Nadie viaja a Noruega porque tenga la ilusión de visitar Oslo desde la infancia. De hecho, los únicos que tienen una ilusión especial en visitar Oslo son los afortunados que reciben cada año, desde 1901, el Premio Nobel de la Paz. Pero antes de que la Oficina de Turismo de Oslo me deje un largo y educadamente furibundo comentario en este post, quiero decir que sí que hay razones para pasar un par de días en la ciudad, y abrimos el aperitivo con estas indispensables seis cosas que ver en Oslo.
De acuerdo que ser la capital de un país que es un gigantesco destino natural es un handicap, pero incluso si Oslo es sólo la necesaria escala en un viaje por los fiordos, se puede convertir en placer lo que a priori parece una molestia. Si quieres sacarle todo el partido a la ciudad, no te pierdas estas recomendaciones de seis cosas que puedes hacer en Oslo en cuanto pongas un pie fuera del aeropuerto.

Índice de contenidos
1.- El impresionante Museo Fram y la odisea antártica noruega

¿Alguna vez habéis visto uno de esos barcos a escala metidos en una pequeña botella de cristal? Pues cambiad “a escala” por real, “botella” por edificio y añadid la historia de una aventura fascinante, porque el Museo Fram alberga el histórico barco con el que Amundsen exploró el Polo Sur.
El Fram se construyó íntegramente en madera, con refuerzos interiores de hierro, pero debía soportar la presión de los hielos árticos sin hacerse astillas sino elevándose sobre él. En 1892 fue bautizado y al año siguiente navegó por el Océano Ártico, de donde no regresaría hasta 1896.
Si buscas un alojamiento moderno y céntrico en Oslo, pero también asequible, te recomendamos las habitaciones dobles del Citybox Oslo (las normales, no las pequeñas, la diferencia de precio es mínima). Está situado a 250 metros de la Estación Central de Oslo, a 5 minutos a pie de la Ópera de Oslo y con el Palacio Real y la zona de ocio nocturno de Aker Brygge apenas a 1.000 m.
Para más opciones de alojamiento, puedes comprobar los precios y características de otros 80 hoteles en la zona de Oslo haciendo click en el botón.
Una segunda expedición, entre 1898 y 1902, le llevó hacia el Archipiélago Ártico, al oeste de Groenlandia. En la tercera, y de mayor renombre internacional,transportó a Roald Amundsen a la Antártida para su expedición al Polo Sur, entre 1910 y 1912.
Restaurado en 1930, el buque fue trasladado en 1936 al museo construido en la península de Bygdøy, a la vista del centro de Oslo.
Allí es dónde lo podéis visitar, aprender más de la relación de Noruega con el Ártico (como, por ejemplo, que más del 40% de su territorio está en el Círculo Polar Ártico), de las duras condiciones que tuvieron que afrontar los exploradores y, por supuesto, pasear por la cubierta, las cabinas y la bodega de carga del Fram.
Al Museo Fram se puede acceder por carretera o por ferri desde el Muelle del Ayuntamiento.
Como a la península Bygdøy se la conoce como la “Península de los Museos”, podéis aprovechar vuestra estancia para visitar alguno de ellos, como el Museo Kon-Tiki, el adyacente Museo Marino Noruego, el Museo de Barcos Vikingos o el Museo del Pueblo Noruego.
Actividades en Oslo
Si quieres sugerencias de qué ver y hacer en Oslo, aprovecha tu escapada a Noruega para realizar alguna de estas actividades en Oslo, con muy buenas recomendaciones de sus usuarios:
- Oferta: Tour panorámico + Crucero por los fiordos de Oslo
- Accesos gratis y descuentos: Oslo Pass
- Crucero con cena y música en directo
- Autobús turístico de Oslo
- Paseo en barco por el Fiordo de Oslo
- Tour panorámico por Oslo
- Descubre otras excursiones en Oslo y alrededores

2.- El diseño vanguardista de la Ópera Noruega

Desde que en Australia la construcción del Teatro de la Ópera de Sidney rompiera los moldes arquitectónicos, otras ciudades han seguido su inspiración para construir edificios donde la forma es tan llamativa como el contenido. La Ópera de Oslo es digna heredera de esa idea.
Haz click para más info y llévate un 5% de descuento.
Como una proa invertida, surge de las aguas una rampa blanca, un triángulo al aire libre, que encierra un rectángulo de cristal, en cuyo interior se encuentran las salas de representaciones. El exterior, incluyendo el tejado, es accesible para el público así que la expresión “poner un pie en la ópera” adquiere un nuevo significado.

¿Hablas noruego? Entonces estás de suerte, porque la Ópera ofrece una introducción gratuita de media hora a la ópera o representación que vas a ver.
¿No hablas noruego? Existen tours guiados por la Ópera de Oslo que cuestan desde 70 a 120 NOK en función de si el ticket es para niños, adultos o poseedores de algún tipo de descuento (como la Oslo Pass).

