Estoy seguro de que muchos de vosotros tenéis una buena lista de lugares pendientes para viajar por el mundo. La pandemia no nos lo ha puesto fácil y últimamente -servidor incluido- hemos optado por destinos cercanos para evitar posibles complicaciones durante el viaje. Puede que tengas una lista de favoritos en tu mente. Con este post quiero convencerte para que Irlanda ocupe uno de esos lugares privilegiados en la lista. Vamos allá.
Viví en Irlanda durante tres años y, desde entonces, la Isla Esmeralda ejerce como un imán sobre mí y me provoca, de vez en cuando, revisar la agenda y tratar de realizar una nueva escapada a la isla. Son muchas las razones por las que viajar a Irlanda. En este artículo trataré de dejar a un lado las razones subjetivas que labraron esos tres años de mi vida y os voy a desvelar lo mejor de Irlanda y por qué debería estar en vuestra lista de viajes pendientes para las próximas vacaciones.
Pueblos pesqueros, una tradición oral y musical que se aprecia en la cultura callejera, un país de naturaleza exuberante, de puestas de sol que quitan el hipo y de ciudades animadas que os tendrán en vilo toda la noche.
Índice de contenidos
1. Dublín: un gran pueblo convertido en capital
Cuando llegué por primera vez a Dublín en busca de habitación y trabajo no resultó ser ese temible ogro que me esperaba. Todo lo contrario, Dublín apareció como una ciudad joven, dinámica, hospitalaria y con ese estilo de vida más cercano a un gran pueblo que a una gran capital de Europa.
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Además del buen ambiente en Temple Bar, la zona de marcha, las tiendas de Grafton Street o los paseos alrededor del Liffey, en Dublín existen un montón de parques como el Phoenix Park, el más grande de Europa dentro de una misma ciudad.
Asimismo, existen un montón de escapadas para disfrutar de la naturaleza a golpe de autobús urbano o de DART, el tren de cercanías irlandés. Entre las escapadas que os recomiendo de un día desde Dublín no os podéis perder Howth, Malahide, Bray o incluso las espectaculares montañas de Wicklow, un lugar donde los mismísimos elfos del Señor de los Anillos se quedarían a vivir largas temporadas.
2. La naturaleza desbordante de Irlanda
Dicen que el color verde de la hierba no es el mismo en todos los sitios del mundo y, precisamente, el verde intenso que ofrece la hierba de Irlanda en un día soleado es el más bonito de todos ellos. Quizás tengan algo que ver los tréboles de cuatro hojas o los legendarios leprechauns, quién sabe.
Lo que sí es cierto es que la naturaleza en Irlanda es una razón más para visitar el país. Especialmente ahora, cuando muchos, debido a la pandemia -servidor incluido, nuevamente- estamos ciertamente cansados de tanta ciudad y solo pensamos en vacaciones rodeados de espacios naturales y tranquilidad.
Irlanda ofrece escenarios donde el tiempo parece que se haya detenido. Existen lugares que fácilmente nos pueden robar una lágrima al andar, como el Camino de la Hambruna, cerca de la bahía de Killary, que atraviesa un extenso territorio de casas abandonadas hace más de dos siglos por la gente que partió hacia América buscando un futuro mejor.
En el oeste de Irlanda también encontramos los acantilados más altos de Europa, en Slieve League y otros menos altos pero más espectaculares como los de Moher. Tampoco os podéis perder otros rincones muy especiales, donde las fuerzas telúricas de la Tierra parecen hablarnos con monolitos de hace miles de años, como en Burren, en el condado de Clare.
3. Halloween – Mitos y leyendas
La gran mayoría asocia la fiesta de Halloween con Estados Unidos. Si bien es cierto que en el país norteamericano esta fiesta está muy arraigada en su cultura y se celebra por todo lo alto, debemos tener en cuenta que esta fiesta es de origen celta. Fue en Irlanda donde se empezó a celebrar por primera vez con el nombre gaélico de Samhain (final del verano). Los celtas irlandeses de antaño tenían la certidumbre que durante la noche del 31 de octubre los espíritus de los muertos acudían para visitar el mundo de los mortales.
Existen sitios en Irlanda donde celebran Halloween con letras mayúsculas, como en el festival de Puca. Y, afortunadamente, este año vuelve a celebrarse y lo hará en tres localidades distintas: Drogheda, Athboy y Trim. En el siguiente enlace tenéis todos los detalles del festival de Puca 2021.
4. El abrumador peso de la historia en Irlanda
Puede que la costa oeste de Irlanda sea la más fotogénica pero la vertiente este de la isla gana en cultura, monumentos y lugares arraigados en los más de 5000 años de historia de Irlanda. Sin lugar a dudas, el volumen cultural de Irlanda es otra de las razones por las que viajar y conocer el país.
A un paso de Dublín tenemos lugares que nos harán revivir la historia, con castillos en ruina que despiertan fantasmas en nuestra mente, como el de Dunluce en Antrim, cuyos muros devastados parecen levantarse todavía orgullosos desafiando al mar. Otros castillos ofrecen una gran opulencia y su ciudad mimetiza con su pasado medieval, como el de Kilkenny. También encontramos cementerios donde las cruces celtas le añaden un poso de misticismo al entorno, como en Glendalough.
Y si visitamos Newgrange nos estallará la cabeza al tratar de entender cómo los hombres y mujeres que habitaban Irlanda hace más de 5000 años eran capaces de calcular el momento exacto en que la luz del sol del solsticio de invierno entraría en la cámara funeraria cuya construcción se remonta antes de Stonehenge o incluso de la Gran Pirámide de Giza.
5. La Ruta Costera del Atlántico
Siempre que llegaba un amigo de visita a Dublín me lo llevaba de viaje en coche. Cuando disponíamos de unos cuantos días, nos embarcábamos para realizar una ruta por la costa oeste de Irlanda.
Si eres un amante de las puestas de sol, de grandes acantilados, de carreteras serpenteantes donde el musgo parece comerse el arcén, de pueblos pescadores y lugares donde el tiempo parece detenerse, un viaje recorriendo la costa oeste de Irlanda se colocará fácilmente entre los mejores recuerdes que atesores de tus viajes.
Desde la península de Dingle, pasando por Kerry, el condado de Clare, Galway o Donegal, la costa oeste de Irlanda cubre más de 2500 kilómetros repletos de parques nacionales, pueblecitos con encanto y un verde intenso que te hará gastar la batería del móvil de tantas fotografías. Al final del día, los pubs serán tu lugar de encuentro con sus gentes, su cerveza y su música tradicional.