Al entrar en Israel descubrí que el Sabbath realmente empieza los viernes por la tarde. Eran las tres de la tarde y en la estación de Eliat no partía ningún autocar. Pretendía esa noche dormir en Jerusalén y no tuve otra opción que quedarme en Eliat esa noche. Aunque parezca incomprensible, el sábado sí partía un autocar hacia Jerusalén a las 4 y media de la tarde. El país deja de funcionar las tardes de los viernes y vuelve a ponerse las pilas cuando el sol desaparece los sábados.
Resignado, volví a ponerme la mochila encima y le pegué un vistazo a los hoteles que había visto cerca de la estación de autobuses. A primera línea de mar estaban los mega hoteles que, por supuesto, descarté a la primera. Justo enfrente de la estación encontré algo parecido a un hostal donde pude encontrar -regateando los iniciales 80- una cama por 60 shequels en un dormitorio de dos literas. No obstante, me dijeron que no estaría compartido. Aun así, el chico me dijo que él se quedaba con las llaves…
Me pegué una ducha y me dispuse a visitar Eilat. Al confín con Jordania y Egipto, Eilat tiene todo lo que debe tener una ciudad fronteriza: mega hoteles, casas de cambio, casinos y alguna casa de alterne. No obstante, todavía conserva un bonito paseo con tiendas y algo de playa. Un montón de israelís, turistas rusos y de los Emiratos Árabes pasean por las calles y se lucen por la playa en lo que parece ser un destino turístico habitual.
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Lo malo de llegar un viernes o un sábado es que casi todo está cerrado. Tras dar vueltas inútilmente para pasar las horas me decidí por meterme en una de las franquicias más internacionales del mundo: El Paddy’s; un irish pub que me esperaba con una buena pinta de Guinness y una extraña mezcla de música en directo con abuelos rusos bailando a ritmo de Georgie Dann… Sin palabras.
Pues si! de lo mas raro!!!
¿Rusos bailando en un pub irlandés en Eilat? Eso sí que es viajar