Sevilla es una ciudad que enamora a casi todo el mundo que la visita. Al menos yo, tras visitarla en varias ocasiones, caí bajo los efectos de su hechizo desde la primera vez que puse un pie en ella. Esa combinación de ciudad monumental, con el toque relajado de las urbes atravesadas por un gran río, el arte flamenco, un pasado glorioso, el palpable colorido y la gastronomía envidiable y variada, la convierten en un lugar que deja huella. Pero más allá de su impresionante centro histórico, Sevilla es una ciudad compuesta por barrios. Y entre ellos destaca uno por su tradición y su arte: el Barrio de Triana. Cuando descubres las muchas cosas que ver en Triana entenderás la razón por la que nadie puede marcharse de la antigua Hispalis sin haber bebido los dulces efluvios que emanan sus calles y locales.
Triana es un lugar amable, tanto con los sevillanos como con los visitantes. Cada rincón te descubre una sorpresa, ya sea en forma de barecillo, plaza, casas coloridas, arte o música. La mejor manera de explorar las muchas cosas interesantes que ver en Triana es caminando, prácticamente sin rumbo, por sus calles.
Pero antes de comenzar a desentrañar sus secretos más atractivos, vamos con un poco de historia y logística.
Un poco de historia del Barrio de Triana
Triana es un barrio exageradamente antiguo. De hecho, se encuentra su origen en la época en la que los romanos dominaban la península ibérica. Estos maestros de la estratega consideraron este lugar como un puesto estratégico para controlar la entrada a Hispalis por las aguas del Guadalquivir.
Algunos estudiosos piensan que el nombre de Triana procede de aquellos tiempos, como una deformación de «Traiana», al ser un asentamiento fundado por el emperador romano Trajano.
Otros, sin embargo, asignan su raíz etimológica a una mezcla de un vocablo latín («Tri», que significaba «tres») y otro celtíbero, «Ana», que significaba «río». Esto podría tener sentido, pues tras este punto las aguas del Guadalquivir se dividían en tres brazos.
Con la llegada de los árabes, Triana mantuvo su importancia y fueron ellos los que construyeron el primer puente que unía el barrio con la parte centro de Sevilla por sobre las aguas del Guadalquivir. Lo llamaron el Puente de las Barcas, y, aunque estaba hecho de madera, sirvió de paso durante siete largos siglos. Más tarde, sería sustituido por el famoso Puente de Triana (cuyo verdadero nombre es Puente de Isabel II) que tan fotografiado es hoy en día.
Desde casi sus inicios, el Barrio de Triana ha sido residencia de gente obrera y trabajadora. Por su proximidad al río, aquí proliferaron pescadores y alfareros (que aprovechaban las riberas arcillosas del Guadalquivir). También es cuna de numerosos artistas, como te contaré más adelante.
Durante los últimos años, Triana se ha ido convirtiendo en un barrio colorido y vibrante, abriéndose galerías de cerámica y un buen número de bares y alojamientos con estilo que lo están transformando en un lugar con cierto toque «cool», pero en el que se mantienen las tradiciones.
Dónde dormir en Triana
Si quieres vivir una experiencia totalmente inmersiva en el Barrio de Triana, lo mejor que puedes hacer es buscarte alojamiento en él. Estos son algunos de los mejores lugares donde dormir en el Barrio de Triana de Sevilla:
- Hotel Monte Triana: espectacular hotel 4 estrellas ideal para una escapada romántica en pareja. Sus habitaciones son luminosas, amplias y bien decoradas, y el hotel dispone de una terraza con piscina al aire libre y solárium que dan unas vistas envidiables de Sevilla.
- Casa Triana 1888 Suites by Época: magníficos apartamentos situados en casas típicas del Barrio de Triana. Hay distintas clases de vivienda, pero todas con un altísimo estándar de comodidad, limpieza y equipamiento.
- Zenit Sevilla: un cuatro estrellas de la cadena Zenit que mantiene su habitual lujo, limpieza, inmejorable ubicación y excelente atención del personal. Posee una terraza en la azotea y las habitaciones están decoradas al estilo andaluz (e incluyen una carta de almohadas). Además, también ofrece un restaurante de calidad donde podrás degustar lo mejor de la cocina del sur.
Las mejores cosas que ver en Triana
Y una vez ya conoces parte de la historia del barrio y has elegido dónde dormir, llega el momento de entrar de lleno en los mejores lugares que ver en Triana.
1. El Puente de Triana
Sin duda, este puente es el mayor icono que ver en el Barrio de Triana.
Aunque todo el mundo lo conoce con el nombre de «El Puente de Triana», lo cierto es que su nombre original es el de Puente de Isabel II. Su construcción fue finalizada en 1852, siendo el puente de hierro más antiguo que se conserva en España.
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Por él pasan tanto peatones como vehículos y es uno de los emblemas que ver en Sevilla. Durante el día, da gusto recorrerlo, con total parsimonia, de punta a punta, parándose a admirar las vistas que regala del centro de la ciudad – con su catedral, la Torre del Oro y los otros puentes -, de las coloridas casas bajas de la animada calle Betis y de las aguas, de un tono gris verdoso, del mítico Guadalquivir.
