Existen algunos valles en el Pirineo que afortunadamente no son muy frecuentados y ofrecen ese punto salvaje que nos acerca a antiguas tradiciones y a paisajes con una naturaleza desbordante.
Ocurre en el valle de Unarre, a pocos kilómetros de Esterri d’Àneu, en la entrada al Parque Natural del Alt Pirineu donde se levantan colosos como La Pica d’Estats con sus 3143 metros de altura, el Sotllo o el Montroig.
Durante mis vacaciones de este verano alrededor del Parque Nacional de Sant Maurici y Aigüestortes me escapé en más de una ocasión para salir a correr. En alta montaña se abren tantas posibilidadespara ir a correr un rato que subir al coche y acercarte a cualquier punto interesante en el mapa de la Alpina es una nueva y emocionante aventura.
En esta ocasión me dirigí hasta la población de Cerbí. Desde esta pequeña aldea mecida en uno de los valles menos frecuentados del Pirineo catalán parte un sendero que nos acerca a la ermita de San Beado con unas preciosas vistas al valle.
Esta ermita fue construida durante el siglo XI y fue levantada para conmemorar la memoria de un peregrino francés. Por lo visto, el pelegrino enfermó y permaneció un tiempo en Cerbí para curarse de sus males. Durante ese tiempo la leyenda habla de su capacidad de hacer milagros que trascendieron a lo largo del valle.
La ruta ofrece panorámicas preciosas al valle inhóspito de Unarre y en algunos tramos se alzan a lo lejos las montañas más reconocidas de esta parte del Pirineo catalán como Els Encantats frente al lago de Sant Maurici, Montroig, Ventolau y otros picos de la zona.
Este recorrido tiene una distancia de 7 kilómetros y medio, un desnivel de unos 380 metros con su punto más alto a 1751 metros de altura. La ermita se encuentra a 1675 metros. A ritmo normal andando todo el itinerario circular no os debería pasar de las 2 horas y media.
El recorrido pasa por pequeños senderos y alguna pista ancha y está marcada debidamente en amarillo y blanco. Se atraviesan un par de ríos mediante puente y os aviso que existe un tramo bastante aéreo entre rocas que corta la montaña en horizontal. Entrama un poco de peligro pero afortunadamente viene provisto de cadenas que nos facilitan el agarre para evitar posibles deslices. Verdaderamente, no entrama dificultades salvo si tenéis vértigo.
La vuelta hasta la población de Cerbí se hace por una pista forestal tras cruzar el río de Graus. Por ella veréis algún 4×4 que viene o va hacia el lago de la Gola: paraíso para los pescadores de la zona.
Si queréis alargar la ruta existe la posibilidad de llegar hasta el lago de la Gola o incluso hasta el Montroig o el refugio no guardado de Enric Pujol.
Durante la jornada arreció una tormenta veraniega que me dejó completamente calado. A mitad de etapa unas nubes bien oscuras se cernieron sobre el cielo y una buena tromba de agua cayó con ganas. Lo hizo además justo en la zona de cuerdas tras dejar la ermita atrás, no obstante, siempre y cuando usemos bien las cuerdas no entrama peligro alguno. Andaros simplemente con cuidado.
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A pesar de la lluvia fue una jornada excelente en una zona poco frecuentada y de gran belleza.