Como bien nos dijo Guillermo, el fantástico guía y anfitrión que nos acompañó en nuestra visita al Pazo de Rubianes, «una ruta del vino no es sólo para personas que entienden de vino«. Y qué razón tenía.
Debo confesarlo: no tengo ni idea sobre el mundo del vino. Al menos no en la forma en que la tienen los buenos enólogos o estudiosos del tema. No llego mucho más allá de decir si me gusta o no me gusta. Según Guillermo, eso es todo lo que pide a las personas que catan el vino del Pazo de Rubianes. Aromas, sabores, maderas, colores, frutas… Lo importante es si te gusta o no. No hay más secreto.
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Índice de contenidos
Qué es la Ruta do Viño Rías Baixas
Se trata de una propuesta turística que invita al viajero a que descubra el inmenso patrimonio del vino de la Denominación de Origen Rías Baixas. Aunque el tema central de la ruta es el vino, también es toda una experiencia histórica, arquitectónica y natural, en la que el viajero disfrutará en profundidad de esta preciosa parte de Galicia.
Dónde se encuentra
La Ruta do Viño Rías Baixas abarca las siguientes zonas: Val do Salnés, O Rosal, Ribeira do Ulla y Condado do Tea.
Quién integra la Ruta
En este momento, son 52 bodegas y 2 destilerías las que forman parte de la Ruta. Todas ellas son visitables.
También engloba a 19 alojamientos, 15 restaurantes, 2 enotecas, 4 museos y una empresa de actividades de ocio. Con tamaña variedad, se aseguran que la experiencia para el viajero es completa.
Mi experiencia
Hotel y bodega Pazo de Galegos
Debido a las limitadas conexiones de transporte que hay entre mi ciudad, Alicante, y Galicia, no pude unirme a mi grupo de compañeros a primera hora de la mañana y llegué justo a la sobremesa. Ellos se encontraban en la bonita bodega Pazo de Galegos, ubicada en Vedra, dando cuenta de uno de los mejores postres (por supuesto, no me quise ir sin probarlo) que tomé jamás: una copa de fresas con jugo de Albariño. No soy muy amigo de mezclar frutas con alcohol (o con cualquier otra cosa que no sea otra fruta, porque me encantan) pero en esta ocasión quedé sorprendido.
El gran Manuel García sonreía mientras me veía saborear ese postre servido en su casa.
Manuel, fuente inacabable de sabiduría, es el artífice de la remodelación que culminó en 2010 con el Hotel Pazo de Galegos. En esta misma casa vivió el escritor gallego Antonio López Ferreiro, descubridor de la tumba del apóstol Santiago.
El hotel es de corte rústico y tiene 9 habitaciones disponibles, todas ellas diferentes.
Pero antes que el hotel, nació la bodega. En 1990, la familia García plantó sus primeras vides en este lugar, situado en lo alto del valle del río Ulla. Tienen cultivadas 4 hectáreas de viñedo propio y otras tantas arrendadas a varios viticultores locales.
Cada año, a finales de septiembre o principios de octubre, la uva es recolectada a mano y se elabora un vino Albariño de alta calidad, dejándolo dormir durante 6 meses en bodega antes de ser embotellado (destruyendo así el mito de que el Albariño bueno es el joven y recién producido).
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Me habría gustado charlar un poco más con Manuel y su hijo Paul, pero teníamos que marcharnos hacia nuestro segundo destino del día. Sin embargo, sí pude admirar la magnífica cepa gigante que tenían en el patio del hotel. Tenía largos años de vida y parecía el tronco de un árbol. Quizá esta tierra mágica haga que todo crezca para sobrevivir a los hombres.
Pazo de Rubianes
Llegamos al portón del Pazo de Rubianes sobre las 5 de la tarde. El sol quemaba sin piedad y supe que me había equivocado al pensar que este viaje a Galicia me permitiría librarme un par de días del sofocante calor alicantino.
Al poco apareció Guillermo a nuestro encuentro.
La historia del Pazo de Rubianes es realmente reseñable. Se levantó en 1411, fue reformado en el XVIII y es el único señorío de Galicia. Sus estancias están repletas de valiosos objetos de arte y objetos traidos de distintas partes del mundo. Cuando entré en su comedor – que, como toda la casa, sigue siendo utilizado hoy en día – Guillermo nos explicaba que los dos últimos reyes de España – Juan Carlos I y Felipe VI – solían comer aquí con cierta frecuencia. Sin embargo, la estancia que más me gustó, fue la biblioteca, donde se guardan libros y documentos de varios siglos de antigüedad.
La capilla, levantada en piedra en el siglo XVI, es otro de los atractivos del Pazo de Rubianes. Aquí Guillermo nos contó una divertida historia. Hay una cripta subterránea bajo la capilla del pazo en la que se entierran a los componentes fallecidos de la familia. Pues bien, algunos sirvientes del pazo se han llegado a marchar porque decían que los antiguos señores de la casa se paseaban por los terrenos que fueron suyos en vida.
Regresando a lo terrenal, no puedes perderte los hermosos jardines del Pazo de Rubianes. En ellos florecen más de 4.000 camelias y cientos de variedades de plantas y árboles procedentes de todos los rincones del mundo. Fue, sin duda, la parte que más disfruté.
Por último, Guillermo nos condujo por una senda que llevaba a los viñedos del pazo. Sus 25 hectáreas producen una uva que da lugar a uno de los mejores vinos Albariños de Galicia, tal y como pudimos comprobar en la cata posterior.
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Buen vino, jardines y bosques preciosos, un pazo lleno de historia, multitud de historias y anécdotas narradas por Guillermo. Fue, a mi juicio, la visita más completa de mi periplo por la Ruta do Vino Rías Baixas.