Recuerdo con cierta nostalgia la primera vez que visité el condado de Wicklow en Irlanda. El pasado siglo exhalaba su último aliento, los euros todavía eran una futura promesa y Dublín se había convertido en mi nueva casa desde hacía pocos meses.
Mi afición al senderismo me inclinó a estudiarme, durante mis ratos libres, todos los mapas de montaña que encontraba en la céntrica librería Eason de O’Connell Street y las montañas de Wicklow fueron mi primera incursión a la magia que empapa, como las primeras gotas de rocío del día, los ancestrales bosques de Irlanda.
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Índice de contenidos
La ruta senderista de Wicklow Way
The Wicklow Way -el camino de Wicklow- es una ruta senderista de 120 kilómetros que parte del sur de Dublín y recorre las montañas y profundos bosques del condado de Wicklow, trazando una línea prácticamente recta de norte a sur.
A lo largo del recorrido existen hostales y B&B donde descansar y un buen número de lugares que os dejarán con la boca bien abierta.
Esta fue una de las primeras ocasiones en las que me acercaba al interior de Irlanda, lejos de la gran metrópolis, y su encanto ha perdurado hasta el día de hoy.
Un autobús metropolitano me dejó en los barrios más al sur de Dublín y desde ahí mis piernas fueron el principal motor que me impulsó por sus valles y pueblecitos, que se suceden en este condado que parece surgir de una novela de Tolkien.
Hoy en día, las mismas lineas de autobús siguen funcionando, e incluso existe el Wicklow Way Bus, especial para senderistas, para cubrir ciertas zonas menos accesibles del recorrido como Glenmalure o Laragh.
Si no disponéis de tiempo para realizar todo el recorrido comprendido en siete jornadas, os recomiendo realizar al menos los tramos que unen el valle de Knockree (al que podéis acceder fácilmente en autobús desde Dublín) hasta Glendalough en apenas un par de días. Descubriréis alguno de los lugares más impresionantes de Wicklow, con suaves valles, profundos bosques y amplias vistas al mar de Irlanda.
La naturaleza deslumbra. El musgo aparece espeso y crea una especie de follaje sobre los árboles, como si les dotara de brazos, piernas y ropa cobrando vida propia. En las zonas altas la tubera predomina y para facilitar el paso encontramos senderos trazados sobre la madera, para evitar las zonas de barro y charcos.
La historia, en lugar de quedar sumergida entre el espesor de la naturaleza, sobrevuela y nos habla. En algunas zonas alejadas del camino principal, en el subsuelo perduran antiguas minas de la guerra de independencia, sepultadas bajo tierra que nunca acabaron de explotar. Algunas casas abandonadas al lado del camino nos transportan a épocas difíciles en las que sus habitantes tuvieron que abandonar su tierra para encontrar una vida mejor al otro lado del océano.
Al llegar a los pueblos, ese poso de historia rezuma y nos envuelve entre las páginas de J. M. Synge, donde la tradición oral se mantiene más viva que nunca. Y es gracias a ella que podemos comprender Wicklow, un lugar donde el paisaje y la vida tradicional se unen para contarnos un sinfín de historias que perduran en el tiempo. Al día siguiente, tras haber tenido vuestro primer contacto con la tradición oral irlandesa, descubriréis que las montañas y los bosques os hablan y forman un tejido inexpugnable con el hombre.
Las jornadas se alternan con largas caminatas durante el día envuelto por la naturaleza y el calor de los hostales o los pubs del pueblo durante la noche. En un lugar como Irlanda es difícil tomarse una cerveza o cenar solo. Aunque viajes en solitario, a buen seguro la curiosidad y amabilidad de los locales te envolverá y el fascinante storytelling que forma parte del ADN irlandés llenará tu mochila con anécdotas para llevarte a casa y recordarlas por mucho tiempo.
Desde aquella primera incursión a Wicklow se han ido sucediendo varias a lo largo del tiempo. Cada vez que toca volver a Irlanda casi siempre nos guardamos un día entero para volver a estas tierras. Si no disponéis de mucho tiempo para realizar este largo recorrido a pie, os propongo varias escapadas con las que podréis tener una primera impresión.
Glendalough: el corazón espiritual de Irlanda
Tal y como Francia tiene su Lourdes o Barcelona su propia Montserrat, Irlanda tiene su corazón espiritual en Glendalough. Aquí encontrarás los vestigios del ancestral este de Irlanda, los orígenes del cristianismo en la isla con uno de esos cementerios donde la icónica cruz celta perfila el paisaje en un entorno espectacular.
