Durante nuestro viaje a Sevilla no nos queríamos perder una buena sesión de flamenco. Queríamos presenciar y escuchar una demostración de este arte lejos de manadas turísticas y que nos impregnara con la sencillez de lo auténtico. Por las calles céntricas de Sevilla encontramos bastantes lugares que ofrecían sesiones de flamenco cuyos precios se movían entre los 10 y 20 euros.
No obstante, no nos acababan de convencer por su componente turístico. Así que acudimos a twitter y esta herramienta social volvió a demostrar su enorme potencial dando respuesta a nuestras dudas. Mandamos la pregunta al aire añadiendo al usuario @recomendar -que a su vez propaga tus tweets a sus propios seguidores automáticamente-. Pensamos, algún sevillano aparecerá y nos recomendará algún sitio auténtico para ver flamenco y, efectivamente, dimos con algunas opciones.
Entre ellas apareció Casa Anselma. Se encuentra en el barrio de Triana en la calle Pagés del Corro 49 y hacia ahí nos dirigimos. Llegamos a las 10 de la noche y las puertas estaban cerradas. Pregunté a una persona que se encontraba en el lugar y me informó que Casa Anselma abre sus puertas cuando les da la gana y no tienen un horario fijo. Me indicó que me pasara sobre las 11 para probar suerte. Así lo hicimos y nos fuimos a tomar unas tapas por el barrio de Triana.
Volvimos a Casa Anselma y ya era casi medianoche. Nos sorprendió una cola de unos 200 metros esperando que abrieran las puertas. Nuestro gozo en un pozo. El lugar es pequeño y no queríamos agobiarnos con colas, gentío y mala visión.
Tras dar unas cuantas vueltas a la situación no nos dimos por vencidos, queríamos ver un espectáculo de flamenco, y nos decantamos por la opción B: subir a un taxi y abandonarnos a la suerte del taxista y sus posibles comisiones.
Así lo hicimos y no me arrepiento en absoluto de la experiencia. El taxista nos comentó que Casa Anselma se había hecho muy famoso recientemente y ahora todo el mundo acudía ahí para ver flamenco. Asimismo, existen otros locales con menos fama que también ofrecían un buen arte sobre el tablao lejos de las manadas turísticas de Sevilla. Nos llevó a un sitio llamado Lola De Los Reyes, también en el barrio de Triana en la avenida de Blas de Infante justo en frente del parque de los Príncipes.
El taxista no nos cobró más de lo que anunciaba el taxímetro y entramos en el local. La apariencia engaña. El bar parece más bien un salón de western con puertas batientes y madera que recuerda la habitación de un niño -ese marrón clarito que parece decirnos que no se han gastado mucho en el mobiliario-.
La sesión de flamenco empezaba en breve y la misma Lola nos acomodó en una mesa para dos personas. Sin duda, Lola parece tener tablas para llevar el negocio. La vimos de un lado a otro haciendo de relaciones públicas y tratando en todo momento que los clientes, conocidos y desconocidos, estuvieran a gusto en el local.
El espectáculo empezó y no quedaban sillas libres. Aun así, se podía respirar y disfrutar de una buena dosis de flamenco sin agobios. La puesta en escena es sencilla. Lola iba acompañada de tres cantantes más, palmas y una guitarra. Realizaron un bonito repertorio tocando temas relacionados con el barrio de Triana, versiones de canciones famosas adaptadas al flamenco e incluso algún espontáneo salió improvisadamente para cantar o bailar.
Sencillo, auténtico y familiar. Justamente el tipo de sesión flamenca que buscaba en Sevilla.
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La entrada es gratuita. No recuerdo el precio de las copas pero no me fui con la sensación de que fueran excesivamente caras.
jeje pues la proxima hacemos una sesion flamenco entre todos!! :)
joder, haberme dicho que te mola el flamenco. Yo lo canto que te cagas!!! ya te dije que era de por allí y eso se nota como te puedes imaginar.
jaja sin duda Pau! entre en el local a ritmo de soleá malagueña! :)
Veo que le has pillado el tranquillo a lo del flamenco ¿nos echaste de menos?