Santa Cruz ya existía en los tiempos de la Hispalis romana, cuando esta parte de la ciudad limitaba con los muros que la protegían de los asaltos de los enemigos. Una prueba de ello la encontramos mientras recorríamos Sevilla en bicicleta, cuando descubrimos tres altas e impresionantes columnas de un antiguo templo romano del siglo I.
Sin embargo, su mayor relevancia llegó a partir de la conquista de Sevilla por el rey Fernando III (1248) quien confinó a los judíos en esta parte de la ciudad. Unos 250 años más tarde, los sefardíes serían expulsados de Sevilla. A finales del XIX, Santa Cruz era una sombra de lo que fue, pero la Expo Iberoamericana de 1929 revitalizó el barrio y su fama ha seguido en ascenso hasta nuestros días, cuando se ha consolidado como una de las zonas más turísticas de Sevilla.
Qué ver en el Barrio de Santa Cruz de Sevilla
El Barrio de Santa Cruz de Sevilla posee un buen número de rincones secretos, casas palaciegas, patios, plazas y monumentos que llaman la atención del viajero. Tras recorrerlo, tanto a pie como en bicicleta, te recomiendo algunos de mis rincones predilectos del Barrio de Santa Cruz:
Patio de Banderas
Fue por el Patio de Banderas por donde accedimos al Barrio de Santa Cruz, tras una completa e impresionante visita al Real Alcázar de Sevilla. El Patio de Banderas presenta hileras de árboles rodeadas por las magníficas murallas del Alcázar, y, en cierto modo – y teniendo en cuenta que se puede admirar la esbelta silueta de La Giralda detrás -, me recordó algo al Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba.
Una arcada conecta el Patio de Banderas con uno de los extremos del Barrio de Santa Cruz y es el lugar ideal para tomar una fantástica fotografía de la Giralda.
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Calle Mateos Gago
Se trata de una de las calles más emblemáticas del Barrio de Santa Cruz de Sevilla. Sin embargo, son pocos los que conocen que en ella habitó, durante su estancia en Sevilla, el gran Fernando de Magallanes.
Saber que en una de esas viviendas coloridas se fraguaron algunos de los planes de la primera vuelta al mundo es algo que atrae a aquellos viajeros a los que les gusta la historia, mientras que el delicioso olor de las distintas tapas andaluzas que se sirven en los muchos bares de Mateos Gago atrae a casi todo el mundo. Y es que ir de tapeo por esta rúe sevillana es algo que no debes dejar de hacer en tu viaje a Sevilla.
Tapeo e historia, pero también grandes casas palaciegas – como la Casa Palacio de Salinas – o parroquias – como la de Santa Cruz, sede de la famosa hermandad sevillana homónima, una de las más importantes de la Semana Santa sevillana – se hallan en las cercanías de Mateos Gago. Una de esas calles que respiran una vida intensa sea cual sea el momento en el que la visites.
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Plaza del Triunfo
La Plaza del Triunfo es otro de los accesos al Barrio de Santa Cruz de Sevilla y, quizás, el más monumental. Normal, porque resulta casi imposible superar el nivel patrimonial que aportan los tres principales edificios que se asoman a ella: la catedral de Sevilla, el Real Alcázar de Sevilla y el Archivo General de Indias. Ese conjunto de tres fenómenos ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los tres merecen una visita de varias horas cada una.
Tenedor:
Plaza de los Refinadores
Y entre plazas anda el juego. La plaza de los Refinadores aparece presidida por una estatua de uno de los personajes literarios más famosos de Sevilla: el mítico Don Juan Tenorio, cuyos amores y desamores con Doña Inés se ambientan en las calles del Barrio de Santa Cruz. Eso sí, aunque Don Juan aparece vistiendo la típica indumentaria del siglo XVII, la estatua no sería labrada en bronce hasta 1974, cuando el artista Nicomedes Díaz Piquero se puso manos a la obra.
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Don Juan aparece custodiado por varios árboles y setos, además de las típicas casas bajas del barrio.
Dónde dormir en Sevilla
Si buscas alojamiento en Sevilla, te recomiendo el hotel en el que me quedé durante mi viaje: Hotel Inglaterra.El hotel más antiguo de Sevilla se encuentra en pleno centro de la ciudad, frente al Ayuntamiento y a menos de 5 minutos andando de la catedral, el Guadalquivir y el Barrio de Santa Cruz.Sus instalaciones son a la vez históricas y modernas, y el personal amabilísimo y competente. No te pierdas las vistas nocturnas desde su bar en la terraza. Si prefieres otras opciones donde dormir en Sevilla, aquí las tendrás casi todas sin ningún aumento de precio:
Callejón del Agua
La calle del Agua – o callejón del Agua – toma su nombre de su antigua funcionalidad, pues por aquí pasaba un canalón que transportaba el agua desde los cercanos Caños de Carmona hasta las estancias y jardines del Real Alcázar de Sevilla.
Aquí también encontrarás la antigua casa sevillana de Washington Irving, el famoso escritor estadounidense de principios del XIX que se enamoró del sur de España y escribió obras tales como ‘La leyenda de Sleepy Hollow’ y ‘Cuentos de la Alhambra’.
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Casa de Pilatos
Esta hermosa mansión de los siglos XV-XVI es uno de los tesoros escondidos de Santa Cruz. Sus impresionantes jardines te dan una idea aproximada de lo que puedes ver en el Real Alcázar. Iniciada por uno de los exploradores del Nuevo Mundo, y alcalde de Andalucía, Pedro Enríquez de Quiñones a finales del siglo XV, la Casa de Pilatos es una intrigante mezcla de estilos mudéjar, gótico y renacentista, construida alrededor de un patio central en el estilo tradicional andaluz.
Este palacio tan hermoso ha protagonizado dos películas: ‘Lawrence de Arabia’ (1962) y ‘Knight and Day’ (fantásticamente traducida a ‘Noche y Día’ en España) de 2010. Su nombre fue dado por el hijo de Quiñones, Fadrique, quien viajó a Jerusalén en 1519 y regresó desbordado de entusiasmo por la Tierra Santa.
Museo del Flamenco
El flamenco forma parte del ADN cultural de Sevilla y Santa Cruz ofrece un marco tradicional en el que disfrutarlo.
Hay una gran cantidad de bares y salas que ofrecen actuaciones de flamenco todas las noches en el antiguo barrio judío y sus alrededores, pero su calidad y autenticidad varían enormemente. Sin embargo, el Museo del Baile Flamenco es uno de los mejores de la ciudad y bien merece una visita. Escondido en una hermosa casa adosada del siglo XVIII, en una de las calles característicamente estrechas del barrio, el museo recorre la historia de la música y la cultura flamenca a lo largo de los siglos y presenta espectáculos diarios protagonizados por algunos de los principales artistas flamencos de Sevilla y Andalucía.
Barrio de San Bartolomé
Esta especie de barrio dentro del barrio, es conocida como la Antigua Judería. Bueno, muchos no lo consideran estrictamente parte del Barrio de Santa Cruz, pues se encuentra separado de este por la calle Santa María la Blanca y San José.
En esta zona menos turística hallarás casas palaciegas – como la casa palacio de los Padilla -, parroquias – como la de San Bartolomé – y conventos.
Plaza de Santa Cruz
Una iglesia homónima presidía la plaza de Santa Cruz hasta que los franceses decidieron demolerla durante su ocupación, debido al mal estado en el que se encontraba el edificio. Lo que no sabía es que aquí se hallaban enterrados los restos del maestro sevillano Murillo.