No salgáis de la explanada de la Ópera por el acceso principal, al mar, sino rodeadlo para ir por detrás (hacia la zona de los edificios que parecen un código de barras) y así podréis pasar junto a los talleres de sastrería y atisbar todo lo que, en vestuario, conlleva una representación.
Seguro de viaje, también para Noruega
Para viajar a Noruega es recomendable tener un seguro de viaje, especialmente en estos tiempos en que el Coronavirus os puede obligar a realizar una cuarentena y cambiar vuestros planes de viaje. Si eres ciudadano europeo, os hemos explicado las diferencias entre la Tarjeta Sanitaria Europea y un Seguro de viaje aquí, además de porqué las autoridades recomiendan contratar un seguro de viaje. Nosotros usamos últimamente siempre el Seguro IATI Escapadas y si lo contratas desde el enlace, tienes un 5% de descuento sobre el precio oficial.
Pincha aquí para hacer tu reserva.
Puedes también consultar aquí toda su amplia gama de seguros.
3.- El Parque Vigeland y sus famosas estatuas

El mayor conjunto de esculturas creadas por el mismo artista y exhibidas al aire libre (pausa para respirar), se encuentra en Oslo, y es el Parque Vigeland.
Hierro forjado, granito y bronce son los materiales empleados por Gustav Vigeland para crear más de 200 esculturas que homenajean a la Humanidad, como característica de los individuos de la especie. Hay alegorías, hay escenas y hay esculturas que dan un poco de miedo, como el Sinnataggen (el “niño enfadado”).

Una de las cosas que más sorprenden de este parque es saber que sus desnudos no son modernos, pues el proyecto, y las esculturas, abarcaron desde 1939 hasta 1949. Aunque su autor falleció en 1943, había dejado instrucciones y planos detallados para que su obra no quedara incompleta.
No olvidéis que el recinto es, ante todo y sobre todo, un parque. Hay muchas zonas verdes, fluviales y fuentes, por lo que pasear por el Parque Vigeland de Oslo es un pasatiempo favorito para los noruegos. Imitadles y acercaos a verlo sin prisas, paseando.

Para hacer más baratas las visitas de los turistas, Oslo también es una de esas ciudades que cuenta con una tarjeta de descuentos y accesos gratuitos a atracciones turísticas, medios de transporte y compras. Se llama Oslo Pass y puedes descargarla en forma de aplicación para el móvil y esperar a llegar a Noruega (hay WiFi gratuito en el Aeropuerto) para activarla.


Ahorra en tus viajes por Europa
Tu banco te va a cobrar una comisión si sacas dinero en un cajero fuera de España, pero además aplicará una tasa de cambio de moneda si estás en un país donde el euro no sea la oficial, como es el caso de Noruega. Para evitarlo, para pagar tus compras en establecimientos y sacar dinero en cajeros automáticos sin comisiones, nosotros usamos tarjetas gratuitas prepago como la Revolut. Encontrarás nuestra opinión, ranking de las mejores y experiencia en otros viajes en este artículo y aquí tienes los motivos por los que necesitas una tarjeta prepago sin comisiones para viajar con más detalle .

4.- El Palacio Real de Oslo

No hay muros, vallas ni barreras pero cuando el Estandarte Real de Noruega ondea sobre este palacio de mediados del siglo XIX, es muy posible que la realeza noruega está en casa.
Aunque fue oficialmente inaugurado por el monarca Oscar I en 1849, el primer auténtico Rey de Noruega que usó este edificio como residencia habitual fue Haakon VII en 1905. Ese año, del que apenas ha pasado un siglo, marca el nacimiento de una Noruega independiente, pues desde 1814 había estado – con una relativa benevolencia – unida a Suecia, que controlaba sus relaciones exteriores.
El neoclásico Palacio Real(de manera formal Det kongelige slott, informalmente Slottet y, si tenéis que preguntar por él en inglés, Royal Palace) es el equivalente al Palacio de la Zarzuela en España. Aquí el Rey trabaja, recibe en audiencia a personalidades, políticos y Jefes de Estado y Gobierno y se celebran las cenas de gala.
Actualmente los inquilinos (cuando ondea la bandera adecuada) son SM Harald V y la Reina Sonja, pero no estarán en casa cuando se hacen las visitas guiadas al Palacio Real de Oslo, a diario durante el verano y en inglés cuatro veces al día .

Al final de la larga Karl Johans Gate, el Palacio Real está rodeado por el Parque Real y tiene en frente a la, como no, Plaza Real donde hay desfiles, celebraciones o se pueden llegar a juntar 3.000 niños para cantarle “Feliz Cumpleaños” al Rey (en 2012, con motivo de su onomástica).
Cada día a las 13:30 se realiza el cambio de guardia, aunque los centinelas comparten la suerte de sus homólogos en Buckingham Palace y también aguantan estoicos a los turistas que se fotografían con ellos.