Mecido por dos lagos y rodeado por las montañas más sugerentes del Parque Nacional de Wicklow, el antiguo monasterio de Glendalough ofrece una de las estampas más bonitas de Irlanda. Glendalough significa en gaélico valle de los lagos y geográficamente se encuentra en un antiguo glaciar.
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Cómo llegar a Glendalough
Si no disponéis de coche propio, los autobuses parten a diario desde St. Stephen’s Green, en Dublín, hasta Glendalough. El trayecto dura una hora y media aproximada, y el billete de ida y vuelta cuesta unos 20 euros.
Para más información podéis ver los horarios y paradas que efectúa el Glendalough Bus a través de su web.
En este enclave, San Kevin decidió instalarse para llevar una vida de ermitaño y sus seguidores se unieron para formar la primera comunidad cristiana en Irlanda. Era el siglo V y perduró hasta el siglo XVII.
El arte celta rezuma en el cementerio y en el interior del recinto monacal, donde podréis contemplar la iglesia de San Kevin, varias iglesias en ruinas, la Catedral de San Pedro y San Pablo y The Round Tower, una torre de planta circular, uno de los símbolos principales de Glendalough.
Existen varios B&B por la zona, así como un hostal internacional donde descansar. Alrededor del lago encontraréis varias caminatas debidamente señalizadas para todos los gustos. Con suerte podréis ver ciervos en las zonas más elevadas.
Powerscourt: un jardín dentro del bosque mágico de Wicklow
Apenas a media hora en coche desde Dublín, se encuentra la mansión de Powerscourt rodeada por uno de los jardines más bonitos de Irlanda. La casa fue construida a finales del siglo XIX y fue asolada por un incendio en el año 1974, así que su interior es prácticamente nuevo.
Lo ideal en Powerscourt, más que visitar la gran mansión, es pasearse por este magnífico y extenso jardín donde se han rodado varias películas, y, a ser posible, acercarse a la cascada que lleva el mismo nombre, que se encuentra un poco más alejada.
Los jardines están diseminados en varias zonas, tratando de emular varios estilos de jardín distintos, como el japonés o italiano, aunque el espíritu victoriano predomina en la escena con su ponderada armonía. Incluso os encontraréis con un curioso cementerio de animales.
Durante vuestra visita a Powerscourt, no os perdáis la subida a la torre, The Pepperpot Tower, desde donde podréis disfrutar de una estupenda panorámica al valle y a las cercanas montañas de Wicklow.
Información práctica para visitar Powerscourt
Horarios:
Abierto todos los días de 9:30 a 17:30
Los únicos días de cierre son el 25 y 26 de diciembre.
Precio de la entrada:
Precios de Noviembre a finales de Febrero:
Adultos: 7.5 euros
Estudiantes: 7 euros
Niños de 5 a 13 años: 3.5 euros
Precios de Marzo a finales de Octubre:
Adultos: 10 euros
Estudiantes: 8.5 euros
Niños de 5 a 13 años: 5 euros.
Cómo llegar en transporte público:
Los autobuses urbanos 44 y 185 os dejan desde el centro de Dublín a la población de Enniskerry. Desde ahí, tenéis una caminata de unos 20 minutos para llegar a la entrada principal de Powerscourt.
Powerscourt Demesne, Enniskerry, Co. Wicklow, Irlanda
Sitio Oficial | Powerscourt Gardens
Ruta circular en coche por el condado de Wicklow desde Dublín
Si disponéis de coche, os recomiendo una ruta desde Dublín por la que disfrutaréis de alguno de los mejores lugares de Wicklow en un mismo día.
Esta ruta que os propongo la hice varias veces cuando recibía visitas en la época en la que residía en Dublín.
Atraviesa el desolado paisaje de Sally Gap, se encarama sobre una atalaya con vistas al precioso lago Tay, realiza una visita a Powerscourt, nos acerca a los acantilados de Bray y termina con una buena pinta en el mítico pub de Johnnie Fox’s , donde después de unas rondas con la música celta de fondo, puede que no quieras irte jamás de Irlanda.
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Las fotografías usadas en este artículo han sido gentilmente ofrecidas por la Oficina de Turismo de Irlanda.
Son impresionantes los paisajes en esas montañas, como corredor, me visualicé haciendo un trote en esos senderos :)