Desde él vi cómo la gente hacía paddle surf o navegaba con pequeñas canoas o kayaks bajo el sol del mediodía.
Por la noche, el espectáculo aún mejora con esa iluminación que convierte a Sevilla en una ciudad de fantasía.
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2. El Mercado de Triana
El Mercado de Triana es uno de los lugares más coloridos y animados que ver en Triana. Lleva en funcionamiento desde el primer cuarto del siglo XIX, aunque ha sufrido un buen número de transformaciones con el paso del tiempo.
A pesar de que lo visité por primera vez en una calurosa mañana de finales de julio, es un lugar en el que siempre encuentras movimiento, bullicio, colorido y buenos aromas y sabores. Y es que, hoy en día, el mercado de Triana no es solo un lugar en el que comprar alimentos, sino que también los puedes consumir en sus barecillos, a la vez que puedes hacerte con bellas flores, objetos de cerámica de calidad y trajes y otros utensilios relacionados con el flamenco, otro de los pilares de la vida y tradición del barrio.
Suele estar abierto de lunes a sábado, de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Aunque durante los últimos tiempos se ha vuelto algo más turístico, sigue siendo un lugar ideal para sentarte a admirar la vida local del barrio.
3. El Castillo de San Jorge
Pegado prácticamente a la orilla del río, el castillo de San Jorge es uno de los lugares más tétricos que ver en Triana. Y no es por su aspecto actual o pasado, sino por la utilización que se le dio a esta fortaleza durante siglos.
El castillo sirvió de sede y prisión de la Inquisición Española. Fue derribado en el siglo XIX y en su lugar se construyó el mercado de abastos. El callejón de la Inquisición recuerda a todos su existencia, así como las ruinas subterráneas que aún se pueden visitar. Justo junto al antiguo castillo existe un pequeño muelle desde el que parten barquitos para recorrer el Guadalquivir. Una actividad mucho más divertida y alegre que la que solía darse por aquí antaño.
4. La cerámica del Barrio de Triana
Una de las cosas más bellas y llamativas que ver en Triana son las cerámicas que llevan haciéndose aquí, prácticamente, toda la vida.
Entre las antiguas fábricas de cerámica destaca el Centro de Cerámica de Triana, que es un museo que se erige sobre las instalaciones de Cerámica Santa Ana, una empresa mítica que ocupaba anteriormente este solar. Explorando este centro podrás admirar antiguos hornos árabes y preciosas piezas de cerámica, además de aprender los procesos de elaboración de este magnífico arte.
Sin embargo, si no quieres implicarte con tanta profundidad, simplemente puedes pasear por las calles del barrio y verás adornos de cerámica en las fachadas de casas, tiendas e incluso hoteles, como ocurre con el magnífico hotel-restaurante Montalván, donde tuvimos la fortuna de degustar un estupendo menú andaluz y trianero.
5. La calle Betis
Si durante el día la calle Betis luce colorida y animada, por la noche se convierte en el epicentro del barrio, y casi de Sevilla.
Paralela al cauce del Guadalquivir, en ella se han reproducido los bares y terrazas como setas en otoño. Tanto turistas como locales se dejan caer cada día por ella, para tomarse unas tapas maridadas con buenos vinitos de la tierra y darse una alegría con esas vistas que quitan el sentido.
Para mí, tomarse algo en la calle Betis es un fijo siempre que paso por Sevilla. Además, ¿Sabías que esta vía es tan icónica que escribieron sobre ella literatos de la talla de Cervantes y Cela? Pues ahí queda eso.
6. Capilla del Carmen
Siendo un barrio de marineros, es normal que exista una capilla dedicada a la Virgen del Carmen, patrona de todos ellos. Este pequeño lugar de culto se encuentra entre el Puente de Triana y el Mercado de Abastos. Fue construida por el arquitecto Aníbal González entre 1924 y 1928. Un auténtico símbolo de fe que ver en el Barrio de Triana.
7. El flamenco
Además de artistas de la cerámica y de la pesca, este carismático barrio sevillano ha dado luz a auténticas figuras del flamenco y los toros. Por ello, ver un espectáculo de flamenco es una de las mejores cosas que hacer en el Barrio de Triana.
Podrás comprobarlo por ti mismo en lugares como el Teatro Flamenco Triana, el Tablao Flamenco «Orillas de Triana» o La Flamenquería. La pasión con la que cantan y bailan los artistas se te mete directamente en la sangre y, aunque no seas un experto en el tema (como es mi caso), te puedo garantizar que se te pondrán los pelos de punta.
Y es que no hay que olvidar que aquí se criaron artistas de la talla de Antonio Canales, Remedios Amaya o Marifé de Triana. En otros ámbitos artísticos, también destacan la actriz Paz Vega, los humoristas Los Morancos.
Sin embargo, ninguno de ellos alcanza la fama histórica del gran marinero Rodrigo de Triana, quien seguro que se acordaba con lágrimas de las cosas bellas que ver en el Barrio de Triana cuando gritó «¡Tierra a la vista!» en el primer viaje de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo.